Reconciliación

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Tres lobos de diferentes tonalidades mostaza, dormían plácidamente en mitad del bosque, en un pequeño prado iluminado perfectamente por los rayos del sol que se filtraban entre las copas de los árboles.

-Así los quería encontrar, trío de holgazanes -Takemichi les arrojó un balde agua helada, sabiendo que los hallaría en dicho lugar.

-¿Te diste el trabajo de caminar con eso hasta aquí sólo para despertarnos? -se quejó Mikey sentado en el suelo, aún en shock por el golpe de frío inesperado.

-¡Debían de salir a cazar algo para la comida, no venir a tomar la siesta! -gruñó lanzándole el poco de agua que quedaba en el cubo -Encontré unos conejos... Pero ustedes sólo comerán verduras.

Los mellizos observaron a su padre levantarse rápidamente para ir tras Takemichi. Para el alfa mayor no había peor tragedia en su vida, que tener que comer verduras.

El par de hermanos se desperezaron, estirándose y bostezando. Takemichi siempre había dicho que si bien físicamente eran diferentes, ambos compartían el mismo tipo de personalidad perezosa que su Manjiro.

-Desde que mamá regresó, ha estado de muy mal humor -dijo Kin, al transformarse en un chico delgado y de baja estatura, de negra cabellera, y unos inexpresivos ojos del mismo color.

Su hermano, Kane, era lo contrario. Gracias a lo mucho que había crecido, se generó una fuerte pelea entre sus padres, pues Manjiro estúpidamente había puesto en duda su paternidad sobre él. Takemichi decidió regresar una temporada a su hogar hasta que el enfado se le pasara.

-Supongo que debemos agradecer que volvió. Aunque supongo que la razón de su malhumor se debe al porqué su aroma es diferente -comentó sacudiendo sus rubios cabellos para quitar el agua que le había arrojado.

Su hermano se sorprendió por sus dichos. Se apresuró en acercarse a Kane para pedir más detalles de lo que había dicho.

-Sabes que mi olfato es inservible... ¿A qué huele mamá? -preguntó emocionado con una sonrisa expectante.

- Normalmente siempre huele a miel... Pero ahora su aroma es una mezcla de miel con...no estoy seguro...¿Hierbabuena talvez? -respondió pensativo.

Kin abrió su boca por el asombro. Finalmente su mayor deseo se había cumplido. Desde que eran pequeños habían pedido a sus padres un hermano más, pero siempre se negaron, especialmente Manjiro quien aún vivía con el miedo constante que ocurriera lo del primer cachorro que habían perdido.

-No te emociones demasiado... Recuerda la edad de mamá, puede ser riesgoso -dijo poniéndose de pie ayudando a su ahora triste hermano -No pongas esa cara... Recuerda que en unos días se celebrará la reunión de las manadas. Si tenemos suerte, nuestra familia tendrá nuevos cachorros.

-Comienzas a sonar como tío Shinichiro -le respondió Kin con una expresión burlona.






Mikey sabía muy bien como quitarle el mal humor a su compañero. Cerró la puerta principal tras de si y puso seguro para evitar que los mellizos entraran e interrumpieran el momento.

-No, Manjiro -advirtió al darse cuenta de las intenciones del alfa cuando se le apegó por la espalda -Estoy muy molesto contigo.

-Y sabes lo mucho que me pone cuando estás enojado -habló con voz ronca sobre su cuello -¿Debería hacer algo para que te molestes aún más?

-¿Como acusarme de serte infiel sólo porque uno de tus hijos es más alto que tú? -preguntó zafándose de su abrazo.

Mikey se lamentó. Se acercó a pedirle disculpas una vez por el gran error que había cometido, prometiéndole que no volvería a hacer algo así en el futuro. Takemichi se volteó con la intención de golpearlo en el rostro, pero se retractó cuando vio la expresión de arrepentimiento de su compañero. Suspiró y abrió los brazos, sonriendo cuando Mikey lo rodeó con los suyos de inmediato.

-Tengo algo que decirte... -dijo Takemichi contra su hombro.

-¿Puede esperar? -preguntó bajando sus manos para sujetar firme el trasero del omega.

-Los chicos llegarán en cualquier momento... Recuerda también tendremos visita -dijo tratando de sujetar su pantalón para que Mikey no lo bajara.

-Seré rápido -dijo volteándolo y bajando su pantalón con ropa interior lo suficiente para dejar su trasero visible.

Humedeció sus dedos con saliva y tanteó la entrada del omega, adentrándolos para lubricar la zona. Takemichi puso ambas manos en su boca para evitar dejar salir sus gemidos, en especial cuando sintió el miembro de Mikey hacerse paso en su interior.

La pareja estaba teniendo su pequeño momento de pasión apresurada, tal cual como cuando eran más jóvenes y los mellizos demandaban mucho tiempo.

-M...Mikey -gimió bajando sus manos para aferrarse el respaldo del sillón cuando las embestidas comenzaron a ser más intensas.

El alfa gruñó sin apartar la mirada de su miembro entrando y saliendo del interior de su compañero, mientras sujetaba su camiseta con la boca.

Gruñó más fuerte al correrse dentro de Takemichi. Dió un par de embestidas más para asegurarse que todo quedara dentro. Luego obligó al omega a voltearse para ayudarlo a llegar a su orgasmo utilizando su boca. Takemichi apretaba sus diente, sintiendo la calidez de la boca del mayor rodeando su miembro. Y en suspiro apaciguado con sus manos se dejó ir.

-Muy buen chico -susurró Mikey lamiendo la última gota de líquido seminal que salía desde el miembro del omega.

Manjiro sonrió al ver su semilla escurrir desde el trasero de su compañero mientras le ayudaba a subir su pantalón.

-Si no fuera porque sé que los chicos están por llegar, te cogería duro sin descanso -dijo apretando la nariz de su compañero con sus dedos.

Takemichi se sonrojó furiosamente con sus palabras.






-¡Papá, déjanos entrar! ¡Hace frío y Kin se puede enfermar! -gritaba Kane golpeaba la puerta insistente luego de que al intentar entrar se encontró con que habían puesto seguro desde dentro.

Manjiro se apresuró en abrir la puerta, ya que sabía que el menor de los mellizos tenía una salud bastante mala y solía enfermarse muy seguido.

Kane entró a la casa corriendo en busca de una manta y una toalla para secar el cabello de su hermano. El chico sonrió por el cuidado que su mellizo le dedicaba.

-Espero que tu pareja te trate igual o mejor -comentó Kane terminando con su trabajo -Porque si algo te pasa bajo su cuidado, te juro que lo reventaré a patadas.

Takemichi golpeó la cabeza de su hijo con una almohada.

-Yo haré lo mismo en todo caso -murmuró Manjiro sentado en uno de los sofás -Aunque si fuera por mí, no lo dejaría participar del ritual...

-No empieces otra vez -amenazó Takemichi yendo a la cocina a terminar la comida.

-¿Papá ya sabe del nuevo bebé? -preguntó de repente Kin, en un intento de cambiar la conversación.

Se escuchó como un plato se quebraba en la cocina en mitad de todo el silencio que se produjo.

Lo Salvaje en la Sangre [Tokyo Revengers] [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora