-No confío en nadie, incluyendote Levi
- Mi Lady no necesito que confíes en mí para amarte ni mucho menos para cuidarte.
Elba Albrecht llegó a la legión después de escapar de la tormentosa vida que vivió en el subterráneo, pero se encuentra con múlt...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¡30 para abrir las puertas!— gritó Erwin.
Nos encontrábamos en una formación de camino a una nueva expedición en las afueras de las murallas, era mí primera expedición después de aquel accidente con el titán anormal y en el cuál se vio perdida la vida de Faddei. Claramente me encontraba bastante nerviosa, no quería volver a cometer un incidente.
—¡Qué irritante!.— se quejó Hange.
—En cada expedición dices lo mismo antes de salir, Hange.— dije.
La castaña inclino sus pies de un lado a otra como una niña pequeña mientras ponía sus manos sobre su nuca.
—¡La espera me desespera!.—siguio quejándose.—¡Oye, Levi!.
—No.— contesto de una el azabache.
Hange quien había encontrado su emoción, con la respuesta fría de Levi se fue toda pisca de entusiasmo que había en la castaña.
—Pero sí aún no digo nada.
—"Ayudame a atrapar a un titán otra vez", ¿Cierto?.— respondió Levi.— Ayudarte es un completo fastidio.
Hange se vio sin opción de obtener la ayuda de Levi.
—Concentrate en la misión y deja de lado tú maldita y asquerosa obsesión.— dijo Levi
—No es una obsesión.
—¡Mira, un titán!.— Levi señaló por "accidente" hacía mí.
—¡¿Dónde?!.
Hange volteó a verme emocionada de ver a un titán, notando poco a poco el sarcasmo de el azabache.
—Pero... sólo es Elba.- dijo la castaña.
—N-no, yo no quería...— dijo nervioso Levi.
—Tranquilo, que tú estatura no te deje usar el sobrenombre "titán" debe ser una cosa horrible.— dije riendo.
Levi me miró sonrojandose un poco aunque mantuviera su mirada seria.
Hange seguía buscando candidatos para ayudarla a capturar un titán.
—¿Qué me dices tú, Mike?, ¿Me ayudarás?.
Mike no se inmutó en mirar a Hange, su respuesta fue clara al hacerse el desentendido.
—como siempre, los machos en todas las especies siempre son aburridos.— habló Hange.—¡¿Qué me dices tú Elba?!.
Estaba tratando de esconderme de esa maldita pregunta pero mis esfuerzos no fueron suficientes al parecer.
—Y-Yo...—dije tartamudeando.
Miré a Levi quien tenía la mirada fija en mí, negando con su cabeza de un lado a otro.
