Había encontrado algo que realmente le gustaba. Dormir a la sombra de un árbol justo donde comenzaba la arena, con el tranquilizador sonido de las olas de mar de fondo.
Una mano acarició su cabello cuando despertó de golpe.-¿Qué sucede? -preguntó con tono suave sin apartar la mirada del libro que leía.
-Sentí algo extraño -dijo cambiando de posición sus piernas para estar más cómodo, dejando reposar la mano sobre su abdomen ligeramente abultado -Creo que se movió.
Taki bajó el libro y vio la expresión concentrada de su compañero mientras trataba de decifrar lo que había sentido. Sonrió enternecido.
Volvió a acariciar su cabello, ahora un poco más largo. Yuta levantó la mirada y le regaló una gran sonrisa al hacer contacto visual.
-Sabía que estarían aquí -dijo un hombre cargando en su hombro un par de troncos -Izana los ha estado buscando.
Ambos asintieron poniéndose de pie, siendo Yuta ayudado por su compañero.
Yuta había sido aceptado por la manada de Taki con bastante entusiasmo por parte de la mayoría de sus integrantes, el resto parecía sólo feliz con su presencia. Pero los más contentos con su emparejamiento con el alfa eran sus padres. Ellos lo recibieron en su hogar con una gran calidez.
Cuando se enteró de que se encontraba encinta, se armó una gran celebración. El miembro más querido y respetado de la manada se convertiría en padre junto a su campañero, además que un cachorro era algo extraño de ver en el clan.
-¿Cómo está el humor de mamá? Anoche estaba muy enfadado, y hoy no lo vimos en la mañana -dijo tomando la mano de Yuta, mientras seguían al hombre manteniendo una distancia segura para que no los golpeara con los troncos.
-Sabes que lo pone de mal humor el que invadan nuestro territorio -dijo acomodando las maderas -Pero ya encontramos a los invasores, por eso los está buscando.
Yuta por mirar confundido a Taki no prestó atención al camino, por lo que tropezó con una roca, cayendo de rodillas aún sujetado a la mano del alfa.
Hubo un pequeño momento tenso entre ambos alfas, cuando Taki le gruñó al otro cuando se volteó para ver qué había sucedido. El hombre colocó los troncos lentamente en el suelo al notar los ojos rojos del chico.
-Tranquilo, hijo -dijo con una sonrisa cuando Taki se disculpó por haberle gruñido, sintiéndose avergonzado por su reacción -Me adelantaré. Asegúrate que no se haya lastimado.
Taki nuevamente se disculpó con Kakucho antes de dedicarse a revisar a su compañero. Sentía el aroma de la sangre por lo que seguramente se había lastimado.
-Borra esa expresión de tu cara. Fue mi culpa por no mirar el camino -dijo Yuta al notar la culpa en el rostro del alfa mientras limpiaba las heridas en sus rodillas -Taki, tus ojos...
-Si hubiera reaccionado rápido, no habrías caído -dijo cerrando sus ojos con fuerza, regresando a su color violeta habitual.
Yuta había entendido la razón del cambio de color en los ojos de Taki gracias a sus padres. El chico era un alfa dominante, y cada vez que sus instintos salían a flote, sus ojos cambiaban de color. Y desde que se enteraron del cachorro en camino, el cambio ocurría reiteradas veces. Aunque Taki detestaba que sucediera aquellos, pues lo hacía sentir extraño.
-El líder nos está esperando, no lo hagamos esperar más -dijo cambiando de tema para distraer al alfa.
Por más que se negó, Yuta terminó siendo cargado por el mayor en su espalda, con el argumento que sus rodillas estaban lastimada y no podría caminar rápido.
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Lo Salvaje en la Sangre [Tokyo Revengers] [Omegaverse]
Fiction généraleSecuela de "Salvajes por Naturaleza" Nadie dijo que la paternidad sería fácil, pero tampoco les dijeron lo rápido que los cachorros crecen. ACLARACIÓN *Los personajes de Tokyo Revengers no son de mi propiedad. Créditos a su autor* *La historia si es...