INTRUSO

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Dos días después, en el conjunto palaciego de la montaña, una figura negra despareció rápidamente por una ventana, los guardias tuvieron que hacer una persecución rápida.

El caos en el palacio de las nubes, pronto alcanzó al palacio Río de Estrellas.

Pero, en comparación con el ambiente tenso en el palacio del emperador, Jiang WanYin se encontraba acostado sin preocupaciones. Una figura negra se deslizó hasta su habitación entre las sombras de la noche aterrizando silenciosamente al lado de la cama.

Jiang WanYin estaba dormido, pero en constante alerta, su mano se movió instintivamente hacia las dagas que mantenía ocultas bajo su almohada.

Rápidamente se volteó empuñando la peligrosa arma.

Su brazalete despidió unas ligeras chispas violetas.

—Yin-er, soy yo.— una voz detuvo con éxito a escasos milímetros de su cuello la hoja afilada.

—¿A-Yang?— la habitación estaba demasiado oscura. WanYin sonrió enojado.—pequeño demonio, después del alboroto que hiciste te están rastreando, ¿Y llegas hasta aquí justo ahora? busca un lugar donde esconderte, déjame el resto a mí.— torció las comisuras de su boca en una sonrisa de zorro. Algunas personas no dormirían en toda la noche.

Un par de toques sonaron en su puerta.—WanYin, ¿Estás bien?

Jiang WanYin abrió la puerta y le dio una sonrisa a la persona.—HuaiSang, estoy bien.

El Alpha lo miró dudoso. Justo ahora había escuchado una voz masculina en la habitación del Omega. ¿Acaso fue una cita en medio de la noche? Aunque después de lo que había descubierto, no creía que debería preocuparse, sin embargo, lo hacía.

Una fuerte voz se escuchó a sus espaldas, un Alpha de túnicas blancas apareció bajo la brillante luz de la antorcha. Hizo un gesto con la mano a los guardias.

—¡Busquen!— después de descubrir que su Omega había desaparecido y haber buscado por toda la montaña con la preocupación latente en sus entrañas terminó enterándose por HuaiSang que WanYin casi había sido secuestrado. Eso lo ponía más alerta que nunca respecto a cualquier movimiento extraño dentro y a los alrededores de la montaña. Había reforzado la seguridad en el perímetro y montado vigías en los muros del conjunto palaciego. Aún así, un intruso se había colado.

Los guardias entraron ignorado a HuaiSang y a WanYin que se encontraban en la puerta de la habitación.

Wen Ning apareció medio adormilado y aún confundido por el sueño gritó.—¡Quién les dio el coraje para registrar el palacio de la emperatriz?!

—Lo siento, sólo estamos siguiendo órdenes.

Lan WangJi miró a WanYin y después a HuaiSang con el cabello revuelto y en túnicas interiores, parecía ser que el príncipe Nie se había levantado de la cama con el alboroto.

Pero el claramente había visto la figura de un Alpha entrar al palacio de WanYin.—WanYin, ¿No tienes curiosidad por saber qué estamos buscando o ya sabes la respuesta?

WanYin volvió La cabeza y le devolvió la mirada al Alpha con ojos somnolientos.—¿cómo sabría lo que buscas si no me lo has dicho?

El Alpha frunció el ceño molesto, a pesar de su gran olfato, no lograba percibir ningún aroma aparte del de HuaiSang dentro del palacio, ordenó sus guardias buscar minuciosamente en cada lugar, debajo y dentro de cada mueble.

—Su majestad, no hemos encontrado nada.— reportó uno de los betas.

Dentro del palacio Río de Estrellas, ahora había un desastre, como si un huracán hubiera volcado todo a su paso. Lan WangJi se dió la vuelta deteniéndose después de dar un par de pasos.—Ten cuidado.— advirtió.

 WanYin sonrió brillantemente.
—Descuide su majestad, estaré a salvo.— acto seguido, cerró la puerta en las narices del príncipe Nie.

Desde lo alto de las vigas, una figura envuelta en túnicas negras descendió al piso, sus ojos carmín brillaban con diversión infantil. Viró el rostro hacia el Omega sentado en el borde de la cama pasando inmediatamente a una mirada enfadada.— ¿Por qué te expusiste de esa manera? ¿ Qué pasa si ese Alpha se lo cuenta al emperador?

—No lo hará.— sonrió.— y si se atreviera a delatarme, exterminaré a toda su familia.

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