Tras el largo y agotador viaje de seis meses, finalmente la caravana arribó a las puertas de la ciudad de CaiYi, capital del imperio.
Su llegada fué motivo de regocijo y festivales. Jiang WanYin corrió ligeramente las ventanas de su carruaje observando las calles engalanadas con el emblema de la familia imperial, estandartes de un blanco acendrado con bordados de nubes en tonos celestes adornaban las casas impolutas del imperio Lan.
El único color entre toda esa marea de blanco eran las banderas de su propio carruaje que ondeaban al viento en tonos púrpuras contrastando con el blanco predominante. Era imposible que los habitantes no voltearan a verle discretamente.
Sin embargo, a diferencia de la animada y bulliciosa gente de su reino, los habitantes del imperio lucían dignos y elegantes, moviendo sus cuerpos con una gracia cadenciosa que no parecía que hubiese festivales por doquier. Simplemente aburridos, colores repetitivos y actitudes serias; le sería difícil permanecer sin perder la cordura.
Tomó un último trago del espeso brebaje amargo en la taza de jade blanco y suspiró pesadamente, abrió las ventanas de par en par dejando entrar el gélido viento que azotó su velo y acarició con sus frías manos sus mejillas congelándolas ligeramente en el proceso.
En YunMeng la primavera comenzaría a asomarse en el horizonte, pero, en el imperio Lan parecía que el invierno nunca se iría. Sólo esperaba que no durara tanto; extrañaba el clima cálido y mayormente húmedo de YunMeng.
Buscó al costado inconscientemente su espada, al no encontrarla se mordió los labios hasta hacerlos sangrar, había olvidado que no le habían permitido llevarla con él.
Suspiró pesadamente, al menos le quedaban sus fieles compañeras; suavemente pasó sus manos sobre el par de dagas que llevaba ocultas entre sus ropas; un hábito adquirido a lo largo de los años, le daba seguridad. Y en ese momento la necesitaba más que nunca, pues estaba a nada de encontrarse con su destino.
Levantó su mirada posándola en la alta montaña nevada que se alzaba en el centro de la ciudad. Un imponente y enorme conjunto palaciego blanco se erguía orgulloso hacia el cielo, las nubes lo cubrían ligeramente como si tomaran un descanso; el palacio de las nubes, sin duda su nombre le hacía justicia. Pero, para él, lucía tan frío y solitario como un glaciar de los que su abuela solía contarle cuando era niño.
Una sonrisa suave se extendió en su rostro, también extrañaba a su abuela, su muerte había sido dolorosa especialmente para él. Aún conservaba el último regalo que le dio; sus inseparables dagas gemelas cuyas hojas plateadas eran tan afiladas que podían traspasar las rocas y el acero, estaban adornadas con patrones de lotos y engarzadas con amatistas y obsidianas. Un hermoso y mortal adorno para un hermoso y mortal Omega le había dicho la anciana.
Escuchó a los guardias gritar algunas cosas y detenerse. ¿Cuánto tiempo se había perdido en sus pensamientos? Se encontraban ya al pié de la montaña GuSu.
Largas escaleras de mármol que parecían querer subir al cielo se encontraban frente al carruaje y, al final apenas distinguibles se encontraban las imponentes puertas del palacio imperial. Frunció el ceño, “¿A quién demonios se le ocurrió hacer tantos escalones?”.
Respiró pesadamente; “¿Acaso piensan hacerme subir a pié las escaleras?” no es que le importará realmente, había pasado por cosas peores; pero era un miembro de la realeza, un poco de cordialidad no le hacía daño a nadie. Justo cuando abría la puerta de su carruaje dispuesto a hacer la larga caminata, seis sirvientes cargando un sedán de plata adornado con cortinas de seda y gasa blanca se acercaron a él. Un escolta que le acompañaba le tendió la mano. — Su alteza, por favor suba, lo llevarán hasta el palacio.
Jiang WanYin arqueó la ceja despectivamente; “¿Así que mi prometido ni siquiera se digna a venir a recibirme?” — Gracias por su amabilidad.
Con una elegancia desmesurada subió apoyado por el escolta.
El encuentro con su destino aguardaba.
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Os dejo un capítulo más, gracias por su apoyo ❤️🥰
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ZORRO
FanficLa llegada al imperio Lan del príncipe Omega de YunMeng pone todo de cabeza. Para algunos es un zorro perverso que con sus engaños subvirtió todo aquello por lo que arduamente habían trabajado, para otros, es alguien inteligente e ingenioso como un...