Mikey veía al par de niños interactuar entre ellos, sentados en la alfombra de la sala.
-Papá -dijo uno de ellos entregándole un juguete para que le diera cuerda.
Manjiro sonrió al ver a su hijo ir de regreso con el otro niño para mostrarle cómo funcionaba el juguete. Era tan agradable escuchar la risa de los dos pequeños. El mayor de los infantes hizo un gesto con sus manos, con algo de torpeza, para indicarle que lo acompañara a su habitación para ir en busca de otros juguetes. El otro niño asintió con su cabeza con una clara expresión de confusión.
-Creo que algo le entendió -dijo Manjiro sabiendo que Takemichi observaba la escena desde atrás.
El menor de los cachorros regresó a la sala cargando un gran peluche para su tamaño, mientras el otro le gritaba que era el equivocado. Manjiro contuvo la risa viendo cómo su hijo menor se desgastaba los pulmones gritándole al otro.
-Sabes que no te escucha -dijo apuntándose las orejas.
El niño asintió corriendo hacia el menor y parándose frente a él para hacer otros torpes gestos, indicándole su equivocación.
Manjiro rió enternecido.
-Jun realmente se esfuerza para comunicarse con Hiro -decía volviendo a recostarse en el sofá para continuar con su siesta.
-Lo quiere mucho. El otro día defendió a Hiro de un par de niños en el parque cuando comenzaron a burlarse de él -dijo Takemichi tomando uno de los juguetes que su hijo le entregó para que se uniera a sus juegos -Es un bruto igual que tú... Los golpeó hasta que lloraron.
Manjiro rió orgulloso de su pequeño. Si hubiera estado allí, habría golpeado a sus padres también por criar incorrectamente a sus hijos.
Hiro caminó hasta Mikey y apretó sus mejillas sonriendo. El alfa por un momento pareció ver a Kin en él, cuando era un cachorro y jugaban juntos.
El niño no comprendía porqué su abuelo lo abrazaba tan fuerte. Miró a Takemichi y no pareció encontrar respuesta en él.
-Papá, lo agobias -dijo Kin entrando a la casa sacándose el abrigo que traía con ayuda de Toshiro, que venía junto a él.
-Es que es tan adorable -decía apretando sus mejillas provocando que el niño intentara huir de él, pero Manjiro se lo impedía. El alfa terminó soltándolo cuando escuchó sus quejidos, a punto de llorar.
Toshiro cargó a Hiro quien corrió hasta él mientras balbuceaba algunas palabras de reclamos. Kin lo recibió en sus brazos cuando le pidió ser cargado por él también.
-¿Nos extrañaste? -preguntó gesticulando sus palabras de manera exagerada, asegurándose que el niño mirara sus labios. Hiro le había entendido, pues asintió con su cabeza.
El pequeño pidió ser bajado al suelo para ir en busca de unos de los juguetes de su tío y mostrárselos a sus padres.
-Ue..te -dijo con esa sonrisa tan adorable que lo caracterizaba.
Jun se cruzó de brazo con una expresión de orgullo. Había pasado toda la tarde tratando de que Hiro aprendiera a decir esa palabra y su esfuerzo daba frutos. Kin se acercó a su hermano menor y le agradeció su gran trabajo. El pequeño lo abrazó. Para Jun recibir las gracias de su hermano mayor era una de las cosas que más le hacían feliz.
Cuando Hiro tenía algunos días de nacido notaron que no respondía a la voz de sus padres o de ruidos externos. Sólo reaccionaba cuando le tocaban o estímulos visuales. Kin y Toshiro supieron que su cachorro era sordo después de que el curandero de la manada lo examinara.
Kin pasó mucho tiempo echándose la culpa de que el pequeño no tuviera audición. Para Toshiro fue una batalla extenuante el convencer a su compañero que la culpa no era suya.
Para Manjiro y Takemichi también fue difícil aceptar que el pequeño bebé no les podía escuchar. Pero poco a poco fueron adaptándose a Hiro, al igual que su tío Jun.
El día que pudo pronunciar su primera palabra, que fue "mamá, se armó un gran alboroto. Era un gran logro el que habían conseguido después de intentarlo por mucho tiempo. El resto de palabras que había aprendido fue un poco más sencillo ya que habían entendido como hacerlo.
Jun se transformó en el guardian de Hiro el día en que en una salida con Manjiro y Takemichi, un par de niños empujaron al infante después de que no los escuchara cuando le pidieron jugar con ellos. El omega supo que las cenas cuando Jun creciera serían aún más desastrosas pues demostró tener un carácter igual al de su padre, por lo que era muy seguro que se trataba de otro alfa.
-Tus padres pidieron que llevemos a Hiro para la ceremonia -dijo Kin cambiando la ropa del cachorro, quien trataba de leer sus labios -El señor Baji quiere presumir a sus nietos delante de todos, ahora que este año el ritual se celebrará en su territorio.
-¿Señor Baji? Sabes que no le gusta que le digas así -dijo Toshiro riendo recostado en la cama observándolos atentamente.
Kin se negó a llamarlo de otra forma pues decía que de esa manera demostraba todo el respeto que sentía por él. Toshiro rió volviendo a repetirle que no le llamara "Señor Baji" pues Keisuke decía sentirse un anciano.
Hiro se subió a la cama luego de que Kin terminara de ponerle el pijama. Toshiro lo recibió en sus brazos para cobijarlo bajo las mantas.
-Hay que empezar a acostumbrarlo a dormir en su camita -dijo Kin apagando la luz para ir a la cama.
El cachorro balbuceó unas palabras que sabían que significaba "buenas noches". Acariciaron su cabeza con cariño y sonrieron al verlo quedarse dormido casi de inmediato.
-¿Por qué estás tan ansioso de que duerma en su cama? -preguntó Toshiro acariciando la cabeza del pequeño sin parar.
-¿No extrañas hacerlo en la cama? -preguntó haciendo reír a Toshiro -Estoy cansado de buscar excusas para que tus padres cuiden de Hiro y así poder coger contigo en alguna parte del bosque.
-Tú quieres que tu padre me mate ¿No? -preguntó nervioso -Imagínate que un día nos escuche... Estoy seguro que hará una bonita decoración con mi piel. El otro día lo escuché decir que la sala se vería mejor con una alfombra de pelaje negro... ¡Mi pelaje es negro, Kin!
Kin dejó escapar una gran carcajada, no podía creer el gran temor que Toshiro le tenía a su padre. Pero bueno, el alfa tenía una sólida y contundente razón para hacerlo. La última vez casi lo mata.
-Bien, no lo haremos en casa -dijo con una sonrisa -Pero a cambio quiero algo.
-Lo que quieras -dijo cerrando sus ojos, después de hacer una maniobra para poder besarlo sin despertar a Hiro.
-Otro cachorro -dijo después de bostezar, quedándose dormido.
Toshiro esa noche no durmió.
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Lo Salvaje en la Sangre [Tokyo Revengers] [Omegaverse]
Narrativa generaleSecuela de "Salvajes por Naturaleza" Nadie dijo que la paternidad sería fácil, pero tampoco les dijeron lo rápido que los cachorros crecen. ACLARACIÓN *Los personajes de Tokyo Revengers no son de mi propiedad. Créditos a su autor* *La historia si es...