Energético

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Los quejidos de Kotaro en mitad de la noche despertaron a Shoji. Otra vez su compañero estaba sufriendo de calambres.

-¡Detesto esto! -se quejaba sujetando fuerte las sábanas para mitigar el dolor mientras Shoji le ayudaba masajeando sus piernas.

El alfa casi se movía por inercia, y Kotaro podría jurar que aún seguía dormido. Así que le lanzó una almohada al rostro para despertarlo del todo. Shoji sacudió su cabeza y le miró confundido.

-Me estaba quejando y tú no me estabas escuchando -dijo cruzándose de brazos en una pataleta infantil.

Shoji rascó su nuca aún sin entender qué sucedía. Kotaro rodó los ojos mientras daba golpecitos a su lado en la cama. El alfa se recostó bostezando atrayendo en un abrazo al mayor hacia su cuerpo.

-Sé más cuidadoso, recuerda que ahora somos dos -dijo restregando su rostro en el pecho del alfa.

-Lo soy -respondió cerrando sus ojos con cansancio.

Kotaro trató de dormirse nuevamente, pero no podía. Sentía que tenía mucha energía, y sólo pensaba en una forma de gastarlas.

-Sho~ji~ -canturreó el nombre del alfa removiéndose en sus brazos. Pero el chico parecía dormir profundamente.

El omega intentó despertarlo, sin embargo el menor no reaccionaba. Frustrado se volteó en su abrazo, pues tampoco pareciera que pudiera escapar de sus posesivos brazos. Maldijo a Taiju por darle tanto trabajo al alfa y dejarlo tan agotado que durante la noche era imposible despertarlo.

Con algo de dificultad logró bajar su pantalón y liberar su erección. Tenía que gastar sus energías de alguna u otra manera. Respiraba profundo con tal de no emitir gemidos, aunque sabía que podría gritar y Shoji no reaccionaría.

Estuvo masturbándose por unos cuantos minutos y cuando estaba por correrse sintió el gran miembro de Shoji endurecerse, y luego una ayudándole con su problema.

-Eres un travieso -susurró tan cerca de su oído que su respiración provocó que la piel del omega se erizara por la agradable sensación.

-Sabes que a esta hora me pongo caliente -dijo con un tono lascivo, riendo cuando el alfa lo sujetó de la cadera para restregar su erección contra su trasero -No lo vayas a meter sin prepararme.

Shoji asintió sonrojándose recordando la oportunidad que durante su celo perdió el control y terminó lastimando al omega. En aquella ocasión se autoimpuso un castigo incluso de dormir en otra habitación por un mes completo, y dejaba regalos a modo de disculpas por toda la casa para Kotaro. Fueron las cuatro semanas más difíciles para ambos. Y una vez que pasó el castigo, fue cuando concebieron al cachorro que ahora el omega esperaba.

El alfa llevó sus dedos a la entrada de Kotaro y los introdujo uno por uno a medida que le ayudaba a dilatar para que lo recibiera en su interior.

El mayor cambio de posición para mayor comodidad de ambos, quedando recostado sobre su abdomen. Le gustaba aquella postura pues con las sábanas creaba un suave roce contra su miembro mientras era embestido por Shoji.

El alfa se posicionó sobre él, tomando su miembro para buscar con la punta la entrada del mayor. Fue introduciéndose lentamente, entrando y saliendo hasta asegurarse que Kotaro se había adaptado completamente a su tamaño.

-¡Espera! -dijo asustando a Shoji, que su primer pensamiento había sido que lo había lastimado -No quiero hacerlo así... Quiero que me mimes también.

Shoji recuperó el aliento, agradeció que no le hubiera hecho daño. Asintió sentándose en la cama para recibir en su regazo al omega quien usando la fortaleza de sus piernas sostuvo su peso mientras tomaba la erección del menor para guiarla nuevamente a su entrada. Fue bajando lentamente hasta que todo el miembro estuvo dentro suyo. Se sostuvo de los hombros del alfa mientras recuperaba el aliento.

-Eres...muy grande -dijo incapaz de contener un par de lágrimas.

El alfa de inmediato comenzó a besarlo por todo el rostro, acariciando su cuerpo para distraerlo. Kotaro no se aguantó más y estalló en carcajadas. Definitivamente su compañero era el mejor.

-Mi...oso de peluche gigante no sabes cuánto te amo -dijo riendo más por la reacción del menor, quien lo abrazó posesivamente diciéndole lo mucho que lo amaba.

Fue Kotaro quien comenzó a moverse para motivar a Shoji para que siguiera con el resto del trabajo.

El omega gemía a todo lo que su garganta le permitía, clavando sus uñas en la espalda de Shoji, quien tenía varias marcas anteriores de rasguños hechas por Kotaro.

El mayor gritó cuando se corrió entre ambos cuerpo, y sus gemidos se intensificaron en el momento en que Shoji terminaba dentro suyo, llenando de su caliente semilla. Kotaro jadeaba agotado con la frente apoyada en el pecho del alfa.

Shoji salió de su interior lentamente después de ayudarle a levantar sus caderas lo suficiente para hacerlo. Kotaro se avergonzó cuando el semen de su compañero cayó sobre la cama.

-¿Estás bien? -preguntó Shoji recostándose en la cama dejando a Kotaro sobre él.

-Siempre preguntas después de coger... Si, estoy bien -dijo bostezando ya completamente satisfecho y cansado.

-No quiero lastimarte -dijo metiendo uno de sus dedos en el interior del omega para sacar el restante de su semilla para que pudiera dormir bien.

Kotaro rió bajito tratando de no dejar escapar un gemido. Shoji, terminado su trabajo, tomó las mantas con algo de dificultad y cubrió el cuerpo de ambos.

-Dulces sueños, amor -dijo levantando su cabeza para besar la frente de su compañero que ya se había dormido, víctima del agotamiento.









Taiju lo miró con una ceja alzada. Shoji tenía unas grandes bolsas oscuras bajo los ojos y luchaba contra las inmensas ganas de dormir. Seguramente su pequeño compañero no le había dejado descansar adecuadamente.

-Vete a casa... No me sirves así -dijo frustrado al notar que Shoji no sería de utilidad en el estado en que se encontraba.

El alfa asintió para posteriormente dar un largo bostezo. Kotaro después de haberse dormido, lo despertó una hora después para pedirle algo de comer y una nueva ronda de sexo.

-¿Qué haces aquí? -preguntó al verlo llegar a casa, mientras se llevaba a la boca unos bastones de zanahoria con mermelada de frambuesa.

Shoji no podía entender de dónde sacaba las energías Kotaro, pues se le veía fresco como lechuga.

Lo Salvaje en la Sangre [Tokyo Revengers] [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora