Jiang WanYin observó con una ligera sonrisa triunfal cómo aquel Alpha arrogante se iba, sin embargo, la satisfacción no le duró demasiado puesto que en seguida sus sirvientes personales comenzaron a tirar de él en todas direcciones con el propósito de ataviarlo primorosamente para el Banquete Real. Como la futura emperatriz, sus vestiduras debían ser las mejores.
La noche había llegado más pronto de lo esperado, el príncipe Omega se movió tan delicadamente como pudo; mantener el equilibrio con todos esos adornos era demasiado complicado.
Nunca había llevado tantas cosas encima.
Siendo sincero, no sabía cómo los Omegas conseguían conducirse con tanta delicadeza y elegancia con todo eso sobre su cuerpo. Sobre todo las pequeñas joyas que amenazaban con caerse si daba un paso en falso.
Antes del alba iría a ofrecer incienso al templo si lograba permanecer con las complicadas vestiduras completas y en su lugar lo que durara la velada.
Caminó cuidando sus movimientos hasta la entrada de el que ahora podía llamarse su palacio, alzó la mirada encontrándose con la silueta alta e imponente del joven Alpha que lo esperaba pacientemente. Se situó al lado suyo; la diferencia entre ellos no era demasiada, un *cùn y medio a lo mucho.
Lan WangJi tenía la vista fija en el cielo, la luna y miles de estrellas iluminaron arrogantemente el cielo nocturno cuando el sol se puso. El viento helado envolvía con su aliento a las personas. Lentamente bajó su mirada hacia su costado.
El Omega que se encontraba al lado suyo lucía altivo y orgulloso, con la cabeza erguida mirando al frente, las farolas bellamente decoradas alumbraron todo el lugar permitiéndole ver claramente las vestiduras azules y la capa purpúrea bordada con detalles de nubes y lotos en hilos plateados que se pegaron suavemente al cuerpo del joven, un velo lila cubría totalmente su rostro.
La nobleza del príncipe WanYin era palpable, y su nacimiento en cuna real indiscutible. Sin embargo un deje de disgusto cruzó sus ojos de oro líquido al ver nuevamente ese objeto adornando la muñeca del que en unos cuantos días sería su consorte.
Si hace unos meses le hubieran dicho que estaría arrebatándole el prometido otro Alpha pensaría que eran unos desvergonzados sin moral alguna.
Para él, ese hecho era simplemente inconcebible.
– Vamos – le tendió la mano.
– ¿Es esto necesario su alteza?– Protestó, pero aún así tomó la mano frente a él.
Lentamente avanzaron por los jardines hasta llegar al salón de banquetes.
– ¡Anunciando la llegada de su alteza imperial Lan WangJi y de su alteza real Jiang WanYin!– un sirviente alzó la voz notificando su entrada.Todos los presentes se inclinaron haciendo una reverencia.
– Pueden levantarse – la voz gélida del Alpha llegó a cada rincón del salón.
– ¡Larga vida a su alteza y al príncipe Jiang WanYin!– corearon antes de erguirse.
La sorpresa en el rostro de todos los presentes fue evidente, no esperaban encontrarse con un rostro velado, sin embargo, inmediatamente bajaron la mirada al sentir el aura fría que emanaba del cuerpo del Omega.
Después de ese breve momento de incomodidad, el banquete continuó entre risas y conversaciones; hasta que repentinamente, la música que se escuchaba de fondo cambió.Una melodía suave comenzó a sonar, las lámparas se apagaron sólo para encenderse después de un parpadeo; una figura delgada y grácil se encontraba parada en medio del salón.
Todos los ojos se volvieron para mirar a la criatura celestial que había bajado al mundo de los mortales, honrándoles con su presencia, sus piés desnudos se deslizaron suavemente al son de la música mientras su pequeña cintura se contoneaba creando figuras intrincadas con sus ropas. Era una danza sublime, delicada y romántica que asemejaba a los copos inmaculados que caían cadenciosamente sobre la nevada montaña de GuSu, pero también erótica, seductora y atrevida como la suave llovizna que se atrevía a derretir lentamente la nieve. De un momento a otro, luces multicolores iluminaron el salón como flores florecientes provenientes de los pequeños diamantes que adornaban sus cabellos, quedando al descubierto cuando el Omega retiró con un movimiento rápido la cinta que los sujetaba. Un manto negro como la noche sin luna formó una onda al caer sobre su espalda y hombros cuando finalizó su danza dejando a todos sin aliento.
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ZORRO
FanfictionLa llegada al imperio Lan del príncipe Omega de YunMeng pone todo de cabeza. Para algunos es un zorro perverso que con sus engaños subvirtió todo aquello por lo que arduamente habían trabajado, para otros, es alguien inteligente e ingenioso como un...