¿Minho? Joder, ¿sigues ahí?
Se dio cuenta con un sobresalto de que estaba agarrando el teléfono como si fuera
el cuello del sexto secuestrador, con tanta fuerza que era un milagro que el puñetero cacharro no se hubiera hecho pedazos en su mano. Irritado, apartó a un lado sus
recuerdos y se concentró.—¿Desde dónde llamas?
—Desde el avión —respondió Changbin —. De camino desde Berlín a la casa franca
en Mendoza.Minho frunció el ceño y se preguntó cómo encajaba Argentina en aquello
mientras salía desnudo al balcón para poder hablar con libertad. Más abajo, en la fiesta, algunas mujeres se dieron codazos entre ellas al tiempo que levantaban la mirada y lo señalaban. Él apenas reparó en ellas.—Te escucho.
—Mueller se llevó al niño de su colegio privado en Shangai y consiguió
introducirlo en Europa. Por fin pillamos al hijo de puta en Alemania. Chan ha
hecho un buen trabajo consiguiendo que hablara —añadió.En la actualidad, el compañero de internado de Minho era oficialmente un operativo del MI6 y, de manera extraoficial, uno de los miembros destacados de Liberación, el equipo encubierto, escogido con sumo cuidado, que Minho había formado hacía más de una década.
Había montado la organización con el objetivo de encontrar y destruir a sus
torturadores, pero esta había evolucionado hacia algo que iba mucho más allá.Liberación se había convertido en una poderosa fuerza que hacía lo que fuera
necesario para rescatar a niños secuestrados. Su selecta y discreta clientela encontraba el modo de llegar hasta ellos a través del boca a boca y las referencias.
Y ningún cliente podía señalar a Minho ni a ninguno de los demás hombres.Liberación iba un paso más allá, sorteaba la ley. Y lo más importante de todo:
hacía el trabajo.Minho tomó aire para asegurarse de que no le temblara la voz.
—¿Me estás diciendo que Mueller te habló del sexto hombre?
—Sí, durante el interrogatorio. Hicimos las preguntas de rigor para determinar si sabía algo de tu secuestro.
—Y lo sabía.
—El muy cabrón es un puto perro rabioso al servicio de cualquiera con un hueso lo bastante jugoso.
—¿Hay razones para creer que Mueller estuvo implicado?
Era una posibilidad remota, pero tal vez Mueller fuera el sexto y ahora intentaba
confundir los hechos. Joder, a lo mejor era el puto Carcelero.—Negativo —informó Changbin —. Estaba cumpliendo condena en una cárcel alemana durante los seis meses previos y los dieciocho posteriores a vuestro secuestro. Él no estuvo involucrado; apostaría mi reputación. Pero sigue siendo una fuente, quizá incluso la clave. Sabía cosas de tu secuestro y de otros muchos más.
Minho apretó los puños mientras respiraba, conteniendo la furia que amenazaba con dominarle.
—¿Cómo se enteró del mío? ¿Por lo que se dice en la calle?
De ser así, resultaba interesante por sí solo. Lee Kento había mantenido el
secuestro en secreto; no se lo había contado a nadie, salvo a su círculo más íntimo. Ni a la prensa, ni al NIS, A nadie.Se había ocupado él mismo del
asunto, contrató mercenarios y concertó el pago del rescate. Y, sobre todo, guardó un silencio sepulcral.
En la actualidad, Minho no sabía a ciencia cierta si su padre había hecho mucho o poco.
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Proyecto Liberación
FanficTodo el mundo cree que el atractivo y millonario Lee Minho es un conquistador impenitente. Siempre rodeado de las chicas y chicos más bellos y liberados, frecuenta fiestas esplendorosas donde el sexo se bebe como si fuera champán. Lo que casi nadie...