No lo pensó dos veces ayudar al alfa cuando lo vio caer a las caudalosas aguas del río. Sabía lo malherido que estaba y si no hacía algo, era probable que muriera siendo arrastrado corriente abajo.
No pensó que estaría ayudando a su destinado sino hasta que lo escuchó en su cabeza después de se recostara a su lado luego de que hubieran salido del agua con vida.
Su día había sido un verdadero desastre, pero estar junto a ese gran lobo lo hacía sentir un poco mejor. Pero aún no podía sacarse de la cabeza el rechazo de su hermano mellizo.
El alfa agresivo resultó ser más atento y cariñoso de lo que se hubiera imaginado. Y agradecía que le entregara un poco de calor, pero no estaba siendo suficiente.
Lo vio alejarse luego de prometerle que regresaría pronto. Estaba congelándose.
Mientras esperaba se preguntó cuál sería el aroma exacto de ese alfa, pues lo único que podía sentir era el típico olor a naturaleza y a lobo mojado. Sentía ganas de llorar de pensar que podría ser rechazado por ser un omega defectuoso por su estropeado olfato.
Escuchó pasos cercanos. Debía de ser el sujeto que ya estaba de regreso, pero grande fue su sorpresa al encontrarse con los ojos de su mellizo.
"¡Kin! ¡Gracias a dios que estás bien!" dijo corriendo hasta él siendo seguido de cerca por Kenji.
"¿Qué haces aquí? Dijiste que me alejara" dijo con voz quebrada.
Kenji cubrió su nariz debido a las intensas feromonas que el otro imagen estaba liberando. Si su mellizo no lograba calmarlo los pondría en un gran aprieto, pues llamaría la atención de los alfas rondando en los alrededores.
Kin regresó a su forma humana para poder abrazar al lobo de su mellizo, llorando desconsolado. Kane estaba entrando en pánico, y su compañero también al notar como unos cuantos lobos aparecían atraídos por las feromonas del menor de los mellizos.
"Kane... haz algo" dijo Kenji temeroso al ver un total de cinco alfas curiosos por las feromonas de Kin.
Un gran lobo negro apareció cargando en su hocico unas prendas de vestir. Las dejó caer luego de observar a seis alfas cerca de su compañero, dentro de los cuales estaba incluído Kane. Mostró sus dientes, gruñendo tan fuerte que logró hacer que tres de ellos escaparan del lugar.
"Kenji, cuida de él, por favor" dijo Kane posicionándose delante de los omegas.
Kin no podía dejar de llorar por lo que no se percató que su compañero estaba de regreso, sino hasta que escuchó una fuerte pelea entre tres alfas. Con la boca abierta, vio como el lobo negro derrotaba a los otros dos a pesar de estar muy lastimado aún.
El omega se puso de pie y esquivando a Kenji y Kane corrió con torpeza hasta el lobo negro que ahora amenazaba a su hermano.
-Regresaste -decía abrazado al grueso cuello del animal negro quien no quitaba sus ojos del lobo mostaza frente a él.
Las feromonas de Kin habían cambiado su intensidad. Ya no demostraban su tristeza.
Toshiro recogió la ropa del suelo con el hocico, y pareció decirle algo a Kin, o eso le dió la impresión a su hermano mellizo.
"Kenji... Regresemos, al parecer está bien" dijo yendo hacia el interior del bosque desde el mismo camino por donde había llegado, siendo seguido por el lobo rojizo.
El lobo negro los siguió con la mirada hasta que se aseguró que desaparecieran de su vista. Dejó la ropa en manos de Kin antes de tomar su forma humana.
-Lamento haber demorado mucho -dijo ayudándole a vestirse con las prendas que había traído para él.
La diferencia de estatura entre ambos no era mucha siendo humanos, pero debido a la musculatura de Toshiro, su ropa se veía más grande en Kin, en especial su camiseta.
-No es mucho, pero creo te mantendrás más abrigado que estando desnudo... Eeeh... Olvidé preguntar tu nombre -dijo rascando su nuca desviando la mirada.
El omega parecía maravillado con una muestra tan simple de afecto de su parte. La presentación de ambos fue con torpeza.
Toshiro encendió una fogata para él haciendo uso de todas sus habilidades de sobrevivencia que había aprendido de su padre y su tío Kazutora cuando salían de cacería.
Un fuerte sonrojo se apoderó de su rostro cuando el omega se sentó en su regazo sin siquiera preguntarle. Pero si estaba feliz de esa manera, no lo apartaría. También aprovecharía la oportunidad de inhalar sobre su cuello, ya tenía cierta obsesión por aquella rica fragancia a frutos rojos. Liberaría las suyas para que el ambiente fuera más grato. Kin olfateó el aire y abrió sus ojos y boca asombrado.
Toshiro percibió nuevos cambios en las feromonas del chico y también en su temperatura corporal. Había comenzado a arder.
-Creo...que pesqué un resfriado... -dijo Kin con su respiración acelerada -Siento mucho...calor.
-No es un resfrío -dijo Toshiro abrazándolo con desesperación, respirando profundamente apegado a su nuca -Es tu celo.
Era la primera vez en la vida que Kin pasaba por su ciclo de celo. Y se sentía tan extraño. Inhaló aire nervioso cuando las manos inquietas del alfa acariciaron su piel bajo la tela de su camiseta. Nuevamente ahí estaba ese olor embriagante a chocolate amargo. Un gemido escapó de su boca al sentir algo duro rozarse contra su trasero.
-Ponte de pie -dijo con voz grave, a lo que Kin aceptó, pero se sentó de golpe en el suelo -¿Qué ocurre?
-Tus...pantalones -dijo rojo ocultando el rostro entre sus manos -Están mojados...algo salió de mi trasero y ahora están mojados.
Toshiro tuvo que morder su lengua para contener la risa, sólo para no hacer sentir mal al omega por su inocencia.
-Es tu lubricante natural -dijo animándolo a ponerse de pie para bajarle los pantalones -¿No es normal en tus celos?
-Nunca he tenido uno...hasta ahora -dijo sosteniendo el borde de la camiseta entre sus manos bajándola para cubrir su erección, en un gesto inesperadamente adorable para el alfa.
Toshiro acarició con ambas manos uno de los delgados muslos de Kin, y subió una de ellas hasta su trasero. Sin cortar contacto visual con el omega, paseó sus dedos por la zona húmeda de su trasero.
-Tu primer celo ¿Eh? -dijo introduciendo sus dedos en la dilatada y mojada entrada de Kin -Te prometo que será una experiencia única.
Con su mano libre, levantó la camiseta que usaba Kin lo suficiente como para dejar al descubierto su erección y sin pensarlo dos veces empujó la cadera del chico hacia su rostro para poder introducir su miembro en su boca, sin dejar de penetrarlo con sus dedos. El omega estaba en éxtasis.
Toshiro después de lograr que tuviera su primer orgasmo le ayudó a sentarse en su regazo otra vez, quitándole la estúpida camiseta que tanto le estorbaba. Kin miró la entrepierna erecta del alfa y dejándose llevar por sus instintos, levantó su cadera para permitirle a Toshiro alinear su pene contra su entrada. De esa forma fue bajando muy lentamente.
-¿Eso te hace sentir bien? -preguntó luego de que el omega clavara los colmillos en su hombro luego de abrazarse a él.
El más alto capturó los labios de Kin luego de que soltara si hombro, y juntos comenzaron un vaivén de caderas. Toshiro hubiera preferido hacerlo en la comodidad de una cama, pero las cosas se habían salido de control y tenía que conformarse con buscar posiciones que fueran cómodas para el omega.
Alcanzó a salir del interior de Kin y correrse fuera cuando llegó a su climax. Habían terminado cogiendo sobre sus prendas, con el omega recostado boca abajo. Toshiro dejó un camino de besos, iniciando en su espalda baja hasta llegar a su nuca. Estuvo tentado a marcarlo, pero quería dejar eso para la ocasión especial.
-Sigo...teniendo calor -dijo Kin levantando su trasero ligeramente.
Toshiro se dió ánimos. La noche aún era larga, y el primer celo de un omega también.
ESTÁS LEYENDO
Lo Salvaje en la Sangre [Tokyo Revengers] [Omegaverse]
Ficción GeneralSecuela de "Salvajes por Naturaleza" Nadie dijo que la paternidad sería fácil, pero tampoco les dijeron lo rápido que los cachorros crecen. ACLARACIÓN *Los personajes de Tokyo Revengers no son de mi propiedad. Créditos a su autor* *La historia si es...