-No confío en nadie, incluyendote Levi
- Mi Lady no necesito que confíes en mí para amarte ni mucho menos para cuidarte.
Elba Albrecht llegó a la legión después de escapar de la tormentosa vida que vivió en el subterráneo, pero se encuentra con múlt...
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—No esperaba que me siguiera Lady.—habló Carsten.
Retrocedí algunos pasos atrás en cuanto vi su rostro, saque mi pequeña navaja y la coloque detrás de mí espalda.
—Tranquila, no hay porque ponerse a la defensiva sólo vine a hablar.— dijo sonriendo.
La maldita sonrisa de Carsten daba escalofríos,parecía un maniático.
—¿Hablar?, ¿De qué quisieras hablar?.— pregunté.
—De la futura muerte de tus amigos claro o...y también del enano que tienes como novio.
Miré a Carsten confundida, me parecían absurdas sus palabras, pero la tonalidad de su voz me provocaba nervios.
—¿De qué estás hablando maldito degenerado?.
Carsten comenzó a reír, caminando hacía mí.
—¿Quién crees que está haciendo todo este alboroto?.— habló extendiendo sus brazos.
Miré a Carsten con los ojos entrecerrados, asombrada por su descaro.
—¿Por qué estás haciendo todo esto?, ¿sabes los secretos de las murallas como para querer que no se descubran?.— pregunté cruzando mis brazos.
—¡Qué mierda me importa a mí los secretos de las murallas!,¡Qué se muera quien se tenga que morir!, no me importa.
No era de esperarse que el rubio fuera de un temperamento despiadado y egoísta pero aún así no pensé que fuera tan cruel, tenía una fe ciega en él.
—Entonces...¿por qué quieres a Eren?.—pregunté.
—Elba...dulce, dulce Elba, estás en la legión y aun así eres demasiado inocente.
Me quede observando a Carten mientras caminaba alrededor, el tipo me rezaba por mucho en estatura era más alto que Erwin, podía ser un titán, con lo mucho que eso me encantaría así no dudaría en matarlo.
—¡Habla claro de una maldita vez!.
—Todo esto es por tí, Elba, porque te quiero a tí.— respondió Carten apretando sus manos.— Y no creas que lo digo de una forma romántica, te quiero para destruirte.
Retrocedí unos cuantos pasos atrás mirando la rabia salir de los ojos de Carsten,mientras poco a poco se acercaba a mí.
—¿Qué te hace pensar que yo cederé ante ello?.
—No te dejé elecciones Elba, aceptas o mato a Eren, junto con tus amigos y al enano.
Mi garganta comenzó a secarse al escuchar a Carsten, trague en seco al pensar en no volver a ver a mis amigos, Carsten contaba con mucho poder y egoísmo, su mente era tan retorcida que podía hacer cualquier cosa por lograr sus objetivos.
