18

5K 264 50
                                    

Portia Featherington no tenía en tan mala estima a Colin Bridgerton, sin embargo, no creía que lo que quisieran hablar se tratara de algo importante, si era de lord Jack Featherington, deseaba, a toda costa, variar de ese tema. Lo menos que deseaba era que la implicaran con él, la sociedad no reaccionó muy bien con el robo, y ella tuvo que arreglárselas para salir campante de la circunstancia.

—Señor Bridgerton, ahora mismo no me puedo mover de mi lugar, como puede ver, estoy de chaperona por mis hijas —comentó orgullosa, mirando de reojo a lord Fife y su deseo de entretener a su hija menor.

Colin tenía ganas de sacudir esa mujer y tirarla por la ventana. Pero como era demasiado caballero, se quedó en su lugar.

No le caía mal lady Featherington pero admitía que tenía su buena peculiaridad. Agradecía que Penelope fuera tan distinta, inteligente, guapa, con una visión exquisita de la vida.

—¿Por qué no vamos a pasear? —propuso lord Fife, mirando a Penelope.

Penelope miró a su madre. Portia claramente le dijo: muévete.

—¡Excelente idea! —aplaudió Colin, levantándose de su lugar —. Ven Penelope, cójete de mi brazo y usted, Fife, llévese a lady Featherington.

—Bridgerton...

—No estoy preparada para salir —objeto Penelope, quitándose las flores que trajo Fife, del regazo.

—No importa, Pen; vas conmigo, lo que requieras en el camino te lo consigo —aclarado eso, Colin arrastró a Penelope hacia la salida sin esperar que le replicaran algo.

—Colin, no eres muy caballeroso —le dijo Penelope mientras bajaban los escalones de su casa.

Colin suspiró, con felicidad. Se había salido con la suya a beneficio de estar cerca de Penelope. No se había dado cuenta lo adictiva que era su presencia, para él.

—Perdóname, pero debía de hacer algo, no estabas muy cómoda con lord Fife, ¿verdad?

Penelope hizo una mueca, para placer de Colin.

—No. Mi madre me obligó a recibirlo, no oí ni la mitad de lo que dijo —fue sincera. Fife podía ser todo lo guapo que la sociedad quisiera, no obstante, jamás podría considerar a un hombre que se burló de ella.

Empezaron a avanzar en la acera del barrio al tiempo que saludaban a los ciudadanos que pasaban frente a ellos.

—Ah, es que no es un caballero tan digno para tu mente —replicó el señor Bridgerton, sonriendo. Abusaba mucho de su característica encantadora.

—¿Y tú si?

Él la miró de reojo, formando una expresión de fe.

—Este paseo lo dirá —le respondió.

—Veremos.

—¿Te puedo hacer una pregunta, Pen?

—Claro.

—¿Por qué Eloise y tú han estado distantes? Me parece que no son las mismas de antes.

Él la seguía llevando del brazo, con dominio y fuerza. Le gustaba como permanecía prendida a él y cómo él se veía prendido de ella.

Portia, lord Fife, el  hermano de este y Prudence, venían por detrás. Portia no le prestaba atención a Colin y su intensidad de estar cerca de Penelope, por la obsesión con la que le sacaba algo a Fife, algo que dijese que estaba interesado en Penelope y a qué nivel.

—Bueno, no hemos podido pasar juntas. Yo me he estado preparando para buscar un esposo y ella... en sus cosas —dijo Penelope mirando a otro lado.

—Es raro eso, ustedes son más unidas que yo y mis...

Cortejando A Penelope Featherington Donde viven las historias. Descúbrelo ahora