La fotografía ensangrentada se había arrugado en su bolsillo. La sostenía frente a él examinando los rostros de cada una de las personas en la foto. Se trataba de científicos, y en medio, estaba el señor Robert Wiliams. Detrás, se encontraban escritos una secuencia de números, el primero, parecía ser de una línea telefónica, y el otro, no tenía sentido.
—Encuéntrala —recordó las palabras de Alice antes de morir —. Marca el número desde un móvil de-desechable. Resuelve el código y manda el mensaje antes de decir cualquier cosa.
Se le llenaron los ojos de lágrimas, pero se contuvo, ya había llorado suficiente.
Intentó múltiples veces, y no lograba formar una frase que tuviera sentido. Lo intentó con el abecedario, teniendo en cuenta los números (el uno era la a, el dos la b, y así sucesivamente...) y el resultado era simplemente ¡Patético!
Tiró la fotografía al suelo y resopló lleno de frustración. En ese momento, escuchó la campanilla y supo que alguien había entrado en la tienda. Alzó su mirada y vio al sargento Jefferson de pie, con dos latas de cerveza en ambas manos.
—¿Quieres una, Marcus?
—Supongo que sí —repuso y recogió la fotografía. Jefferson y él se sentaron frente a la encimera, delante había un enorme ventanal y se podía observar el resto de la gasolinera. Marcus vio a Rick y al muchacho Joseph (dos de los soldados de Jefferson, aunque ya no sabría si eran soldados en esa situación), parecían apurados —. ¿Qué hacen ellos dos?
—Tratan de hacer funcionar un auto. Es mejor irnos de aquí. Aún estamos cerca de... tú ya sabes.
Con ese "tú ya sabes" se refería a que aún estaban cerca de la casa, en donde ocurrieron los hechos y en donde murió Alice y otro de los muchachos de Jefferson, si mal no recordaba, se llamaba Charlie.
Pocos días antes se habían acomodado en la antigua casa del sargento Jefferson, no fue hasta que la mismísima Alice filtró la ubicación y el agente Rifftod con sus hombres arremetieron contra ellos. Por suerte, lograron escapar (excepto Alice y Charlie) y luego se detuvieron en la gasolinera en la que estaban. Cuando llegaron no había nadie, pero sí que encontraron rastros de sangre y la baba verde propia de las criaturas. Sea lo que sea que haya pasado con el dueño del establecimiento no fue algo agradable.
—¿Aún sigues con eso? —Jefferson señaló la foto. Destapó la lata y le dio un gran sorbo.
—Es importante. Debo encontrar a alguien, pero Alice no me especificó a quién. Pero... —Marcus giró la fotografía y posicionó el dedo índice sobre una de las científicas. Era una mujer de cabello rojo, con anteojos y ojos claros —. Esta se me hace conocida. Creo que puede tratarse de...
—¿De quién?
Marcus se mordió el labio.
—¿Julia Jones? —dijo finalmente. Jefferson no supo cómo reaccionar puesto que no tenía idea de quién se trataba —. Era la supervisora antes de Robert Williams, la vi una vez. Pero, está muerta. No creo que Alice quiera que encuentre a una persona muerta ¿o si?
—Para serte sincero, de todos los años que llevo como militar. Te puedo asegurar que todo es posible. Pudo haber fingido su muerte, o quizás no debes encontrarla a ella sino a alguien relacionado que pueda proporcionar datos significativos.
—Si ese es el caso ¿Qué consigo con eso?
—Obtener información —respondió Jefferson y alzó los hombros —. En fin. Por ahora no le des vueltas al asunto. Te ves horrible con esas ojeras, no creo que Rick se fije en ti si llevas ese aspecto de moribundo.
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Estado de Emergencia [Saga Descontrol #2]
Ciencia FicciónLa falla en el laboratorio desató el caos. Las extrañas criaturas, producto de un virus misterioso, ahora andan sueltas y están destrozando todo a su paso. Se han multiplicado a gran escala, y es casi imposible frenarlas. Una nueva especie. Un futu...