Fuera de control (pt 1)

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Mikey despertó de su siesta sólo para asegurarse que sus hijos aún siguieran a su lado. Estiró sus patas lo suficiente como para no perder la posición súper cómoda en que había estado durmiendo. Kane exhaló fuerte por la nariz luego que una patada de su compañero le llegara directo al costado.

Mikey rió bajito. Esos dos eran tal para cuál, pues ambos adoraban dormir siestas.

Su atención se dirigió a Kin, quien dormía acurrucado contra él, tal como lo hacía cuando era un pequeño cachorro.

Kin no llevaba más de una semana en el territorio de su compañero cuando decidió regresar con sus padres. Habían pensado que algo grave sucedió entre él y el alfa, pero descartaron la idea cuando vieron que Toshiro estuvo dispuesto a volver con su familia junto a él.

Desde entonces Kin sólo se dedicaba a estar apegado tanto a Takemichi cómo a Mikey, aunque a éste último todavía no le dirigía del todo la palabra. El omega era muy terco, y al parecer continuaba enojado con él. Pero Manjiro se conformaba con tenerlo a su lado.

Su mirada se dirigió al lobo negro que se mantenía recostado sobre una roca, montando guardia. A Mikey no le agradaba mucho ese sujeto, pues lo encontraba demasiado serio, aunque con Kin su actitud cambiaba totalmente.

El lobo a su lado se levantó deprisa y transformándose corrió hasta unos arbustos cercanos para vaciar su estómago. Ya era la tercera vez en el día que sucedía aquello.

Toshiro se apresuró en llegar hacia su compañero para consolarlo después de haber vomitado hasta el alma.

"Quizás comió algo en mal estado" se dijo Mikey observando a su hijo ser cargado por su compañero en su espalda.

"Papá... En verdad eres muy lento para algunas cosas" dijo Kane luego de escucharlo.

Mikey inclinó su cabeza a un lado ¿A qué se refería su hijo?







Takemichi trataba de comer en paz, pero los tres alfas discutiendo por ver quién se quedaba el último trozo de carne no se lo estaban haciendo fácil.

Puso la mando en el pequeño bulto en su abdomen mientras pedía a toda divinidad existente y no existe que el cachorro que venía en camino no fuera alfa, pues se volvería loco si resultaba ser otro más.

Su atención se dirigió a su hijo menor, quien se veía más pálido de lo normal y que parecía hacer esfuerzos por aparentar estar bien.

-Kin... ¿Estás bien? -preguntó preocupado haciendo que la discusión de los alfas se detuviera de golpe para mirar al omega mencionado.

El chico asintió con la cabeza. Y entonces ocurrió.







-¡Lo siento! -lloraba por la gran vergüenza que sentía.

-Ya te dije que fue accidente -decía Toshiro al entrar al cuarto luego de darse una ducha, con sólo una toalla en la cintura y otra en el cuello -No llores, cariño -decía secando sus lágrimas con los pulgares.

Kin comenzó a llorar más fuerte, incapaz de controlarse. Había causado una gran conmoción después de haber vomitado a Toshiro delante de todos.

Unos golpecitos en la puerta se escucharon. El alfa le indicó a la persona que podía ingresar al cuarto, mientras intentaba calmar a su compañero.

Kenji entró con una taza de un líquido de un extraño color.

-Mi tío me enseñó a preparar este té... Él es aprendiz de la anciana de nuestra manada, por lo que dice que ayuda mucho con los primeros síntomas -dijo con una sonrisa entregándole la taza a Kin, quien miró desconfiado el brebaje por su extraño color -Tranquilo, no le hará nada al cachorro.

Kin asintió, pero antes de dar un sorbo quedó completamente paralizado. Toshiro no pareció sorprenderse por las palabras del omega.

-¿Cachorro? -preguntó Mikey, que justo iba ingresando a la habitación para ver el estado de su hijo -¿Estás esperando cachorro?

Kane tuvo que salir al rescate de su compañero, quien quedó en medio de una gran discusión que se generó entre Mikey y Toshiro.

Takemichi tuvo que intervenir, sacando a Manjiro de la habitación, jalándolo de la oreja.

Toshiro al quedar a solas con Kin, que lloraba en silencio aún en shock.

-Tendremos un cachorro -dijo acuclillándose frente a él, con una sonrisa enorme y los ojos cristalinos, tomando una de sus manos para besarla.

Kin limpiaba sus lágrimas con la palma de su mano libre, con torpeza. Seguía sin poder creerlo aún. Toda su vida había escuchado que un omega recesivo como él, las probabilidades de esperar un cachorro eran bajísimas. Pero allí estaba ahora, esperando un pequeño o pequeña a la primera oportunidad.

La puerta del cuarto cayó de golpe, dándoles un susto de muerte a la pareja.

-¡Sólo tenías permiso para besarlo! -gruñía Mikey después de tirar la puerta de una patada, completamente furioso.

Toshiro se situó delante de Kin, cubriéndolo con su cuerpo, gruñéndole de regreso a su suegro. Mikey había comenzado a irradiar un aura muy diferente a otra veces que lo había visto enfadado.

Kin sintió terror al darse cuenta del estado de su padre. Tembloroso comenzó a gritar el nombre de su hermano y su madre. Iba a suceder otra vez.

...

Tuvieron que intervenir Shinichiro, Tadao, Draken y Yuu para lograr controlar a Mikey, quien casi asesina a Toshiro frente a los ojos de su hijo. Kin estaba sumamente nervioso, abrazado a su compañero herido. Su padre nuevamente se había transformado en esa bestia a la que tanto temía.

-¡Te odio! -gritó Kin antes de ocultar el rostro en el pecho de su compañero -Regresemos con tus padres... No quiero que algo le pase a nuestro cachorro.

Manjiro, que aún era inmovilizado por Shinichiro y Draken, dejó de dar batalla para intentar liberarse. Su cachorro había dicho que lo odiaba, y no sólo eso, también le temía.

Vio a Takemichi tratando de calmar a su hijo, y también a Kane y Kenji intentarlo, pero nada parecía funcionar. Ni siquiera las caricias y palabras consoladoras de su propia pareja, quien le decía que sus heridas no habían sido tan graves como se veían.

Manjiro sabía que la había cagado en grande.

Lo Salvaje en la Sangre [Tokyo Revengers] [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora