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Pov L

Las líneas paralelas tienen la misma pendiente.
Siempre tienen la misma distancia entre ellas
y nunca estuvieron destinadas a encontrarse. 

Hay un sentimiento en mí que es perfectamente familiar (pero al cual, a lo largo de mi vida ha sido humanamente imposible ponerle nombre) que me visita cuando leo esa entrada de diario.  Porque ese fue el día en el que por primera y última vez dos líneas paralelas quebraron la regla. 

(imposiblemente)
Las dos líneas paralelas de mi vida.
Mis dos únicos amores.
El hombre y la mujer de mi vida.

Por una milésima de segundos, y se intersectaron. 

Dejaron de ser líneas paralelas para convertirse en perpendiculares.

Lo describí bien en mi diario: sí sentí algo romperse, y sí sentí algo construirse. Mark y yo no fuimos perpendiculares ni tampoco paralelos. Fuimos como dos líneas asíntotas: pudimos estar muy cerca, pero nunca juntos. Nosotros no fuimos ficción y tampoco estuvimos destinados a encontrarnos.

Fui a la cena. Fui con J. 

Le expliqué a J lo que  estaba pasando y sin decir nada, me acompañó. El restaurante estaba completamente vacío reservado para dos: ella y yo. Comimos sándwiches de albóndigas, la especialidad de la casa. Hablamos del momento en el que le entregaron las llaves y de su primera visita al apartamento. Aunque no mencionó nada de los post-its pensé que los vería en una próxima oportunidad. Estábamos felices y mientras J me hablaba emocionada de cómo quería decorar  su habitación, no pude evitar pensar en cuánto la quería. 

Al salir del restaurante, escribí el cuento más corto, pero más acorde, en mi teléfono:

Un hombre increíble invitó a cenar a una niña no tan tan increíble. Increíblemente, la invitación no lo incluía a él, sino a cualquier persona que la niña quisiera que la acompañara. La niña llevó a su mejor amiga , quien le empezaba a parecer cada vez más increíble. Ambas, cenaron en un lugar increíble totalmente reservado para ellas, tal y como lo planeó el hombre. El hombre demostró ser aún más increíble de lo que la niña había creído, y su mejor amiga...ni hablar. La niña no tan increíble, increíblemente, salió del lugar sintiendo que algo increíble debía tener para que dos personas tan increíbles la pudieran querer.

Hoy quisiera hacerle saber a Mark que ese día lo guardo en mí mente, en mi cajita de momentos recordables.

Sí, si es contigo (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora