Goldenleonar.

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Después de la charla casual con sus amigos, el heredero decide regresar a casa de su padre, así que toma su auto y comienza su camino de regreso.

Pensó que al llegar a su casa, habría tranquilidad, como de costumbre, pero no fue así, en cuanto la empleada le abrió la puerta y entro a la casa, se encontró con la señora Park llorando desconsolada.

El chico se descolocó, muy confundido, al igual que su padre que se postraba tras la señora.

-¿Sucede algo, padre? - pregunto Jungkook una vez que se acercó a la escena.

-No se en que me equivoqué con él, siempre lo crié de buena manera, creí que estaba haciendo un buen trabajo. ¿Por qué? - balbuceaba la mujer, mientras el señor Jeon acariciaba sus hombros a espaldas de la señora.

-El chico, se fue está mañana sin avisar y Hana está preocupada. - explico el padre de Jungkook.

Entonces la señora se dió media vuelta, se refugio en los brazos de aquel hombre y sollozo más fuerte.

Fue en ese momento, que Jungkook vio una oportunidad para poder conocer más a Jimin. Y no la desaprovecharía por nada del mundo.

-Si la hace sentir mejor, puedo ir a su vecindario y asegurarme que Jim... Que Hyung, haya llegado a salvó. - se ofreció Jungkook caballerosamente.

-¿Harías eso por mi? - pregunto la señora, saliendo de los brazos de su prometido y observando a su futuro hijastro.

Jungkook asintió, mostrando una sonrisa encantadora.

-Eres tan dulce. - la señora Park se apresuro a abrazar al heredero, cosa que incómodo y confundió a partes iguales a Jungkook. - Ojalá mi hijo fuera tan correcto como tú.

Aquel último comentario enfureció al rizado, porque irónicamente, él deseaba ser como Jimin. Era valiente, genial y de buen ver, le enojaba que incluso la propia madre no vea todas esas cualidades que Jungkook admiraba de Jimin.

Entonces se separó de la señora y le dedicó la más hipócrita de sus sonrisas.

-¿Sería tan amable de pasarme la dirección, señora Park? - pregunto Jungkook, a lo que rápidamente la señora le pidió que anotara.

Después de eso, Jungkook salió de la casa y entro a su auto por segunda vez en el día, todo eso sin despegar la vista de su teléfono; más especificamente, en el block de notas, en dónde había anotado la dirección del chico rubio.

¿Que sentía durante todo el viaje conforme se acercaba a la dirección? Nerviosismo puro, miedo excesivo, emoción descontrolada. Jungkook era un manojo de muchas emociones mezcladas.

Y cuando entro al distrito Goldenleonar, se encontró fascinado, de inmediato supo que se encontraba en los territorios de Jimin. Pues en cada esquina se encontraba grabado en grafiti el tatuaje que portaban los pandilleros de hace un año.

En cada cuadra se sorprendía cada vez más, la pandilla era tan popular que incluso las casas izaban con orgullo banderas con el tatuaje de la víbora.

Ni siquiera podía manejar correctamente, estaba distraído observando hacia todas direcciónes, buscando la vivienda de Jimin.

Sin embargo, su prisa tuvo que ser detenida por un repentino semáforo, que lo obligó a parar el auto.

De repente, un chico rompió con su codo la ventana del auto, mientras que otro apunto con un arma a Jungkook.

-¿¡Que carajo!? - grito Jungkook muy asustado.

Querido hermano Park Jimin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora