Capítulo 22.

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Mehmet estuvo molesto con su hermano y su padre durante una semana. Luego vio a Dejhani adaptándose a la vida con Maryize y se le fue todo el enojo.

Sus padres dijeron que se encargarían de buscar a la bruja, ahora conociendo su identidad. No la habían visto en años porque ella despareció cuándo Maryize fue lo suficientemente mayor para mantenerse por su cuenta. Ellos asumieron la responsabilidad de buscar a la bruja. Debido a ésto, el líder Agrim y Mehmet estaban tranquilos por el momento. La amiga de Agrim había dicho que la bruja no estaba haciendo nada, así que realmente no tenían por qué preocuparse. Eso los dejó concentrarse en la relación que ahora era conocida por todos.

Los reyes no iban a difundir la información, pero todos se enterarían de que Mehmet estaba en la tribu de Agrim cuándo supieran que los reyes habían viajado hacia allá sin un motivo político. De todos modos no había riesgos inmediatos, pues sabían quién era responsable de todos los atentados contra el príncipe. La única razón por la que no lo llevaron al palacio fue que se quejó mucho y le rogó a sus padres que lo dejaran en la tribu hasta que la bruja estuviera muerta. Era una petición ligeramente irracional, pero sus padres se lo permitieron porque Mehmet se habría lanzado a llorar de lo contrario.

Ahora tenía tiempo para enfocarse en perseguir una relación normal con Agrim, aunque fuera extraña para la mayoría de los ojos. Ya todos en la tribu sabían de su relación (de todos modos lo sospechaban) por lo que no les inmutó saber que el príncipe Mehmet era pareja de Agrim. Honestamente su noticia resultó poco interesante en comparación con la noticia de que Dejhani era un Doncel. Nadie sabía cómo había logrado ocultarse durante tanto tiempo, pero les sorprendía mucho que un muchacho tan rudo y masculino güera en realidad un Doncel bajo todo ese aspecto áspero. Todos estaban confundidos.

Mehmet parecía feliz por su hermano y su amigo, solo que seguía sin comprender del todo cómo habían pasado de una gran enemistad a un extraño matrimonio que sin sentido alguno podía funcionar. Su hermano apenas salía de su tienda y todos oían de vez en cuándo los ruidosos gemidos que salían de Dejhani en las noches. Era fácil escucharlo, pero a todos les confundía tanto el cambio de actitud en Dejhani e incluso pensaron que podría estar bajo el efecto de un hechizo. Sin embargo Mehmet no sentía ningún tipo de magia sobre su amigo. Solo estaba actuando como una esposa.

A Mehmet le parecía bastante raro que su amigo fuera así. Aunque no se quejaba, era entretenido verlo tan feliz.

Mehmet tenía otra actividad que se había convertido en una verdadera obsesión. Lo hacía todos los días, lo que era una tortura para Agrim. Pero como a Mehmet parecía gustarle tanto, el líder Agrim no podía negarse cada vez que el muchacho le pedía permiso para hacerlo.

—¿Otra vez, Mehmet?— cuestionó Agrim, regañando al príncipe cuando éste trató de meter una mano en su pantalón.

El príncipe hizo un puchero.

Estaban sentados en la cama, ya de noche. Agrim revisaba unos pergaminos que le fueron entregados en la mañana, donde se mostraba el reporte de los suplementos de comida que habían recibido de una tribu vecina. Mehmet había estado durmiendo hasta hace unos minutos. Cuándo despertó, solo quería hacer una cosa. Por eso ahora estaba recostado junto a Agrim, con una mano dentro de su pantalón.

—Es que me gusta hacerlo— se defendió Mehmet, dándole una mirada tímida al líder Agrim.

Solo con verlo así Agrim sintió un escalofrío. No ayudó que la mano del príncipe aún estuviera en su pantalón, cerca de su muy traicionero miembro. Él no quería excitarse y aún así su pene estaba más que despierto. Era como un adolescente hormonal cuando estaba con Mehmet. Todo su cuerpo tenía mente propia.

El Príncipe Que No Es Un Doncel. (Tercera parte de la saga Donceles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora