SI TIENE QUE SER, SERÁ

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En esos momentos, en la sala de audiencias se generó un gran alboroto, nadie tenía idea de dónde se encontraba el hijo del primer ministro, hacía algunas horas que no se conocía de su paradero desde que salió de la mansión Wei sin compañía alguna.

En la habitación privada de un restaurante, un hermoso Omega bebía un fuerte licor disfrutando de la vista de los transeúntes, ajeno a cualquier cosa mundana como un hada inmortal.

Un guardia cubierto de pies a cabeza entró por la ventana escalando los dos pisos inferiores por fuera. — Joven maestro, tiene que regresar ahora.

— ¡Aiyaaa! ¿Porqué luces tan alterado? ¿Pasó algo en la mansión?
El guardia de las sombras se sintió como si estuviera comiendo cebolla cruda.

— Están preocupados por usted, incluso el emperador ha ordenado desplegar sus tropas, temen que haya sido secuestrado.

Wei WuXian frunció el ceño.
— ¿Por qué son tan exagerados?— Con un suspiro emprendió el camino de regreso.

Después de algún tiempo entró por la puerta del salón del trono con una enorme sonrisa.— Papá, WangJi, ¡Eh vuelto!

— Xian-Xian, ¿Cuántos años tienes? Incluso el emperador ha estado aquí esperando a tener noticias tuyas.—  Wei ChangZe dijo con expresión fría.

Wei WuXian se volvió para mirar a su padre sin comprender.—¿Hice algo mal?

Las cejas de Lan WangJi se suavizaron y le preguntó gentilmente.— ¿Dónde has estado? Me encontraba muy preocupado por ti.— levantó la mano y acarició su cabeza.

El Omega inclinó la cabeza e hizo un puchero.— Estaba muy aburrido en casa, así que salí a pasear, me dio sed y fui a una habitación privada a beber té. Originalmente pensaba invitarte, pero casi siempre estás ocupado.

Los ojos del Alpha brillaron.
— Vamos, te llevaré a mi palacio.— lo persuadió.

Wei WuXian levantó la cabeza para mirarlo incrédulo. — ¿No me regañarás ésta vez?

Lan WangJi esbozó una sonrisa apenas perceptible. — ¿No dijiste que querías invitarme a beber té?

Después de hablar, se dio  la vuelta y se alejó llevándose a Wei WuXian.

Wei ChangZe estaba encantado, el mismo emperador había escoltado a su hijo.

Por otro lado, Lan QiRen tenía un rostro amargado, había presenciado dos cosas desagradables ese mismo día.


En el palacio Río de Estrellas escuchó el crujido de la porcelana, la cara de Wen Ning estaba desencajada y en su mano sostenía la mitad de una taza.

Al verlo, WanYin preguntó con calma.— ¿Estás bien?

— ¿Sabes que el emperador llevó al joven Wei a su palacio?

WanYin asintió.

El tierno Omega apretó aún más fuerte el asa que sostenía sacándole otro crujido.— ¿Ese Omega piensa que la montaña le pertenece? ¿No dijo el emperador que quería que su matrimonio funcionara?

— A-Ning, él no puede cambiar de la noche a la mañana. No podemos forzar las cosas, si tiene que ser, será.


Por la tarde, Lan WangJi preguntó de repente. —¿Qué está haciendo mi Consorte ahora?

El mayordomo que le servía el té contestó apresurado.— Ví que el príncipe estaba en el pabellón de la primavera fría, frente al lago.

En un lugar de los jardines del palacio Río de Estrellas había un pequeño lago construido especialmente cuando se supo de la llegada del Omega de YunMeng. Jiang WanYin se sentó junto a la barandilla del pabellón mirando los pequeños copos caer del cielo danzando en una suave melodía silenciosa.

— ¿Qué estás haciendo?— una voz majestuosa se escuchó a sus espaldas.

WanYin viró el rostro y vió a Lan WangJi con una túnica blanca de pié en el pabellón justo detrás de él.

El Omega sólo suspiro.— Es una vista hermosa, pero es una lástima que esté congelado, no hay nada que pueda habitarlo.

¿Quiere poner peces? Me aseguraré de poner algunos cuando llegue la primavera”.
— Cuando el hielo se derrita, ¿Algunos kois estarán bien?— inquirió con incertidumbre, él no tenía idea de cómo era YunMeng, sólo había escuchado que estaba rodeado de ríos y lagos.

— Demasiadas espinas, esos no se pueden comer. Además, nunca he escuchado de alguien que coma buena suerte.

— Entonces, ¿Qué te gustaría poner?

— Lotos…aunque, no sé si prosperen en este clima.

— Me aseguraré de que lo hagan.— prometió, y sin darse cuenta, una sonrisa se colgó de sus labios sorprendiendo al Omega.

Su sonrisa es hermosa, lástima que siempre sea tan hermético”
— Deberías sonreír más.

El Alpha lo miró sorprendido.

WanYin se encogió de hombros.— Es bonita.— La mirada confundida de Lan WangJi le arrancó una risa suave. — Tu sonrisa.

El Alpha pareció ver a un pequeño zorro esponjoso burlándose de él y sintió que la sangre se acumulaba en sus orejas volviéndolas rojas, se llevó la  mano al pecho apretando sus túnicas en la zona donde se encontraba su corazón y desvió la mirada avergonzado.

— ¿Eh? WangJi, ¿te sientes bien?— inquirió al ver su extrañeza.

— Mn, recordé que debo revisar los memoriales.
Y ante la mirada atónita del Omega se marchó de ahí tan rápido como su estatus se lo permitía.

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