Encuentro furtivo

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El crujir de las hojas secas cerca suyo provocó que entrara en estado de alerta. Levantó sus orejas buscando el lugar exacto de donde había provenido el sonido de las pisadas. Escuchó el tronar de una rama quebrarse, y eso fue motivo suficiente para hacerlo emprender carrera de regreso a su hogar. Corrió tan rápido como pudo, pero fue derribado cuando un gran lobo cobrizo le cayó encima.

"Te lo he dicho muchas veces... ¡Eres muy pesado!" dijo rasguñando el suelo con desesperación en un intento de salirse de debajo del lobo, que en comparación suya, se veía de mayor tamaño.

"¿Estás diciéndome gordo?" preguntó con tono exageradamente ofendido.

"¡Si! ¡Ya quítate de encima! ¡Me vas a quebrar los huesos!" se quejaba mientras seguía haciendo sus esfuerzos por escapar.

El lobo rojizo se levantó a regañadientes, no sin antes darle una buena lamida a la cara del otro animal, acción que siempre lo tomaba desprevenido y que provocaba diversas reacciones. En esa oportunidad hizo que comenzara a balbucear cosas que seguramente para él tenían todo el sentido del mundo.

Oyeron un aullido a lo lejos. El lobo cobrizo suspiró. Esperaba que su encuentro fuera más largo.

"¿Mañana estarás aquí?" preguntó acariciando con su cabeza al más pequeño.

"Como todos los días... Hoy te tardaste mucho en llegar" dijo correspondiendo la muestra de afecto del otro lobo "Ya debo regresar. No quiero que papá y mi hermano vengan por mí y se lancen nuevamente a atacarte".

El lobo cobrizo rió sacudiéndose. Antes de que el más pequeño se retirara, lamió su cara una vez más y luego le dió un empujoncito con el hocico para apresurarlo en regresar a su hogar.

"Nos veremos mañana, cariño".

El cánido negro con cara blanca dió unos saltitos de emoción, cosa que al de pelaje rojizo le encantó. Amaba tanto esos arranques de hiperactividad que no podía controlar.

"Nos veremos mañana, cariño" repitió alguien tras de si, en un tono infantil y burlesco. "La bola de pelos si que te trae mal, hermanito".

"Cállate" contestó cortante girándose sobre sus patas para encontrarse a su réplica exacta.

El otro lobo rojizo rió frente a la reacción avergonzada de su hermano gemelo. Era tan divertido fastidiarlo, pues sólo debía sacar el tema de su destinado.

"Vamos, no te enfades. Como dice papá... Eres afortunado por encontrar a tu compañero antes de la celebración de la luna llena" dijo imitando graciosamente la voz de su padre, provocando un par de carcajadas en el otro lobo.

Juntos emprendieron camino de regreso a su territorio antes de ser descubiertos y recibir una paliza por invadir las tierras de otra manada.






-No podemos perderte de vista ni un instante porque te desapareces en un segundo -le regañaba su hermano menor con ambas manos en la cintura -Papá te dijo que no podías salir de casa.

-Papá dice muchas cosas... -replicó yendo a su habitación por algo de vestir -Escuché su aullido, pero no está aquí ¿A dónde fue?

Su hermano menor rascó su nuca nervioso, dudando en decirle la verdad. Tuvo que ponerle un poco de presión para que soltara todo lo que sabía.

-Le avisaron que vieron a los gemelos Haitani en nuestro territorio. Fue tras ellos junto con el abuelo y mamá -respondió mientras trataba de soltarse del agarre de su hermano mayor, que lo presionaba del cuello contra una pared.

Maldijo en su interior. Liberó a su hermano y salió tan rápido como pudo de casa, a pesar de los reclamos y gritos del menor.

En su loca carrera por interceptar a su familia, tropezó y rodó por una colina hasta dar contra un árbol. El quejido que soltó fue escuchado a varios metros. Agradeció y se lamentó al mismo tiempo que quienes lo encontraron fueron los gemelos, que al parecer ya estaban al tanto que estaban siendo buscados pues se hallaban cerca debido a que estaban esparciendo su rastro por muchos lugares para confundir a sus perseguidores.

"¿Estás bien, cariño?" preguntó preocupado tratando de ayudarle a ponerse de pie.

Sin embargo el lobo negro lloriqueaba y quejaba debido al dolor. Al parecer se había roto unas costillas debido al golpe.

"Esto es malo... Nos atraparán si nos quedamos a ayudarle" dijo su gemelo, aprovechando la ventaja que el lobo más pequeño no le escuchaba.

"Vete a casa. Yo me quedaré con él y trataré de explicarle a su padre lo ocurrido" respondió echándose a un lado del cánido oscuro. "El líder Keisuke no me matará estando su hijo presente"

-Contigo podría hacer una excepción -dijo Yuki adolorido luego de regresar a su forma humana -Tener la cabeza del lobo de Kazuya Haitani decorando la sala, va a ser algo que muestre a todos con orgullo.

Antes de que pudieran tomar una decisión fueron encontrados por Chifuyu. El lobo blanco mostró sus dientes y gruñó a los gemelos, en especial a aquel que se encontraba recostado en el suelo junto a su desnudo hijo. Yuki trató de calmarlo, y en un intento de ponerse de pie, cayó de rodillas debido al dolor en sus costillas. Eso enfureció más a Chifuyu, pero su ira se calmó al ver que el lobo rojizo junto a Yuki le ayudaba a ponerse de pie siendo un punto de apoyo.

"Tu padre se volverá loco" dijo sentándose en el suelo frente a ellos.

De entre lo oscuro del bosque, un gran lobo negro imponente apareció, pisando fuerte el suelo con sus grandes patas. Resoplaba por su nariz, mientras mostraba sus enormes colmillos acompañado de sus estridentes gruñidos.

Los gemelos estaban en grandes aprietos. Este era un problema del que no zafarían fácilmente, y para muy a su pesar, tampoco ilesos.

"Baji... Uno de ellos es el compañero de Yuki, no puedes lastimarlo" dijo Chifuyu interponiéndose en el camino del líder, quien le miró incrédulo.

-Es cierto, papá -dijo Yuki con un hilo de voz.

Keisuke no podía creerlo. Su mayor miedo se había cumplido. El gran lobo negro analizó la situación y llegó a la conclusión que al otro gemelo si podía hacerle mucho daño.

Y en un movimiento inteligente por parte de los hermanos, se lanzaron a un arbusto y al salir de allí, Keisuke no supo quién era el compañero de su hijo. Tampoco quería cometer el error de atacar al equivocado y generarle sufrimiento a su querido cachorro.

-Muy inteligentes... -dijo al transformarse -Kazuma y Kazuya Haitani... Váyanse ya, antes de que cambie de opinión -gruñó con voz aún más grave, utilizando su poder como alfa dominante.

Los gemelos asintieron con su cabeza y huyeron a toda prisa del lugar.

Yuki hizo un puchero al verlos correr. Sería una larga y triste temporada sin poder ver a su compañero.

Lo Salvaje en la Sangre [Tokyo Revengers] [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora