Derretido (pt 1)

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Varios alfas se olvidaron por un momento del motivo por el cual estaban en el bosque ese día luego de que un enfrentamiento estuviera a punto de darse frente a sus ojos.

Era bien sabido que Taiju era actualmente el lobo más fuerte entre todos los territorios, pero había alguien que deseaba quitarle aquel título.

-¿Tu padre sabes que estás haciendo esta estupidez? -preguntó sentado en una roca, con el peso de su cabeza apoyada en su mano sobre su rodilla.

-Dije que algún día lo haría, no le especifiqué cuando... Así que de cierta manera lo sabe -dijo el chico frente tronando sus nudillos con una sonrisa burlona plasmada en el rostro.

Taiju bufó levantándose de la roca, si el sujeto deseaba tanto recibir una paliza de su parte, se la daría con mucho gusto. Necesitaba descargar testosterona de alguna manera.

En un pestañeo, dos lobos negros de gran tamaño se gruñían mientras giraban a paso lento, buscando un punto débil en el otro para poder atacar.

Toshiro tenía la fama de ser un excelente peleador y muy violento además. Pero Taiju tenía de su parte la experiencia y un mayor tamaño corporal que el más joven.

Habían muchos ojos puestos sobre ellos, ya fuera de otros alfas, o de unos cuantos omegas lo suficientemente valientes como para acercarse al sitio.

El primer movimiento lo hizo Toshiro, lanzándose a morder una de las patas traseras del líder con tal de desequilibrarlo. Sin embargo Taiju ya conocía esa táctica. Con mucha facilidad logró evitar la mordida, y contraatacó sujetando del lomo al lobo más joven del lobo y clavando fuerte sus colmillos para someterlo en el suelo. Toshiro se removió hasta que logró liberarse, y pudo agarrar al líder desde el pelaje de su cuello.

La pelea estuvo intensa, incluso llegó un momento en que no se detendrían hasta que uno de los dos matara al otro. Pero fue Taiju quien la dió por finalizada luego de que le demostrara al chico que la experiencia seguía siendo más peso en una pelea que la energía y la violencia.

Toshiro estaba muy malherido. Y con la poca dignidad que conservaba después de perder la pelea, se alejó de los ojos curiosos que observaban por mero morbo.

Se desplomó cerca de un río, jadeando, deseando sólo un poco de agua. Pero su cuerpo había llegado a su límite y por más que lo deseara, no podría levantarse en un buen rato.

Cerró sus ojos para tratar de descansar y así reunir las energías necesarias para ir por agua.

Despertó cuando sintió la presencia de alguien muy cerca. Gruñó tan fuerte que el lobo frente él se lanzó al suelo, lloriqueando y temblando visiblemente. Toshiro observó que a su lado habían dejado un trozo de madera ahuecado que contenía un poco de agua.

El pequeño lobo que le había ayudado aprovechó la oportunidad en que comenzó a beber del líquido para alejarse de allí a toda prisa. No iba a arriesgar su vida nuevamente de esa manera.

Toshiro se arrastró hasta el río y así poder beber aún más agua. Logró levantarse después de varios intentos y sonrió para sus adentros, sin embargo la tierra bajo sus patas delanteras se desplomó y causó que cayera de bruces en el caudal.

El lobo de antes salió de su escondite y corrió hasta él, lanzándose al agua para ayudarle a salir. Toshiro debió tragarse su orgullo y permitir al pequeño lobo ser su punto de apoyo. Juntos llegaron a la orilla luego de batallar un buen tramo contra las fuertes corrientes del río.

El lobo negro sentía el cuerpo demasiado adolorido, pero agradecía estar vivo. A su lado, el lobo que le había ayudado respiraba acelerado recostado en el suelo, tratando de recuperar el aire y temblando por el frío de estar mojado en mitad de la noche.

Toshiro reunió la energía suficiente para levantarse, sacudirse el exceso de agua en su negro pelaje y recostarse apegado al lobo más pequeño para darle más calor. Se lamentó internamente por manchar tan bonito pelaje con la sangre de las heridas que aún permanecían abiertas.

Percibió las feromonas del chico. Eran dulces, pero no eran lo que esperaba para ese tipo de ocasión. Estaban cargadas de tristeza ¿Cómo era posible que un aroma tan empalagoso se sintiera tan amargo a la vez?

El pequeño lobo estaba tan tranquilo que parecía incluso dormido, pero Toshiro sabía que sólo estaba perdido en sus pensamientos ¿Cómo debía hacerlo para comunicarse con él? Era sabido que si un lobo no pertenece a la manada propia, sería imposible entablar conversación.

"¿Qué debo hacer?" se preguntó en voz alta, visiblemente afectado por las feromonas de tristeza. Debía hallar la forma de hacer feliz a ese omega.

"No me alejes de ti, por favor" susurró con voz quebrada.

Toshiro levantó su cabeza y observó al lobo mostaza a su lado, quien tenía su cabeza recostada a un lado para que evitara ver su cara. Recordó entonces la charla que alguna vez su padre le dió "Sabrás que es tu destinado cuando su voz haga eco en tu cabeza". Pensaba que habla en sentido figurado.

"Ahora entiendo porqué papá está tan loco por mamá..." dijo acariciando la cabeza del otro lobo con su hocico. "Y porqué ese imbécil arriesgaba su vida una y otra vez por mi hermano".

Toshiro pudo observar los ojos del otro lobo y sintió su corazón contraerse por la tristeza que reflejaban.

"¿Alguien te hizo daño? Dímelo y yo lo mato" dijo lamiendo su cara insistentemente.

"¿Por qué harías algo así?" preguntó asustado.

"¿No te has dado cuenta? Somos destinados... Y aquel que se atreva a poner triste a mi compañero, se las verá conmigo" dijo con voz seria.

El omega le devolvió una lamida en el hocico, pequeña acción que hizo que el corazón de Toshiro se acelerara. Incluso su cola se agitaba de la emoción.

Toshiro comenzó a preocuparse por el chico, pues no dejaba de temblar. Sus pelajes ya estaban secos a ese punto de la noche. Pensó en qué tan lejos habían quedado ocultas sus pertenencias. Miró el río y calculó unos cuantos kilómetros hacia arriba.

"¿Puedes esperarme aquí unos minutos? Te prometo que regresaré tan rápido como pueda" dijo levantándose, evitando mostrar el dolor que aún sentía por las mordidas que Taiju había dejado en su cuerpo y por los golpes recibidos en el río.

El lobo se acurrucó sobre si mismo, asintiendo levemente. Estaba congelándose y no se sentía muy bien.

Toshiro debía darse prisa.

Lo Salvaje en la Sangre [Tokyo Revengers] [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora