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-¿Hermano? -dijo Anthony cuando observó a Colin.

Anthony tampoco podía dormir, por la preocupación que le causaba Colin. Eloise había comentado en la cena lo sucedido, todos sintieron la muerte de lady Crane, y estuvieron de acuerdo cuando Violet dijo que Colin, a lo mejor, estaba sufriendo.

Colin se dio la vuelta, lo que causó su retraso hacia su paseo.

Anthony lo miró con dulzura, esa propia entre hermanos, donde no eran necesarias las palabras solo los entendimientos visuales.

-Hermano -susurró Colin.o

-¿Cómo estás? Eloise...

-Esa fisgona.

-No te enfades con ella -suplicó su hermano mayor -. Es imposible, lo sé, pero ya sabes cómo es, y le preocupas.

Colin se sentó en las escaleras de la entrada, con los brazos sobre las rodillas, el dolor en la garganta, haciéndole imposible hablar.

Hizo un esfuerzo por generar un sonido.

-No sé si solamente me duele por ella o por lo que pudo haber sido nuestro.

Anthony ocupó el lugar junto a su hermano, puso la mano en su hombro.

-No hubo un <<nuestro>> hermano, fue una relación superficial nacida del capricho. Es hora de que lo aceptes, no te enamoraste de ella, solamente te dejaste llevar por la idea del "amor"

El peso que tenían las palabras de Anthony, en Colin, era increíble.

¿Será que solamente se sentía, todo el tiempo, afligido por la curiosidad de cómo hubiese sido su vida si se casaba con Marina sin saber que ella estaba de encargo?

¿Realmente le habría gustado salvar lo suyo con ella?

¿Le había hecho, lady Whistledown, un favor? Todo eso le revolvía las emociones. Detestaba no sentir el control de sus sentimientos respecto a esa situación.

¿No amaba a Marina, amaba la idea de amarse entre ambos? Probablemente, porque fue tan ciego para no darse cuenta de la treta de lady Crane, elevó una idea sin detenerse a investigar los sentimientos de ambos, con profundidad.

Pero claro, era un inmaduro, cómo iba detenerminarlo.

-No te sientas mal -pidió Anthony -. Te equivocaste y eso lo hace cualquiera.

-Pero...

-No, no la lastimaste, y ella lo supo, siempre lo supo, eras tan ingenuo que ella tomó eso como ventaja.

Colin guardó silencio. Un Bridgerton siempre encontraba consuelo con Un Bridgerton, así era siempre, eran una familia demasiado unida para esa época, más amor que envidia, más alegría que ambición, más comprensión que vergüenza. Más perdón que señalamientos.

-La entiendo, es difícil de creer porque soy hombre, quizás ni la entiendo pero, si la compadezco, una mujer en una situación como esa, solamente... Es una pena que haya muerto sin ser feliz.

Colin derramó una lágrima y sonrío. La recordaría de la forma en la que la conoció: danzando con una sonrisa.

Penelope, al percatarse de que los hermanos estaban en la entrada, decidió no salir de casa. No tenía que imaginar dos veces que pasaría si la vieran salir a esas horas.

No la iban a juzgar, ni hablarían cosas que no eran, lo que si harían sería meterla de vuelta, no sin someterla a una investigación, aparte de la reprensión.

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A los días, lady Violet invitó a Penelope a tomar el té, con ella, no con Francesca, que por cierto era visitada por muchos caballeros, entre ellos él que más le interesaba a ella, ni con Eloise o sus otros hijos, solo con ella.

Cortejando A Penelope Featherington Donde viven las historias. Descúbrelo ahora