En problemas

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Ran caminaba lento, sabiendo que una manada iba tras sus pasos. Se detuvo para echarse en el suelo cerca del patio trasero de su casa.

Era hora de enfrentar su destino.

"¡Abuelito!" gritaron al unísono dos lobatos de blanco pelaje, saltando sobre el cuerpo del lobo rojizo.

Detrás venían con torpeza otros dos cachorros evidentemente menores que los gemelos, agitando sus colitas. Ran rió al ver lo fácil que se distraían, pues antes de llegar hasta él comenzaron a ir tras unas mariposas.

"Niños, vuelvan" dijo mientras los gemelos le mordían una oreja y la cola

Los cachorros retomaron su camino hasta él para poder echarse sobre él. Uno no tardó mucho en dormirse, mientras el otro sólo se dedicaba a ver las acciones de los hiperactivos cachorros blancos.

"Aún no entiendo cómo es que no pierdes la calma con cuatro bolas de pelos alrededor tuyo" dijo Rindou llegando a su lado, llevando en su lomo un dormido lobato gris.

Ran empujó con su pata a uno de los gemelos haciéndolo rodar cuando intentó saltarle a la cara. Rindou comenzó a reír, allí estaba la muestra de afecto de su hermano en la que tanto había estado trabajando.

"Ahora que viene el quinto y sexto en camino... Estoy pensando que tal vez debí hablarles a los chicos sobre la abstinencia" dijo lamiendo al cachorro más pequeño cuando se le acercó buscando algo de cariño. "Nunca pensé que se volverían unos verdaderos adictos al sexo".

"¡Sexo!" gritaron los gemelos corriendo alrededor de los dos lobos adultos.

Ran sabía que estaría en grandes problemas cuando regresaran a casa y Nahoya escuchara a los gemelos repetir esa palabra tal como lo estaban haciendo en ese momento. La cosa se puso peor cuando el cachorro sobre el lomo de Rindou despertó sólo para repetir la palabra uniéndose a los otros dos.

"Ahora Souya y Kotaro me van a armar un gran lío en casa" dijo viendo a su nieto correr tras sus primos.




-¿Les habrá sucedido algo? -preguntó Yuki viendo la hora y que Ran y los niños aún no regresaban.

Kazuya le abrazó por la espalda, besando su cuello y mejilla haciéndolo reír bajito.

-Están bien. Papá podía con Kazuma y conmigo de cachorros, esto no es nada -susurró mientras acariciaba su pequeña pancita -Tú eres quien me preocupa más. Deberías estar descansando.

Yuki hizo un puchero diciendo que ya estaba cansando de estar todo el día en cama, que ya se sentía mucho mejor y que no volvería a desmayarse. Sin embargo Kazuya parecía no querer transar con él en ese aspecto, pues lo estaba llevando de regreso al cuarto. Había descubierto que el alfa era demasiado sobreprotector cuando de su salud se trataba. Sintió que fue salvado de tener que ir a la habitación y morir de aburrimiento cuando golpearon la puerta. Logró escabullirse e ir a ver de quién se trataba.

-¡Mis bolitas de nieve! -dijo con una gran sonrisa recibiendo a los felices niños que corrieron a abrazarle a él y luego a su padre.

-Tengo prisa, me voy -dijo Ran cerrando dándose la media vuelta cargando dos cachorros dormidos bajo sus brazos.

Yuki y Kazuya quedaron descolocados por la actitud de Ran. Él nunca tenía prisa, ya que estaban al tanto que Nahoya estaba de mal humor y el líder prefería pasar todo el día fuera de casa hasta que se le pasara.

-¡Sexo! -gritaron los gemelos corriendo hacia su habitación.

La pareja quedó en completo silencio mirándose el uno al otro, para ver si realmente habían escuchado bien. Los niños gritaron la palabra corriendo hacia el cuarto de baño, sabiendo que después de una larga tarde de juegos les correspondía un baño.

-Cielo...Tus padres vienen de visita mañana ¿Verdad? -preguntó Kazuya sintiendo que un ojo le temblaba.

-Si -susurró.

-Mierda -respondió llevándose la mano a la frente.







Hana se paseaba nerviosa de un lado de la sala a otro. Era la primera vez que permitía que su cachorro saliera de paseo junto a su abuelo, y que estuviera algo retrasado la tenía histérica.

-Cariño -Kazuma llamó su atención desde la cocina -Ya llegarán, tranquila.

-Te juro que si vuelves a contarme una historia de cómo su padre los cuidaba bien a ustedes cuando cachorros, te hago dormir en el sofá -respondió ella enfadada.

Kazuma rió al verla toda enojada en mitad de la sala. Para él era adorable verla así. Finalmente su padre hizo aparición para entregarles a su cachorro dormido, mientras entraba a la casa.

-Se ha portado de maravillas -dijo acariciando el pelaje del animalito en los brazos de Hana -¿Están seguros que son sus padres?

La omega comenzó a echar humo por las orejas, reclamando una explicación a su pregunta. Ran desordenó su cabello, mientras conversaba con Kazuma sobre unos asuntos pendientes que tenían sobre el territorio, acomodando el cachorro rojizo en su otro brazo. El chico había logrado con esfuerzo y perseverancia convertirse en la mano derecha de su padre y su tío Rindou en cuanto a los asuntos de la manada Haitani, y Ran le había considerado para convertirse en el próximo líder cuando tuviera que retirarse.

-¡No me ignoren, maldición! -gruñó Hana pateando la canilla de ambos alfas.

-Tienes el mismo carácter de mierda de Nahoya -dijo riendo desordenando aún más su cabello, esquivando otra patada -Ya entiendo porqué no se llevan bien.

Kazuma la sujetó de los hombros para evitar que siguiera intentando golpear a su padre y que no pusiera a prueba su paciencia.

-Bien, debo regresar a casa. Kenji debe estar preocupado por su cachorrito... O tal vez esté dormido... No lo sé -dijo despidiéndose de su hijo y su furiosa compañera.








Cómo lo había supuesto, Kenji estaba profundamente dormido en el sofá, con la cabeza sobre el regazo de su compañero, quien si se veía muy preocupado. Su rostro mostró evidente alivio cuando lo vio entrar con el cachorrito en sus manos.

-De tal palo, tal astilla -dijo Ran entregándole el lobato a su padre, quien lo colocó a un lado de Kenji para que durmiera cómodamente -Aún es algo torpe para caminar, y muy distraído.

-Tiene un año... No esperes la gran maravilla -regañó Nahoya a sus espaldas -Espero que el que viene en camino tenga más energías, pues este niño es la copia de Kenji.

El omega aludido gruñó dormido abrazándose a su cachorro, quien gruñó también.

Kane estuvo de acuerdo con Nahoya, eran muy similares.

-Por cierto, estuvo hace unos instantes Kazuya... -mencionó Nahoya con una sonrisa molesta sujetando el brazo de Ran -Tenemos una conversación pendiente.

El líder suspiró. Traicionado por su hijo.

Lo Salvaje en la Sangre [Tokyo Revengers] [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora