Penelope se recostó en el diván elegante cerca de la ventana, mientras Eloise le servía, con las manos temblorosas, un poco de brandy. Eloise gradecía que su hermana tuviera un gusto exquisito, bien escondido, por el alcohol.
Ambas estaban tratando de entender la situación, cada una por su parte. No fue nada bonito para Eloise ver sometida a su mejor amiga en una situación abusiva, y eso le generó impotencia, enojo, rabia.
Tantas emociones que no sabía cómo estaba controlando. Deseaba meterle a Fife un abre cartas por la yugular.
Se dio la vuelta y camino hasta donde se encontraba Penelope, le ofreció un vaso de brandy y encogió los hombros cuando entendió la mirada de Penelope: no es apropiado.
De todos modos, ella lo tomó y se lo bebió todo. Lo necesitaba en su sistema para digerir con más fuerza lo sucedido.
Eloise se quedó en la silla próxima al diván, sin saber qué decirle a Penelope. Era curioso, porque ella siempre manejaba la conversación y constantemente tenía mucho por compartir pero, en ese momento, no sabía el qué.
No era por el escándalo, la mirada desolada de Penelope, sino por lo que había sentido su cuerpo, miedo, miedo por un intruso que quiso tocarla sin su consentimiento.
—¿Cuántas de nosotras no habrán pasado lo mismo? —preguntó Penelope en voz alta, mientras intentaba no romper en llanto.
Eloise volteó a ver y entendió a qué se refería su amiga. Su amiga.
—Quizás... muchas —a Eloise le costó responder. Le pesaba el cuerpo al imaginarse cientos de muchachas, en una situación así.
No tenía idea de lo que era la intimidad, ni cómo una mujer quedaba embarazada. Lo único que sabía era que un hombre había faltado el respeto a Penelope Featherington. De una manera que no conocía pero que definitivamente dolía.
Penelope suspiró.
—No tienes que estar aquí si no quieres, Eloise.
Eloise dejó el vaso de brandy y fue a sentarse con Penelope, la pelirroja se incorporó de inmediato y la miró a los ojos.
—Quiero estar contigo, sé que han pasado muchas cosas, pero no puedo abandonarte en este momento...
Ella sonrió y tomó su mano, a pesar de los guantes sentía la suavidad. Esa que siempre le encantó.
—Gracias. Yo...
—Lo hablaremos luego, hay mucho qué explicar y mucho que quiero saber, pero será luego, no se trata de mí en este momento sino de ti.
Ella tenía un impulso enorme por abrazarla, sin embargo, se contuvo. Pasos lentos, la amistad se encontraba en un hilo porque, todavía no estaba rota, no podía terminatse ya que era demasiado fuerte, más que cualquier unión romántica.
—Aunque...
Penelope debió adivinarlo.
—¿Si?
—¿Por qué no me contaste que querías a Colin? Todos los Bridgerton actúan natural como si siempre lo supieron, sin embargo, yo no. Y no quiero admitirlo porque me dirán ciega.
Penelope sintió el efecto del brandy y solamente lo dejó escapar.
—Siempre quise decírtelo pero, ¿para qué? Yo estaba firmemente decidida a resignarme.
—¿Qué demonios significa eso?
—Que pensaba que él no me veía como... —se sonrojó. Porque todo había cambiado, él la deseaba, sabía eso y cómo era estar con él.
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Cortejando A Penelope Featherington
Hayran KurguPenelope está dispuesta a mejorar su apariencia sin importarle la opinión de nadie ¿Qué pasará cuando Colin la vuelva a ver luego de haber sido evitado durante casi un año? -¿Me permites un baile, Pen? -No, señor Bridgerton, no vaya hacer que sus a...