-No confío en nadie, incluyendote Levi
- Mi Lady no necesito que confíes en mí para amarte ni mucho menos para cuidarte.
Elba Albrecht llegó a la legión después de escapar de la tormentosa vida que vivió en el subterráneo, pero se encuentra con múlt...
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"Despedida "
Me encontraba en mi habitación tratando de decidirme por las cosas importantes que debería llevar conmigo. Esa maldita custodia de ser vigilada por Levi y su escuadrón aún me carcomia de coraje pero si todo esto contribuía a Eren estaba dispuesta a hacerlo.
Un toquido en la puerta hizo que volviera en sí dejando de ver a mi alrededor.
-Adelante.- dije.
Cierta pelirroja asomó su cabeza entre la puerta.
-Escuche sobre su custodia, Capitana.- habló Amelia.
La mire con decepción suspirando. Tomé asiento en la orilla de mi cama invitando a Amelia a hacer lo mismo, la pelirroja captó mi indirecta y se sentó a mi lado.
-¿Por qué aceptó?.- preguntó.
-Hay veces en las que tienes que hacer lo correcto aunque no te guste.- dije mirando a la nada.
Amelia quien siempre tenía una amigable sonrisa en su rostro parecía otra persona, sería y con el semblante sombrío, me miraba confundida pero a la vez con cierta ira.
-¿Por qué me ves así?.
Amelia suspiro despegando su mirada de mí mientras suspiraba, sus manos arrugaban aquel vestido que lucía en un color verde olivo que hacían resaltar sus tonalidades entre el color de sus ojos y el color de su cabello.
-No lo entiendo,¿Por qué tiene que pasar esto tan rápido?.- dijo frustrada.
La miré, tenía cierta duda en saber que era lo que pasaba por la mente de tan alegre persona justo en este momento, me levanté de la cama y tome sus brazos animando a qué ella también se parará.
-Acompañame, tomemos un último paseo antes de irme.- dije.
Amelia no se inmutó, me siguió hasta las afueras del cuartel, al lugar en el que siempre me gustaba estar, las colinas, era realmente refrescante sentir la suave brisa sobre mi cara.
-¿Me dirá por qué dicidio irse?.
Miré a Amelia, ella seguía viendo al frente sin chocar su mirada con la mía.
-Hay veces en las que tienes que hacer lo correcto aunque te moleste.- dije.
-Pero irse y dejar su puesto como Capitana revasa toda obediencia.
- Amelia, nadie sabe ni siquiera yo que fue lo que pasó en aquella expedición, si realmente algo raro pasa en mí, quiero poder saber y controlarlo de ese modo yo...yo no les haré daño, aún así creo que pretendo escapara de ese enano, verlo todos los días solo me haría infeliz.
Amelia me miró preocupada, se sentó en el césped juntando sus rodillas y recargando sus brazos en ella. La imite haciendo el mismo acto, hubo un largo silencio para nada incómodo pero sí desesperante.
