Minho se estremeció cuando la voz del capitán resonó en el intercomunicador,
demasiado alta para su gusto teniendo en cuenta el dolor de cabeza que Jisung y elalcohol le habían provocado.Llevaba casi diez horas en el puñetero avión y Jisung seguía acaparando sus
pensamientos. Cómo se había derretido entre sus brazos, tan suave al principio y tanexigente después. Mierda , casi había perdido la cabeza cuando Jisung asumió el mando de ese beso. Y saber que le deseaba, que estaba dispuesto a cruzar todas las barreras invisibles para tenerle.Era consciente de que debía resistirse, pero el chico lo había excitado, había hechoque se empalmara. Se perdió por completo. Y cuando aquellos débiles gemidos se adueñaron de su cabeza, estalló. Necesitaba tenerlo. Tocarlo, poseerlo.
Oh, cielos, fue increíble sentirlo. Su piel tan suave. Sus pezones tan duros. Frotó
el pulgar contra las yemas de los dedos y recordó cómo se movía su piel con cada entrecortado aliento; su deseo había sido tan sincero, tan evidente, que era un milagro que no se hubiera corrido solo con verlo.Deseaba desnudarlo y separarle las piernas. Lo imaginó de rodillas, con la espaldaarqueada, ofreciendo sus pezones, y sus piernas abiertas para el él. Fantaseó con su sabor mientras lo besaba con lengua y el tacto de su trasero en la palma de su mano al
castigarlo por correrse demasiado pronto.Deseaba poseerlo. Tenerlo. Acariciarlo y prodigarle su amor.
Y al mismo tiempo, quería huir de todos y cada uno de esos deseos. Porque
surgían de la oscuridad. De las cosas que la Mujer le había hecho. De cómo le había herido para luego darle placer.
Se había follado su cuerpo y le había jodido la cabeza.La Mujer lo había destrozado por dentro, y no quería arrastrar a Jisung con él. Peroeso era lo que había hecho. Había estado a punto de hacerla suyo esa noche en la cabaña, en medio de la fiesta. Y se había dejado llevar hasta tal punto en el deseo que
ni siquiera se dio cuenta de lo lejos que había llegado hasta que ella gritó su nombre, suplicándole que lo follase.Era un auténtico hijo de puta. No tendría que haberlo besado, ni tocado, nisiquiera haber abierto esa puerta. Sabía que era un error, pero no había podido resistirse. Lo deseaba tanto como hacía diecisiete años, cuando los dos estabanperdidos en la oscuridad.
Ese era el verdadero infierno. Porque jamás podría volver a tenerlo. De ningún modo. No como deseaba.Estaba demasiado destrozado y Jisung merecía mucho más. Y aunque no estuviera roto por dentro, ¿qué importaba eso si cada caricia estaba prohibida? Era su hermano, por Dios bendito. Jamás estaría bien aquello entre ellos.
Ojalá pudiera expulsarlo de su mente, pero sabía que eso era imposible. Jisung había vuelto a su vida y, al hacerlo, se había metido dentro de su cabeza. En todos sus deseos. En todos sus recuerdos. Todo volvía de golpe; oscuro, en carne viva, y envuelto en las informaciones sobre Ortega.
Cerró los ojos. Tenía la esperanza de que Changbin le recibiera en el aeropuerto con la noticia de que Chan había capturado a Ortega y que el muy hijo de perra le esperaba atado en la sala de interrogatorios.
¡Mierda!, eso sí que sería perfecto.
Encontrar a la Mujer. Detener al Carcelero. Y ponerle fin a aquello.
Deseaba pasar página, y poder contárselo a Jisung .No cambiaría nada, seguiría sin poder ser suya, pero al menos podría hacer eso por Jisung .
Suspiró. Tenía que dejarlo todo a un lado. Quería estar al cien por cien cuandollegaran. No en plan sensiblero, ni jodido.
Tomó un último trago de agua con gas y levantó la botella para que la auxiliar devuelo se la llevara. Ella se acercó con rapidez; una chica guapa con la que habíacoqueteado en muchos viajes, pero con la que nunca se había acostado.—¿Un viaje de una sola noche esta vez, señor Lee ?
—Así es.
Ella ya lo sabía, desde luego, así que o bien estaba dándole conversación, o bien le recordaba que ella estaría en el mismo hotel. El Mendoza Elite, un exclusivo hotel con encanto propiedad del imperio Lee. No tendría problemas para averiguar sunúmero de habitación si le apetecía.
No era así.
Bajó la mirada a su teléfono vía satélite, que seguía sin sonar, y se resignó a
esperar hasta que hubieran aterrizado para que Changbin le pusiera al día.
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Proyecto Liberación
FanficTodo el mundo cree que el atractivo y millonario Lee Minho es un conquistador impenitente. Siempre rodeado de las chicas y chicos más bellos y liberados, frecuenta fiestas esplendorosas donde el sexo se bebe como si fuera champán. Lo que casi nadie...