Dejar ir

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Kokonoi estaba algo nervioso al ver la actitud tan serena de su compañero ¿Por qué estaba tan tranquilo?

-¿Seguro que estás bien? -preguntó viendo que incluso se estaba quedando dormido mientras aguardaban la salida del bosque de sus dos hijos.

-Perfectamente -respondió después de dar un gran bostezo.

El omega asoció la tranquilidad del alfa a la calma antes de la tempestad. Se preguntaba, cuál de sus dos cachorros sería quien alterara a su padre, pues ambos eran igual de queridos y mimados por él.

El primero en aparecer fue Yuta. Hajime estaba con los nervios de punta. Esperaba que en cualquier momento Inui armaría un escándalo de proporciones vergonzosas, y más cuando viera que su hijo se había enlazado con Taiju. Pero grande fue la sorpresa para ambos ver que su hijo era acompañado por otro alfa.

-¿Qué rayos? -se preguntaron viendo al chico alto que era jalado por Yuta hacia la dirección donde ellos se encontraban.

La joven pareja quedaron frente a Kokonoi e Inui. Éste último mantenía un semblante serio, sin embargo la posición de sus cejas indicaban que estaba muy sorprendido.

-¿Quién es él? -preguntó finalmente cruzándose de brazos, luego de echar un chequeo de pies a cabeza con la mirada.

-Es...mi compañero -dijo Yuta colocándose disimuladamente delante del alfa.

Inui frunció el ceño, sin embargo le tendió la mano al chico para saludarlo.

-Mucho gusto, señor Inui. Es un placer para mí conocerlo -dijo con una cálida sonrisa sosteniendo y sacudiendo la mano del otro alfa. Luego saludó respetuosamente a Koko, quien regresó el saludo de la misma forma -Mi nombre es Taki Kurokawa, y me presento formalmente como el compañero de vida de su hijo Yuta.

Inui se sorprendió bastante ante la educación y respeto que el otro alfa demostraba ante él. Con Taiju no hubiera sido de esa forma.

Yuta relajó su postura en cuanto se percató que su padre no sería un riesgo para Taki, pues al parecer había sido aceptado por sus dos progenitores.

-¿Eres miembro de la manada que habita la costa? ¿Cuál es tu parentesco con Izana? -preguntó Kokonoi luego de que el ambiente se tornara lo suficientemente ameno.

-Si, pertenezco a la manada Kurokawa -dijo luego de acariciar la cabeza de Yuta quien le miraba curioso aguardando su respuesta -Izana Kurokawa es mi madre ¿Acaso lo conocen? -preguntó sorprendido.

-Nos topamos con él en un par de oportunidades cuando éramos nómades... Me alegra saber que logró formar la manada que tanto deseaba -dijo Seishu con una sonrisa melancólica -Kakucho y él no dejan nunca de sorprenderme.

Taki les contó un poco más acerca de la manada que sus padres habían logrado formar y de cómo se hicieron lentamente de un territorio en las costas. Izana y Kakucho, su padre, habían creado una manada con varios nómades, que en su mayoría se trataban de lobos abandonados por sus propias familias y manadas, y otros tantos que no tenían un lugar a dónde pertenecer.

Yuta observaba el rostro de su compañero. Sonrió al apreciar aquella chispa en sus ojos cuando hablaba de las hazañas que sus padres habían logrado.

-Mis padres lograron formar una grandiosa manada en un maravilloso territerio -dijo tomando la mano de su compañero y acariciándola con su pulgar -Yuta me contó sobre cómo llegaron aquí. Por eso es que los invito a formar parte de nuestra manada.

Seishu rascó su nuca. Era una buena propuesta, pero ya habían realizado su vida en el territorio de la manada Shiba. Miró a Kokonoi y supo que el omega pensaba lo mismo que él.

-Consideraremos tu oferta en un futuro -dijo con una pequeña sonrisa -Pero por ahora, sólo nos queda desearles suerte a ambos. Y pedirte que cuides mucho de nuestro Yuta... Contigo te estarás llevando la mitad de nuestros corazones.

Yuta abrazó a su padre luego de escucharlo decir aquellas desgarradoras palabras. Kokonoi se unió al abrazó luego de que su hijo se lo pidiera con la mirada. Taki quedó enternecido por la escena frente a sus ojos.

-No puede ser que me haya perdido la terapia familiar... Pudieron esperarme ¿No creen? -preguntó Nana entrometiéndose en el abrazo, haciendo reír a sus padres y a su hermano mayor.

Taki observó al alfa que se situaba a su lado. No comprendía que sucedía, pero supuso que el chico que fastidiaba a Yuta debía de ser su hermano menor, y el sujeto que aguardaba en silencio a su lado debía de ser su compañero.

Seishu se acercó a Tadao y apuntó con su pulgar a Nana.

-¿Estás seguro de querer formar una familia con él? No se aceptan devoluciones una vez que te lo lleves -dijo haciendo que Nana comenzara a reclamarle de inmediato.

Kokonoi rodó los ojos ante la discusión de Nana con Seishu. Tuvo que presentarse con el compañero de su hijo menor en medio de gritos.

-¡¿Eres el hijo del líder Sano?! -preguntó Nana luego de que el chico se presentara calmadamente -¡Conseguí un pez gordo, maldición! Aguardaré a que se vuelva líder y cuando menos se lo espere, lo mato y me vuelvo líder yo.

-¿Puedes un día dejar de hablar tantas idioteces? -preguntó Kokonoi conteniendo las ganas de gritarle.

Tadao rió negando con su cabeza. La verdad era que estaba encantado con su compañero, en especial cuando comenzaba a despotricar y hablar cosas sin sentidos.

-No lo has marcado... Aún estás a tiempo de huir y salvar tu vida -dijo Seishu sólo para fastidiar más a Nana.

Pero detrás de sus bromas se ocultaba una profunda tristeza de sólo pensar que su pequeño también se iría de su lado. No podía imaginarse cómo sería su vida sin el desastroso e hiperactivo omega.

Kokonoi tomó la mano de Inui, en el momento en que sus hijos volvieron a interactuar con sus respectivos compañeros.

-No tienen la menor idea de cuánto me duele dejarlos ir -susurró dándole un pequeño apretón a la mano de Koko -Y de cuánto los echaré de menos.

-Nos tenemos aún el uno al otro -respondió con una sonrisa triste.

Lo Salvaje en la Sangre [Tokyo Revengers] [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora