CAP 32 Responsabilidad

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Capítulo 32

Juliana

Tener una niña a nuestro cuidado es mucha responsabilidad así sea solo cuestión de un día, es una niña súper hermosa, de verdad que sí, pero no sé cómo se maneja una máquina en mi departamento, mucho menos cuidar una pequeña, ella no se puede quedar está noche.

Flashback

Los días comenzaron a pasar, la niña Mariana, Valentina y yo hemos pasado días increíbles, ella y yo no somos muy compatibles, Mariana y Valentina lo hacen parecer tan fácil, ya saben lo que una niña de cuatro años necesita, yo aún estoy luchando con mis necesidades - ¿Quieres? Charlotte me ofrece un poco de leche - Esa es tu leche. Ella se queda con su mano extendida estamos en la sala solas, Mariana aún no llega, y Valentina está cambiándose en la habitación. La tomo en mis manos - Te hará bien, siempre que tomo leche me hace sentir contenta. Ahora ¿Tengo que oír los consejos de una bebé? Ella sonrió al verme tomar la leche y mi novia ya se había cambiado entro en la sala y me observo - ¿Por qué te tomas la leche de la bebé? Me sorprendí porque no era así - Yo sé la di, para que esté feliz, siempre está sería. Y es linda cuando sonríe. Dijo la pequeña que hasta ahora solo habíamos cruzado pocas palabras. - Tienes razón, Juliana debe sonreír un poco más, solo que ella tiene muchas cosas en mente, y se preocupa. Mi novia me miró haciéndome seña de que sonriera. Sonreí y me tomé la leche - Toma ya sonreí. Ella sonrió conmigo íbamos a ver una película animada, esperamos a Mariana quien viene en camino - Charlotte ¿Te gustan las palomitas de maíz? Ella asintió y se acomodó en el sofá, luego de que mi novia se sentara a su lado y ella quedará en medio - Sabes princesa tu hermana es una buena persona solo que a veces es malhumorada. Mi hermanita y mi novia sonrieron, son tan bellas ambas, me hacen sonreír. Mi hermana por fin llegó, y juntas vemos los dibujos animados que Charlotte quería ver, todas sonreímos con la película, yo en realidad sonreía de ver a las mujeres que amo con toda mi alma y a esa pequeña que poco a poco se ha vuelto una necesidad en mi vida. La niña se quedó dormida, antes que la película terminará, la entregaríamos a su mamá y al llegar subió por ella. Mariana la entrego - ¿Cómo están hijas? Betty se dirigió a nosotros - Bien ¿y tú? Le respondió Mariana - Muy bien, ¿Y tú Juliana? Ahora se dirigió a mí - Bien. Ella sonrió - ¿Cómo se portó? Pregunto - Muy bien es una preciosura. Dijo Mariana - Que bueno. Y antes de irse - Saben, he, necesito, un favor. La miramos extrañadas - ¿Qué necesitas? Dijo nuevamente Mariana quien tenía más estómago para responder a esa mujer - El viernes puede la niña venir aquí, sé que trabajan, pero no tengo a quien dejarla y tengo que resolver unos asuntos legales del padre de Charlotte. Mariana me observo - Tengo que hablar con mi jefe para ver si puedo llevarla a mi trabajo. Dije - Mi papá dirá que sí. Respondió enérgica mi novia. La miramos y me quedaron viendo - Si está bien, podemos quedarnos con ella. Le dije todas sonrieron - Gracias. Decía Betty mientras se despedía.

Llegó el viernes y muy temprano antes de salir ya Betty me estaba entregando a Charlotte en mi departamento, llevo suficiente ropa, una lista de lo que la niña necesita en un día. El plan que pensé fue dejarla con Lupe, pero recordé que le di el día libre a Lupe y no podía dejarla sola en el departamento, así que la llevé conmigo a mi trabajo. Mariana no podía llevarla a su trabajo porque papá preguntará por la niña y tendría que saber todo lo de Betty. No queremos más drama, así que tomo a la niña - Juliana, Gracias por cuidarla, espero algún día puedan perdóname. La mire y mi hermana entro en el departamento - Lo hacemos por ella ¿A qué hora regresas? Ella sonrió y bajo su mirada a la niña - vendré a las ocho de la noche, Princesa te portas bien, mamá te ama, y todo lo que hago es por tu bien. Que extraña manera de despedirse de la niña.

Sin CompromisosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora