Antes de Sangre Azul (4)

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Advertencia: lenguaje inapropiado, contenido gráfico y violento, además de temas serios que pueden tocar la sensibilidad del lector.

~Hace 3 años~

~Narra Jimin~

¿Cuántos días habían pasado ya...?

Perdí la cuenta, ni mi madre ni yo hemos tenido el coraje de salir de este búnker. El único que entra y sale a sus anchas es él.

-Madre, come algo, por favor... - le pedí mientras le mostraba los palillos con fideos.

Ella ya había recuperado la consciencia de si misma, pero seguía rehusandose a comer, bañarse he incluso pasaba algunas noches sin dormir.

Me irrité, con lágrimas a punto de salir de mis ojos, le restregué los palillos contra sus labios y dientes. Estaba desesperado porque comiera.

-No la fuerces, eso es mucho peor... - me aconsejó él, colocando una mano en mi hombro.

Suspiré y la miré a ella, disculpándome con la mirada, mi madre de igual forma me miró, al igual que yo, tenía los ojos cristalizados, mirándome como lo haría un niño asustado.

Pero me tragué aquellas lágrimas, había llorado tanto estos últimos días que, estoy seguro que si intentaba hacerlo ahora, no saldría nada. En su lugar, la tome de la mano y se la apreté con cariño, en ese momento deseándole a todos los dioses habidos y por haber, que se recuperara mi madre.

-Esta bien, no es su culpa... No... Es su culpa... - la tranquilice, de mi boca solo salía un hilo de voz.

-Lo siento... Siento ser una carga para ti, y~yo debería estar consolandote a ti... - se disculpó, sollozando y ahogándose con su nudo en la garganta.

Nunca había escuchado a mi madre llorar de esa forma sino hasta hace unos días, y aunque ya lo memorice, me sigue afectando de sobremanera, dándome las ganas de convertirme en un mar.

-No, está bien, madre. - la abracé, ella se aferró a mi camisa mientras aumentaba sus llantos. - Yo también lo extraño, sé cómo te sientes...

-¡Dae-Hyun, amor! ¿¡Por qué me dejaste así!? ¿¡Por qué no solo... Te quedaste conmigo!? - comenzó a reclamarle a mi padre mientras me abrazaba.

De cierta forma, lo odio. Odio que él ahora mismo está descansando en paz, mientras a mí me a dejado un vacío enorme que nunca podré llenar. Que se haya marchado y haya quebrado a nuestra familia.

Besé la cabeza rubia de mi madre, cuando de repente, sentí como ella me acariciaba los cabellos de la nuca.

-Te pareces tanto a él... - susurró entre lágrimas.

Es verdad, también es cierto que mi madre, al igual que yo, es rubia, pero ella resulta ser un tono más oscuro que el mío. Mi cabello rubio es idéntico al de mi padre.

~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~

-Mañana iré a tu casa por algo de ropa y lo que les haga falta... ¿Quieres... Acompañarme? - preguntó él mientras cocinaba la cena y yo lo acompañaba.

Querido hermano Park Jimin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora