Capítulo catorce

20 17 15
                                    

Natalie no estimaba que la caminata fuese a ser tan larga y considerablemente agotadora.

Al principio, corrieron por el bosque alejándose de la zona en la que habían sido atacados por esas criaturas, luego, al percatarse de que nada los seguía, decidieron bajar la velocidad. Tardaron aproximadamente dos o tres horas en llegar a su destino; el pueblo.

Harry les pidió que se escondieran tras el grueso tronco de un árbol. Estando allí, sacó de su mochila unos prismáticos y observó a través de ellos en dirección a las casas y establecimientos que conformaban el pueblo Bernon.

—Todo despejado —informó él y chasqueó la lengua —. Me sorprende el silencio que abunda por aquí. Parece un pueblo fantasma ¿no crees? Al menos debería haber presencia militar o lo que sea, pero no hay nadie.

—Mi familia y yo estuvimos aquí cuando aparecieron las criaturas. Destrozaron todo. Tuvimos que escondernos en una casa y luego fuimos al taller de un tal Alfredo —le contó Natalie omitiendo al señor Jhon. Pensar en aquel hombre y la forma en la que murió la ponía muy mal —. Algunas personas se refugiaron en ese taller. También fueron llevadas al campamento. El punto es que no creo que haya gente por aquí, así que debemos estar tranquilos ¿no? Además, las criaturas deben estar en la ciudad.

Harry apartó la mirada de los prismáticos y se centró en Natalie. Su mirada, que en un principio estaba tranquila, se volvió tensa y reflejaba miedo.

Harry había localizado algo a través de los prismáticos...

—Te equivocas. La mayoría de esas cosas están en la ciudad, pero no todas. Están en los bosques, y en todas partes ¿Quieres ver lo hay allí? —la expresión de Harry le generaba intriga. Natalie tragó saliva y recibió los prismáticos que le brindó el hombre.

Al principio no supo cómo usarlos, pero con la ayuda de él pudo observar a través de ellos. Solo vio un pueblo vacío, destrozado, con autos y escombros desperdigados por las estrechas calles de cemento. Los vidrios de diferentes establecimientos estaban hechos añicos, cosa que no le sorprendía. Bernon era un pueblo colorido y lleno de gente energética y muy fiestera, pero ahora... era un lugar sombrío y espeluznante. Un lugar arrasado por criaturas que parecían provenientes del mismísimo infierno.

—¿La ves?

—No veo nada —aseguró ella. Pero de repente, notó un movimiento repentino tras un contenedor de basura. Alcanzó a ver una cola, larga y delgada que se movía como una serpiente. Luego, se asomó una cabeza.

Natalie pegó un respingo y se contuvo de no apartar los prismáticos de sus ojos.

La cabeza era sin duda humana. La mandíbula de aquella cosa estaba desencajada, con los dientes torcidos y amarillos, de sus ojos no había nada que decir, ya que sus cuencas estaban vacías y de ellas emanaba un liquido negro y grumoso. Además, el cráneo estaba algo deforme y no tenía cabello.

—¿Qué ves, Naty? —le preguntó Lucas, pero ella lo ignoró por completo y siguió observando, horrorizándose cada vez más.

El cuerpo era pequeño, frágil, y huesudo. Era como el cuerpo de una niña de seis o cinco años. De su coxis sobresalía la cola larga que había visto antes.

—Dame eso, niña. Deja de ver esa cosa —le pidió Harry e intentó quitarle los prismáticos. Pero Natalie no cedió y se apartó de él. Tenía los ojos llenos de lágrimas, los labios le temblaban y el corazón le palpitaba con fuerza —. Joder, no debí de habértela mostrado.

El resto de criaturas eran similares a un perro o a cualquiera clase de animal, pero esta... sencillamente no se asimilaba a algo que hubiese visto antes. Ni siquiera en las películas de terror.

Estado de Emergencia [Saga Descontrol #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora