-No confío en nadie, incluyendote Levi
- Mi Lady no necesito que confíes en mí para amarte ni mucho menos para cuidarte.
Elba Albrecht llegó a la legión después de escapar de la tormentosa vida que vivió en el subterráneo, pero se encuentra con múlt...
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—Elba, tienes que ir con Hange.— dijo Erwin.
—Pero los caballos...— contesté.
—Es demasiado riesgoso que te quedes aquí arriba y tampoco te puedo mandar a ti sola a pelear, no cuando estás herida.
Levi había ido a combatir él mismo al titán bestia, mientras los demás protegían a los caballos o derrotaban al acorazado.
—Protege a Eren y mata a nuestros enemigos, haz que tengamos victoria en está misión.
Dudé en tomar una decisión pero no me quedo más que volver a confiar en Erwin, deshice el escudo y comencé a ir en dirección de Hange y los demás, pero antes, volví hacia Erwin y lo abracé, él rubio se asombro por mí repentino gesto.
—Veras una nueva victoria para la humanidad.— dije, me alejé de él y con una leve sonrisa lo deje solo en la murallas
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Eren y el titán acorazado comenzaron a pelear entre ellos, Eren esquivaba cada uno de los golpes que Reiner intentaba lanzarle. Él castaño comenzó a cristalizar sus manos y aprovechar cada momento para masacrar al acorazado. El plan de Erwin era usar a Eren como carnada para persuadir a Reiner y evitar que llegara a los caballos, hecho que funcionó una vez que Eren se convirtió en titán.
Era comprensible que Eren luchará tan bien contra Reiner, estaban parados en el lugar donde todo comenzó, la traición de Reiner contra las murallas y la muerte de Carla, la venganza contra eso era lo que mantenía a Eren peleando. Pensé por un instante que Eren estaba perfectamente bien sin mí, no necesitaba que lo protegiera, no teniendo a Mikasa y a Hange cerca, mientras pensaba esto veía la cima de la muralla en dónde Erwin era el único en ella, con un sólo brazo no podía hacer mucho y sentí pena por él.
Mientras mantenía mi mente ocupada pensando, Eren comenzó a perder el equilibrio, Reiner había tomado su tobillo y golpeaba a Eren moviendolo de un lado a otro como si fuera un trapo sucio.
—Elba, protege a Eren.— gritó Hange.
Desperté de mí fuerte trance y me coloque al borde de algunas tejas sobre una casa lo más cerca que pude estar de Eren e hice un escudo sobre él mientras yacía en el suelo, él acorazado cristalizó su mano y con un fuerte golpe rompió el escudo evaporandolo, el golpe se sintió como si me hubiera golpeado a mí, la herida en mi abdomen comenzó a sangrar aún más haciendo que aquel líquido espeso y rojo saliera también por mi boca.
—¡Elba!,¿Estás bien?.— pregunto Armin.
Caí sobre mis rodillas haciendo presión con mi mano en mi abdomen, no sentía dolor pero no era relativamente normal perder sangre de aquella forma como si fuera un arroyo.
