NO PUEDE SER SIMPLE

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Jiang WanYin se encontraba sólo, sin la compañía de Wen Ning en uno de los pequeños pabellones esparcidos por los jardines imperiales. La tetera humeante se encontraba en el centro de la mesa de piedra y los pequeños bocadillos parecían más pequeñas obras de arte que artículos comestibles.

Pasó la taza bajo su velo y bebió el resto del contenido; en ese momento, Wei WuXian hizo aparición con su habitual andar alegre y sonrisa radiante.

— ¡Ah! ¡WanYin! ¡Por fin te encuentro! ¿Sabes cuánto tiempo estuve caminando?— se quejó suavemente y un puchero apareció en sus labios.

WanYin frunció el ceño bajo el velo; ¿Qué estaba tramando ahora? No importaba, él sólo se sentaría a ver el acto. Un niño es sólo un niño a fin de cuentas, ¿Qué más intentaría?

El Omega de negro se sentó en uno de los taburetes metiendo un pastel de Osmanthus en su boca. Repentinamente su rostro brilló entusiasmado.

— ¡HuaiSang! ¡Tanto tiempo sin verte! ¡Ven aquí, rápido!— instó.

El Alpha Nie que tranquilamente perdía el tiempo observando a las aves que retaban la nevada saliendo de sus nidos dió un ligero respingo, había sido pillado intentando ser un pescado salado. Con desgana se dirigió hacia el joven que lo llamaba.

— WuXian, es bueno verte, ¿Cómo has estado?.— su mirada oliva se posó sobre el joven con el rostro cubierto que permaneció sin hablar, ¿Quién era?

— Bien, bien, HuaiSang, apresúrate a inclinarte ante la Emperatriz.

Nie HuaiSang inmediatamente dobló su cuerpo en un ángulo de noventa grados.— ¡Su majestad! ¡Perdone mi imprudencia! ¡El segundo príncipe del reino impuro presenta sus respetos a la emperatriz!— permaneció inclinado.

WanYin observó al Alpha con intriga. — Descuide príncipe Nie, esto no es una reunión oficial, por favor levántese.

HuaiSang se irguió permaneciendo de pié.

— Príncipe Nie, tome asiento. — WanYin escudriñó los ojos del Alpha logrando percibir una agudeza que de inmediato fué cubierta por una mirada traviesa.

— HuaiSang, no seas tan educado, siéntate.— Wei WuXian tiró de su manga.

El Omega de ojos grises le sirvió una taza de té con sus propias manos.

El Alpha se resignó a pasar el tiempo con ambos Omegas, pero, en lo profundo de su cabeza seguía dándole vueltas a un par de incógnitas ¿Cómo era el Omega que capturó el corazón del temible Sandu-SengShou? ¿Acaso nadie más que el general era digno de ver su rostro?

Cada uno de ellos tenía diferentes pensamientos arremolinándose en su mente, trazando ideas y convergiendo líneas. ¿Cuál se sobrepondría a cuál?

WanYin observó las pupilas olivas del Alpha de túnicas verde seco, en su mirada había un atisbo de agudeza y perspicacia que era fácilmente encubierta por una fachada inútil, traviesa, ingenua y distraída. Presentía que el segundo príncipe Nie no era tan simple como aparentaba.

Y, él siempre acertaba.

Wei WuXian entrecerró los ojos y una sombra oscura brilló en los hermosos y enormes iris casi imperceptiblemente; un destello carmín bailó disimuladamente en la palma de su mano.

 Por si sola esa pequeña flor era inútil, pero, si se combinaba con otro aroma en específico liberaría una toxina afrodisíaca.

Que…conveniente.

— ¡Oh, príncipe Nie, mire esto!.—  Wei WuXian inclinó su cuerpo y estiró las manos como si estuviera tratando de alcanzar algo de la enredadera; las mangas se deslizaron suavemente exponiendo los delicados y níveos brazos como el  jade.

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