GRACIAS

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La nieve cayó silenciosamente del cielo esa tarde, las calles de la ciudad comenzaban a llenarse de tráfico y una farola decorada con dibujos de nubes parpadeó ligeramente.

Jīn ZiXuan observaba todo el tiempo a su alrededor; miró por un breve momento a WanYin y solo pensó que ese Omega era distinto a cualquier otro que hubiese visto. Era como el agua de un lago profundo bajo la luna. Sus ojos poseían algo que hacía que otros no pudieran entenderlo.

No pudo evitar compararlo con cierta persona muy allegada a Lan WangJi.

Wei WuXian.

Él era pequeño, lindo, alegre y vivaz, un Omega que hacía cosquillas en el corazón de cualquier Alpha que lo conociera. Instaba el deseo de protegerlo y mimarlo.

Exactamente todo lo contrario a WanYin, que era alto, poseedor de un par de ojos fuertes y orgullosos. En lugar de verlo como alguien a quien proteger, los Alpha’s  sentían que necesitaban ser protegidos por él.

Había algo en el aura del Consorte del Emperador que le parecía extrañamente familiar y atemorizante.

Probablemente por eso ahora estaban ahí.

WanYin sonrió, sus ojos estaban nublados por la oscuridad, lo que hizo que Jīn ZiXuan sintiera como si estuvieran escudriñando el fondo de su alma, sin embargo, sólo duró unos segundos, en un instante, los ojos de WanYin se volvieron claros y apacibles nuevamente haciendo que no se pudiera detectar nada.

Jian WanYin conocía a ese Alpha, en más de una ocasión cruzaron algunos golpes de espada en el campo de batalla, era por eso que su presencia le traía recuerdos dolorosos.

Se detuvieron delante de una pequeña tienda de vino a las afueras de la ciudad donde distintas personas de toda clase se reunían al caer la noche.

— ¿Cómo pudiste traernos a un lugar como éste? — le reprochó en un susurro Wen Ning preocupado más porque alguien sospechara de la identidad de WanYin que por su seguridad.

— Cálmate pequeño, no hay necesidad de enfadarse tanto.

— ¡No me llames pequeño!— un furioso Omega le propinó un fuerte pellizco en el brazo.

— ¡Ouch!— el Alpha no pudo evitar quejarse.—¿Puedes dejar de ser un espíritu malvado por un momento?.— después de decir eso, ZiXuan continuó mirando la pobre tienda con arrogancia.

La puerta que conducía al interior estaba abierta y la escasa iluminación le daba un aire tétrico al lugar. Entraron los tres uno tras de otro, en lugar de sus cómodas vestiduras, ahora estaban envueltos en capas oscuras y raídas que descaradamente intercambiaron con algunos viajeros.

El mostrador frente a la puerta estaba repleto de jarras de licor y vasos de barro, mientras que las rústicas mesas estaban esparcidas por todo el lugar. Detrás del mostrador estaba una puerta que dedujeron, llevaba a la cocina.

Dejando a los otros dos parados, Jīn ZiXuan se sentó en una mesa como si fuera el amo del mundo.

Mientras WanYin observaba cautelosamente a su alrededor, miró a Jīn ZiXuan.

— Parece que estás disfrutando esto.—lentamente se sentó frente al Alpha y sonrió.— ¿De verdad eres hijo de un noble? Porque dejas mucho espacio para la duda.

En su opinión, el general Jīn o estaba muy confiado de sus habilidades o era muy estúpido, no era lo más adecuado entrar a un sitio como ese sin refuerzos y en compañía de un par de Omegas.

El Alpha pareció ver a un pequeño zorro tanteando cuidadosamente el terreno, sacudió la cabeza ignorando sus pensamientos. —Su majestad, esto tiene que ser nuestro pequeño secreto, si alguien más lo sabe, nos meteremos en problemas.— murmuró para que sólo los Omegas pudiesen escuchar.

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