-No confío en nadie, incluyendote Levi
- Mi Lady no necesito que confíes en mí para amarte ni mucho menos para cuidarte.
Elba Albrecht llegó a la legión después de escapar de la tormentosa vida que vivió en el subterráneo, pero se encuentra con múlt...
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'SOLDADO'
Al pasar los días e inclusive los años, me instale en la legión, después de pasar por todo el entrenamiento en la milicia como cadete lo había logrado
Después de una larga conferencia, sobre la responsabilidad y la fuerza que implicaba ser soldado, hablando incluso de muertes en el exterior, nos pudimos dirigir al cuartel.
El comandante Shadis quien poco a poco iba perdiendo su cabello, fue el primero en resivirme, junto con el había un soldado bastante alto, de ojos azules como el cielo y cabello corto por los lados bastante rubio.
- Tú padre estaría orgulloso Albrecht.- dijo Shadis.
Hice el saludo de la legión, sonriendole, era la primera vez que Shadis no me miraba intimidante.
- Fuiste la mejor en todos tus entrenamientos, no me asombraría que puedas ser la mejor de la legión.-
- Eso planeo hacer.- dije sin titubear como solía hacerlo.
- ¿Crees que estás lista para salir?.- hablo el rubio a lado de Shadis.
Lo mire sin ninguna expresión en mi rostro tan igual al de el.
- Creo en mi misma y en los grandes soldados que hay en la legión,con eso me basta.- dije levantando una de mis cejas.
Erwin me miró abriendo sus medianos ojos un tanto asombrado, lo mire de forma extraña por su expresión, sus enormes cejas eran las más expresivas de todo su rostro.
- El es Erwin Smith líder de escuadrón, espero que se lleven bien, quiero que trabajen juntos en un futuro.- hablo shadis.- cómo sea bienvenida soldado Albrecht.
Shadis salió de mi vista, dejándome a solas con Erwin.
- Eras hija de el ex Capitán Albrecht.- dijo.
- Si, aún lo soy, no porque este muerto significa que deje de serlo.- dije seria
- Lo siento...yo realmente admiraba a tu padre, era de los mejores soldados de la legión, hizo que no hubiera tantas muertes, no tanto como el comandante Shadis lo ha hecho, siempre pensé que el capitán Albrecht sería buen comandante y una salvación para la humanidad.-
- También lo pensaba, es una pena, se fue de este infierno sin siquiera resolverlo.- pose una mueca sobre mis labios.
Erwin hizo la misma mueca, había algo en los ojos azules de Erwin bastante curioso, transmitían bastante esperanza y serenidad.
Comenzó a adentrarse al cuartel un poco después de mí, pero cuando vio que no caminaba junto a el se detuvo.
-¿No vienes?.-
Asentí. Comencé a caminar a su lado hasta adentrarnos al gran cuartel general de la legión, tenía un ambiente amplio y bastante cálido, soldados trabajando rigidamente por cada rincón.
