Tal para cuál

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Kazuma se dejó caer de rodillas frente a un gran árbol, haciendo una reverencia completa.

-Pido perdón a todo ser viviente que se haya visto afectado por mis bromas o por mi mera existencia... También a mis antepasados, que estoy seguro que ellos tienen algo que ver con esto -decía en voz alta -Ya entendí el mal en mis acciones... Si me libran de esto, les prometo cambiar el rumbo de mi vida y ser una mejor versión de mi mismo.

Una pequeña figura se sentó sobre su espalda luego de escucharlo quejarse. Le dió unas palmaditas a fin de darle ánimos. La tragedia iba para ambas partes.

-¡Oh, grandes antepasados! ¡Líbrenme de la ardilla rabiosa que decidieron que sería buena idea poner como mi destinada! -dijo levantando la mitad superior de su cuerpo sólo con la intención de hacer que Hana cayera al suelo sentada.

Furiosa comenzó a patearlo desde el suelo. Kazuma se puso de pie y sin problema tomó a la chica desde las axilas para dejarla colgando en una rama desde la camiseta que le prestó para que no anduviera desnuda por el maldito bosque.

-¡¿A quién llamaste ardilla rabiosa?! -chillaba tratando de soltarse de la rama -¡Espera que baje de aquí, cabrón!

Kazuma fingió no escucharla mientras continuaba caminando hacia alguna salida segura del bosque. Estando solo, entre tantos alfas que lo detestaban no era bueno para su bienestar físico.

Una patada voladora lo envió directo de cara contra un árbol. Hana rió satisfecha del golpe que el alfa se dió.

El mayor la miró molesto mientras limpiaba su rostro. En un suspiro se acercó a la pequeña chica y la cargó sobre hombro a pesar de sus reclamos y pataletas.

-Estoy tratando de pasar desapercibido en este lugar y tú no me estás ayudando con eso -dijo con tono aburrido soportando las patadas que Hana le proporcionaba -¿Será que con otra ronda de sexo por fin logre quitarte la energía?

Hana dejó de patalear, incluso de insultarlo debido a la vergüenza que sintió. Kazuma suspiró aliviado de que por fin pudiera tener un momento de silencio.

-Ya puedes bajarme -dijo en un susurro.

El alfa la dejó en el suelo y sujetó su mano para seguir caminando hacia donde supuso sería un buen lugar para salir del bosque.

-Por allí no... -dijo Hana reconociendo el terreno.

Kazuma había aprendido de mala forma a escucharla cuando ella aconsejaba sobre qué camino seguir o qué lugares específicos evitar. Después de caer estrepitosamente en tres oportunidades y ser perseguido por un furioso jabalí, prefirió hacerle caso.

-No entiendo porqué estás tan desesperado por salir de aquí -dijo ella soltando su mano antes de verlo caer a un agujero.

El chico salió cubierto de hojas secas, tierra y telarañas. Miró incrédulo a Hana quien observaba sus uñas con gran fascinación, pero que no pudo contener más la risa al ver el desastre tenía su compañero en el cabello.

-Eso fue decirme ardilla rabiosa -dijo quitándole una araña que le caminaba por la espalda luego de que él se lo pidiera amablemente a regañadientes.

-Necesito encontrar a mi hermano -dijo ya malhumorado -Desde que nos encontramos, sólo has hecho que pierda el tiempo.

Hana borró la sonrisa burlona de su rostro. Trató de aparentar que las palabras de Kazuma no le habían dolido, pero siempre había sido pésima en actuar. Un nudo se formó en su garganta y para evitar que el alfa la viera llorar, se dió media vuelta y comenzó a correr de regreso a lo profundo del bosque.

-Que tonta fui -susurró dándose cuenta que Kazuma ni siquiera había ido tras ella.

"¿Cuál es tu problema?" preguntó el alfa apareciendo frente a ella. Jadeaba cansado. Al parecer estuvo corriendo.

La chica lo ignoró y pasó de largo, pero el lobo volvió a cortarle el camino con insistencia.

-¡Ya no estoy siendo una pérdida! ¡Vete con tu hermano! -gritó enojada, apretando los puños.

-¡¿Quién dijo que eres una pérdida de tiempo?! -respondió tratando de no perder la paciencia con ella.

-¡Lo dijiste antes, tonto! -volvió a gritar ya importándole poco si su voz se quebraba delante de él -¡Estás tan desesperado por salir de aquí porque lo único que te importa es tu hermano!

-¡Necesito salir pronto de aquí porque no quiero que te pase algo! -gritó exasperado -¡Si te lastiman por mi culpa no me lo perdonaré nunca! ¡Lo de mi hermano era una excusa!

Hana no esperaba aquello. Sus ojos se empañaron por las lágrimas que amenazaban con salir. El alfa era tan orgulloso que admitir que se preocupaba por alguien más a parte de su gemelo era tarea difícil.

-¡Pudiste ser sincero desde un principio! -dijo golpeándolo en el pecho con su puño, con debilidad.

Kazuma la abrazó, sintiendo el rostro rojo. Estaba tan avergonzado por la situación. El llanto de la pequeña omega quebró algo en su interior. A la mierda su maldito orgullo. Había hecho llorar a su compañera y nadie más que él tenía la culpa.

La cargó como si de una niña pequeña se tratara, y comenzó a susurrarle palabras dulces hasta lograr calmarla.

-Me hubiera gustado que tu compañero fuera alguien mejor que yo -dijo acariciando el cabello suave de Hana -No he hecho nada bueno en mi vida como para que el destino te haya puesto como mi compañera.

La chica hacía pucheros con el mentón apoyado en su hombro, sin atreverse a mirarlo. Ella también tenía su orgullo y era suficiente con que la hubiera escuchado llorar.

-Tú tienes que soportar mi mal carácter toda la vida... Estamos empatados -dijo en voz baja.

-Tu temperamento me gusta... Eres más accesible y más tierna que mi madre. Él tiene un carácter de mil demonios y rara vez nos demuestra su afecto -dijo dándole palmaditas en la espalda -Pero creo que las cenas familiares contigo serán muy divertidas.

Hana notó algo extraño en la voz del alfa cuando habló de su madre. Tal vez todas sus bromas de mal gusto eran una forma desesperada de encontrar la atención que su progenitor no le entregaba.

Kazuma se detuvo de su caminata cuando una mano acarició su cabeza. Miró sorprendido a la chica.

-Oye...has eso de nuevo -dijo con una gran sonrisa.

Hana había dado en el clavo.

Lo Salvaje en la Sangre [Tokyo Revengers] [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora