El vicepresidente Karl Mendoza observaba intranquilo el desarrollo de la rueda de prensa que se estaba llevando a cabo en el salón principal de la casa Siluriana. Por otro lado, el presidente Jones estaba frente al pedestal, respondiendo a cada una de las preguntas con fijeza.
—Las especies que hace un mes han invadido territorio Siluriano están bajo control. Las que se encontraban en la ciudad Astra, la capital de nuestro país, están siendo capturadas y trasladadas a una zona para examinarlas y aislarlas para evitar más peligros. Les pido cordialmente, a todos los que me están viendo y escuchando que acaten las órdenes y confíen en su gobierno. Pedimos, de parte del ministerio de seguridad y de todo el gobierno en general que mantengan la ciudad sin habitantes por un tiempo indeterminado, y —el señor Jones se aclaró la garganta y prosiguió. Llevaba treinta minutos hablando y su voz ya se escuchaba desgastada —. las personas que no hayan podido evacuar Astra. Por favor, permanezcan en sus hogares hasta que los rescatistas lleguen a socorrerlos.
Al finalizar su respuesta, los reporteros se pusieron frenéticos. Los flashes de las cámaras cegaban momentáneamente al presidente y los agentes tuvieron que intervenir ante la oleada de reporteros que se le venían encima con sus preguntas.
—¡Mantengan la distancia o de lo contrario se acabará esta rueda de prensa! —les advirtió uno de sus guardaespaldas. Los reporteros acataron las órdenes y retrocedieron, pero no dejaron de tomar fotos al azar.
La reportera del canal triple N (New Notice Now) alzó la mano y lanzó su pregunta:
—¿Qué nos dice acerca del origen de las criaturas?
Karl notó ciertos movimientos que reflejaban que el presidente se estaba poniendo nervioso. Se ajustó la corbata y con un pañuelo se secó el sudor de la frente.
—Les pedimos amablemente que se abstengan de crear rumores o conspirar contra el gobierno. Les informo y les doy mi palabra de que no tenemos nada que ver con ello.
Karl frunció el ceño. El asco que le producía aquel ser le parecía cada vez más insoportable. ¿Cómo era tan desvergonzado como para pararse ante todos y mentirle a la nación entera? Lo que más le repudia era que sus planes iban en buena marcha y todo el mundo lo apoyaba.
Se mordió el labio y trató de contenerse para no llamar la atención. Él también estaba sobre el escenario presenciando la escena, aunque por supuesto, pasó desapercibido.
—A continuación, el ministro de seguridad nacional les compartirá una información importante. Les pedimos que mantengan la calma, y... sí otras naciones nos escuchan, por favor tomen medidas ante lo que vamos a revelar —expresó Jones, conteniendo una sonrisa.
El hombre robusto abandonó el pedestal y dio paso al ministro, que sobrepasaba ya los cuarenta y cinco años y empezaba a tener el cabello canoso.
—Buenas tardes a todos. Soy el ministro de seguridad nacional, Federic Glutmen. Estoy aquí frente a todos ustedes, para revelar información importante que hemos descubierto —comenzó a decir y en la pantalla de atrás se proyectó un archivo que servía como prueba a lo que estaban a punto de declarar —. La tercera guerra mundial... A pesar de que ya terminaron los bombardeos, aún sigue en torno a nosotros. El odio de nuestros enemigos sigue presente y ahora, somos victimas del genocidio que han intentado en nuestra contra. Por suerte... hemos obtenido las pruebas que necesitábamos. Silurianos, ¡esto es un arma biológica contra nosotros! ¡Tenemos pruebas contundentes de que Rusia las ha liberado en nuestro país y se ha hecho con las suyas! ¡Han atentado con vidas de miles de inocentes!
Los reporteros y todos los que estaban allí se sorprendieron y soltaron exclamaciones de asombro y horror.
Aquellas fuertes acusaciones desataron el caos allí adentro. Los reporteros, como locos gritaban furiosos ante la supuesta verdad que se les había revelado.
ESTÁS LEYENDO
Estado de Emergencia [Saga Descontrol #2]
Science FictionLa falla en el laboratorio desató el caos. Las extrañas criaturas, producto de un virus misterioso, ahora andan sueltas y están destrozando todo a su paso. Se han multiplicado a gran escala, y es casi imposible frenarlas. Una nueva especie. Un futu...