LA CORONA

667 110 10
                                    

En la mansión Jīn, también había otros pabellones similares al jardín de Jīn ZiXuan, con aguas termales y varias flores. Pero a diferencia del sendero abandonado que conducía hasta ese sitio; los caminos de loza estaban decorados con piedras blancas incrustadas a los costados, las esquinas y los paterres de flores. La ligera niebla despedida por el vapor le daba la ilusión de ser un país de las hadas.

Tan pronto como Lan WangJi y Jiang WanYin se sentaron, una persona más llegó a su encuentro.

— WangJi, ¿Porqué no me dijiste que bajaste a la ciudad? — preguntó Wei WuXian con enojo.

— No tiene mucho tiempo que llegué, pensaba visitarte pronto.— respondió el Alpha.

— ¿Qué viniste a hacer?

— Asuntos personales WuXian.

Después de que Lan WangJi dijo eso, Wei WuXian cambió la conversación hacia Jiang WanYin.— ¡Oh! No sabía que estabas aquí, dime ¿Por qué no estás usando tu velo ahora?— en su corazón lo despreciaba calificándolo como un espíritu de zorro que busca seducir a los hombres con sus engaños.— Y…¿Por qué has venido con WangJi?

Originalmente, WanYin no quería meterse en problemas, pensó que el joven maestro Wei se iría pronto y él podría tomar el té tranquilamente. Inesperadamente, Wei WuXian era la definición de buscarle problemas.

Recordó la ocasión en la que el Omega de negro se golpeó la cara a propósito y no pudo evitar querer abofetearlo.

— Que puedo decir, soy afortunado; me casé con WangJi, llegué a conocerlo y puedo llevarme bien con él.

Cuando Wei WuXian escuchó las palabras de Jiang WanYin inmediatamente se puso de pié.
— ¿Has olvidado que yo lo conocí primero? Si hay alguien que de verdad sepa sobre él soy yo.

— Oh, muy cierto, por eso pueden ser buenos amigos.— una sonrisa se colgó de sus labios pasando desapercibida.

Lan WangJi contuvo un suspiro, sólo podía ver impotentemente cómo el par de Omegas se atacaban el uno al otro con palabras despiadadas sin querer retroceder; al final, cuando ya no pudo estar más en el centro de la tormenta se levantó de su asiento pasando por alto a Wei WuXian y se acercó a Jiang WanYin.

WanYin estaba sentado cerca de la fuente termal, la blanca rocalla brillaba por la humedad del vapor y la sombra del Omega se proyectaba sobre ellas.

— Su majestad, ¿Por qué está de pié? Por favor siéntese.— siseó WanYin con saña pero manteniendo una sonrisa encantadora en su rostro.

Lan WangJi apartó su mirada de la fuente termal, inmediatamente se encontró con la hermosa sonrisa de Jiang WanYin ; su corazón parecía haber caído dentro de la fuente siguiendo gradualmente sus ondulaciones. La mirada en sus doradas pupilas fué enredada por innumerables filamentos haciendo que le fuera imposible apartar la vista de su Omega.

WanYin a sus ojos lucía como una flor de loto que sale del barro sucio y permanece intacto, no halagador ni destinado a complacer a los demás. Mostrándole orgulloso  su belleza etérea e inconmensurable al mundo.

Jiang WanYin dio unas palmaditas en el banco de piedra a su lado indicándole a WangJi que se sentara junto a él.

Los ojos del Alpha brillaron sonriendo; ¿Cómo no podía darse cuenta del truco que estaba intentando su Emperatriz? Sí, Jiang WanYin era un Omega feroz, pero también demasiado adorable; como un pequeño zorro esponjoso que protege su territorio activamente de los intrusos enseñando sus pequeños dientes y lindas garras si es necesario.

Al ver que el Alpha se quedó inmóvil por un momento, WanYin tiró ligeramente de sus mangas.

Lan WangJi sonrió sutilmente, si su Omega quería eso, entonces él lo complacería; así que obedientemente se sentó a su lado.

ZORRO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora