-No confío en nadie, incluyendote Levi
- Mi Lady no necesito que confíes en mí para amarte ni mucho menos para cuidarte.
Elba Albrecht llegó a la legión después de escapar de la tormentosa vida que vivió en el subterráneo, pero se encuentra con múlt...
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Elba Albrecht
Hoy era el día favorito de Levi, día de limpieza por todos los rincones del cuartel.
-Bien a ustedes les tocará la parte de arriba y a tí Albrecht...- mencionó el azabache.
-Los calabozos.
Debe de estar bromeando, el lugar más sucio de todo el cuartel era justamente el sótano y conociéndo a Levi saldría de ahí hasta que estuviera reluciente osea cuando el mundo estuviera extinto.
No lo culpaba de todo, sabía que estaba algo molesto por estar ignorandolo todo este tiempo y es que aún no me he decidido decirle absolutamente nada,su presencia ya me ponía nerviosa cómo para hablar con el.
Bajé con un balde repleto de agua limpia y algunos utensilios de limpieza totalmente aprobados por el capitán.
Por suerte no eran las celdas de la policía militar que estarían repletas de delincuentes,las celdas de la legión estaban completamente vacías y bastante polvientas.
Sin poder empezar a limpiar aún, mire una de las celdas e instantáneamente me trajo el recuerdo de aquel día en dónde Carsten Lehmann se acercó a mí, el miedo que sentí esa vez recorrió mí columna haciéndome erizar la piel.
Me voltee para dejar de mirar la celda y poder volver en sí pero uno de los soldados apareció de la nada provocándome un ligero susto.
- Capitana Narbe...-dijo.- ¡Ay!, Perdone Capitana Albrecht no fue mi intención decirle así.
Mordí mi labio inferior tratando de no matar al soldado frente a mí y al mismo tiempo esconder mi cicatriz con mí propia mano.
Tome uno de los trapos con los que limpiaria y lo coloque alrededor de la mitad de mi cara cubriendo por completo mi nariz.
Comencé a limpiar con bastante trabajo hasta poder sudar, fregando los pisos y quitando hasta el minúsculo polvo de las rejas. Era bastante trabajo ya que el sótano es demasiado grande, no era justo que sólo a mí me dejara el trabajo.
- Juro que te mataré Levi.- dije mientras limpiaba.
-¿Terminaste de limpiar mocosa?.- dijo Levi entrando.
Me sobresalté por su presencia provocando que mi brazo rozará con una de las rejas oxidadas haciéndome una pequeña pero profunda herida.
-¿Desde cuándo me hablas cómo a tus sobordinados?.- pregunté tapando la herida con mi mano.
Levi se acercó a mí tomando por los hombros.
- Déjame ver la herida.
-No es nada, iré con Erwin para que me preste su botiquín.
