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-¿Qué?

-Colin anunció que serías su esposa...

¿Era posible que en una cabeza tan pequeñita un dolor de cabeza tan grande pudiera caber? Penelope no se haría ninguna pregunta tonta porque sabía que, de ninguna manera, podía estar soñando, pero, en lo que a ella respecta, era mejor concentrarse en preguntas sin respuestas.

Una señorita no puede pasarse la mitad de la vida amando un hombre y luego enterarse de que este anunció un compromiso que ella no esperaba en absoluto.

Volteó a ver a Colin, irradiaba jovialidad e inspiraba cariño. Ese hombre era casi perfecto y ella lo seguía amando con todo su corazón.

Una cosa era ignorar el sentimiento profundo que le prometió desde que lo conoció y otra muy distinta era tirarlo, lo cual era muy difícil aun cuando ella deseaba hacerlo.

-Por favor -llamó el señor Bridgerton a todos, y Penelope no se dio cuenta de que ya tenía una copa en la mano, con champán.

Trago saliva, antes de arrojar el estómago, ahí en medio de las familias. Quizás sería bueno, una distracción iba a facilitar su asesinato a Colin Bridgerton.

Lo mataría, tan pronto como se le ocurriera una forma de sacarlo de ese salón, lo mataría. Ella acababa de sufrir una agresión, necesitaba procesarla y ahora él salía con un matrimonio.

Se volvió hacia ella, con la luz eliminando la oscuridad de las acciones que la hicieron sufrir. Su corazón se elevó, la traicionó, volvió a él, tal vez nunca regresó a ella, siempre fue suyo.

Esbozó la famosa sonrisa Colin Bridgerton y en ningún momento dudó de las siguientes palabras:

-Mi amor no cayó como un rayo del cielo, empezó con una sonrisa, -la emoción resaltaba en su voz -una mirada. Con cada segundo pasado en presencia de ti, fue aumentando hasta llegar al momento correcto, en el que de repente supe que te amaba.

Ella abrió los labios, y Colin deseo irse hacia cualquier rincón. Supiera o no, le rogaba que la besara. No había forma de resistirse, pero lo hizo, porque ella merecía que supieran las intenciones de él.

No esperaba que las cosas se desarrollaran así y tampoco estaba contento de lo que tuvo que pasar Penelope. Él encantado, estaba dispuesto a matar a Fife.

-Tal vez esto es la definición del amor entonces. Cuando te deseo cada vez que respiro, cuando te necesito y te adoro de todos modos.

-Colin...

Él ahuecó la mano en la mejilla de ella. Era pasmosa, inteligente, hermosa. ¿Cómo demonios pudo no darse cuenta que ella fue su amor todo el tiempo?

-Esta eres tú, Penelope, y esto es amor.

Penelope pensó dos cosas: una positiva y otra negativa. Colin la amaba y eso la hacía muy feliz, pero, ¿cuánto era el amor que le tenía? ¿Suficiente para cuando se enterara de que ella era la famosa lady Whistledown?

Todos, atrapados en la magia del momento, especialmente Violet, Daphne y Benedict. Cogieron pañuelos para limpiarse la comisura de los ojos.

Aplaudieron y ahí mismo, Colin se inclinó hacia ella, la sujeto de las manos, muy firme, porque temblaba. No quitó los ojos de los suyos, los que prácticamente brillaban por la alegría.

-No puedo presumir de que seas la primera y la única mujer a la que propuse matrimonio, sin embargo, será un precioso privilegio decir que fuiste, eres y serás la única mujer a la que he amado, amo y amaré, incluso más allá de la muerte.

Le dio un momento para respirar y se complació a si mismo por tan bello monumento. Esa mujer estuvo frente a él y se detestaba por haber ignorado su ser desde su debut.

Cortejando A Penelope Featherington Donde viven las historias. Descúbrelo ahora