Temperamental

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-¡Más suerte la próxima oportunidad, cabrón! -celebraba entre carcajadas luego de haber dejado atrapado a un alfa en un arbusto de espinos.

Corrió tanto como pudo para alejarse del lugar, transformándose a su forma lupina en el trayecto. Maldijo su suerte por haberse topado con los alfas más estúpidos e insistentes de toda la noche.

"Si logro encontrar la salida de este bosque infernal..." decía mirando a su alrededor tratando de diferencias los árboles que lo rodeaban.

Para su mala suerte, el sentido de la orientación no había sido un don que sus padres le hubieran heredado. El lobo llevaba dando vueltas al lugar por varios minutos.

"Creo que esa roca ya la he visto antes" se dijo confundido.

Volvió a correr hacia donde creía que sería la salida, y terminó convenciéndose que estaba perdido pues la misma roca apareció en su camino.

-¿Es alguna especie de plan para confundir a los alfas? -preguntó un chico recostado en las ramas de un árbol cercano a él.

El lobo elevó su mirada para encontrarlo. Le mostró sus dientes molesto antes de echarse a correr nuevamente.

-Por lo menos a mí, si me confundes -dijo al ver al lobo regresar al mismo punto de partida de su carrera.

El lobo le gruñó otra vez. Si tan sólo hubiera participado de los entrenamientos con el líder Shiba, ahora no estaría tan desorientado y siendo la burla de ese idiota. Decidió hacer algo nuevo. Dió media vuelta y comenzó a correr en dirección contraria a lo que había estado haciendo.

-¡Wow! Por un momento creí que habías conseguido alejarte de aquí por fin -dijo el sujeto sentado ahora en la gran rama, viendo cómo el lobo regresaba otra vez al mismo lugar luego de varios minutos.

Nana estaba agotado. Se subió a la odiada roca y se echó sobre ella para tomar un descanso, sin perder de vista al desagradable sujeto en el árbol.

Resopló fuerte por la nariz. Estaba tan molesto. Lo único que quería era irse a casa.

-Te ofrecería mi ayuda para salir del bosque... Pero me da la impresión que no estás de buen humor y que si me acerco, me arrancarás lo que sea que alcances primero -dijo balanceando sus piernas de manera infantil.

El lobo bufó levantándose para darle la espalda. Tenía razón, no estaba de humor.

Se sobresaltó cuando alguien se recostó sobre él, como si se tratara de un cómodo colchón.

-Tienes el mismo carácter que mi madre y mi tía... -dijo con una sonrisa abrazando al animal, quien se quedó estático sin saber realmente como reaccionar.

¿En qué momento había bajado del árbol? Ni siquiera lo sintió caminar hasta él.

-Eres muy suave y abrigadito -dijo hundiendo la cara en el pelaje de su cuello -Y hueles muy bien.

Nana reaccionó por fin y en una rápida maniobra se quitó al chico de su espalda al caer de la roca, y lo dejó acorralado entre sus patas, gruñéndole muy cerca del rostro. Pero el sujeto no se inmutaba.

"¿Qué sucede contigo? Puedo arrancarte la cabeza si lo deseo" decía mostrándole los colmillos.

Pero no esperaba con que el chico sujetara su hocico y acariciara su cara con una sonrisa relajada.

Nana bajó la guardia ante tal muestra de afecto. Desde pequeño había tenido un carácter difícil de tratar, incluso comparable con el de Hana, pero más grosero. Nadie se le acercaba por miedo a que dijera algo fuera de lugar o decir la verdad sin pelos en la lengua. Y en temas de afecto físico, prefería mantener a todos alejados, pues no era algo que le agradara, ya que le hacía sentir muy incómodo, incluso asqueado.

-¿No ibas a arrancarme la cabeza? -preguntó el chico rascando bajo su barbilla.

"Después de que termines de rascar ahí lo haré" dijo cerrando sus ojos, disfrutando de la atención del otro.

Tadao siempre supo que su compañero de vida sería alguien con un carácter terrible. Era cosa de ver lo bien que se complementaban las personalidades de sus padres. Pero no esperaba para nada que su destinado fuera así de complicado. Sin embargo, había aprendido de su padre que mantenerse sereno frente a un omega temperamental era muy efectivo para evitar sufrir un ataque de su parte. Luego debía bajar su guardia con una muestra de afecto inesperada. No podía creer que hubiera funcionado.

"¿Quién dijo que te detuvieras, imbécil?" preguntó molesto cuando Tadao dejó de acariciarlo.

Se recostó de espaldas con la intención de que siguiera rascando su panza. El alfa sonrió feliz la respuesta de Nana. El omega no era tan terrible como se había dejado ver.

Otro alfa apareció en el lugar, atraído por las feromonas que Nana había estado liberando sin querer. Tadao suspiró al ver que el lobo lo desafiaba. Se levantó para desvestirse, pues no había visto la necesidad desde el comienzo de la ceremonia de hacerlo. Pero no contaba con que el mismo Nana se lanzara violentamente contra el alfa.

-Ah -fue lo único que salió de la boca de Tadao al ver la tremenda paliza que Nana le estaba dando al pobre alfa -Se parece mucho a mamá -susurró rascando su nuca.

Pero no podía sólo quedarse observando. Si el alfa decidía contraatacar, el chico no tendría oportunidad contra él. Terminó de desvestirse y se transformó en un gran lobo negro.






Nana pensó que Tadao en algún momento mataría al otro alfa, pues una vez que lo agarró de la piel de su cuello no lo soltó y lo sacudió hasta que el animal terminó desmayado por el cansancio y la pérdida de sangre.

-¿Debo temer por mi vida estando contigo? -preguntó con una sonrisa lasciva acariciando parte de una cicatriz que Tadao llevaba en el pecho, y que en su forma animal se veía reflejado por la falta de pelaje sobre ella -¿Donde conseguiste esto?

"Mi tío una vez perdió el control luego de que su compañero terminara lastimado por interferir en una disputa entre dos alfas de la manada" dijo disfrutando de las caricias del omega. "Varios llevamos una cicatriz de recuerdo".

-Pues te ves muy atractivo con eso -dijo entre risitas -Oye... Sé que no tiene nada que ver con el tema, pero hay algo que está rondando mi cabeza hace un rato.

El alfa inclinó su cabeza a un lado, confundido por el cambio de actitud del temperamental omega. Nana desvió la mirada un segundo mientras se pensaba cómo plantear su preguntar de la mejor manera. Tadao lo animó a salir de su duda sin avergonzarse por ello.

-¿La tienes muy grande? Digo, quiero saber si saldré caminando o no de aquí -preguntó con una sonrisa segura.

Lo Salvaje en la Sangre [Tokyo Revengers] [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora