Uno

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Ambos eran nuevos, empezando nuevo año, nueva escuela, un intento de nueva vida, aunque a ninguno le emocionaba demasiado.

Con uno de 14 años y otro de casi 16 años por haber repetido 1 año, la diferencia de edad parecía reforzada por su apariencia física, siendo el menor más bajito y con apariencia más esponjosa, mientras que el mayor era mucho más delgado y alto.

El más alto miró con desinterés el pasillo vacío y con un poco más de atención al chico parado a 1 metro de él.

Abultadas mejillas, cabello castaño rizado no muy largo, mirada enterrada en el lustroso suelo de la escuela.

Ambos esperaban a que el director llegara para presentarlos a sus nuevos compañeros y llevaban haciendo eso desde hacía unos 15 minutos, en los cuáles no habían dicho una sola palabra al otro.

Emilio Osorio no era famoso por ser sociable y menos por dar el primer paso en una conversación, pero al ver que su compañero tampoco avanzaría, decidió hacerlo él.

— Hola — comenzó, extendió una mano al chico, quién cambió su mirada del suelo hacía ésta, sacando con lentitud su mano de su bolsillo, tomándola sin hacer fuerza —. Soy Emilio — se presentó, estrechando la adorablemente pequeña mano del otro.

El chico sólo alzó el rostro, lo miró y estiró un poco sus labios en una sonrisa casi penosa, pero que dejó ver un lindo eye smile que enmarcó aún más sus lindos ojitos mieles.

— ¿Cómo te llamas? — preguntó Emilio, al ver que el chico no había respondido.

¿Es que era muy tímido para hablar?

El chico abrió la boca un poco, pero no dijo nada, soltó la mano de Emilio bruscamente para llevársela a su cabeza y acomodar sus cabellos de forma nerviosa.

Luego, para su confusión, el castaño alzó la mano, hizo un gesto con su mano, luego comenzó a alzar sus deditos, siempre volviendo a hacer un puño antes de hacer el próximo gesto.

Emilio no entendió que hacía, pero sólo pudo mirar lo suave y algo rellena manito de su compañero.

En cuátnto terminó, el chico dejó caer su mano al costado de su cuerpo, mirando al otro con las mejillas algo ruborizadas.

— ¿Qué? — preguntó Emilio y el otro chico suspiró pesadamente.

— Bienvenidos, chicos — una voz amable los hizo mirar al hombre de traje y sonrisa que se acercó a ellos —. Lamento hacerlos esperar tanto tiempo — miró a los 2 de forma paternal —. Soy el director Federico Ayos, sé de ustedes, pero refrésquenme la memoria — miró a Emilio — ¿Tu nombre?

— Emilio — dijo, sin ganas.

— Oh, sí, de Mérida, sí, ya recuerdo — le sonrió y miró al castaño a su lado —. Y tú eres Joaquín, de tí sí me acuerdo — sonrió con ternura —. Bien, ¿Listos, muchachos? — colocó una mano en un hombro de cada uno, aunque sólo por un segundo, para tocar la puerta del salón y entrar sin esperar respuesta.

La clase hizo silencio para ver con ojos curiosos a los dos nuevos alumnos.

El director saludó a la profesora para luego mirar a los alumnos.

— Chicos, chicas... Les traigo 2 nuevos compañeros — apoyó una mano en el hombro del mayor —. Él es Emilio, viene desde Mérida, es un poco más grande que ustedes, pero no lo traten cómo un viejo, van a ver que es tan joven cómo ustedes.

Esa presentación ridícula hizo de Emilio rodar los ojos.

El director soltó su hombro para centrar a los demás en el castaño a su otro lado.

— Él es Joaquín — dijo —, viene desde Toluca y quiero que todos lo traten muy bien, cualquier cosa que le hagan se las verán conmigo y mi oficina — su rostro se había puesto serio con esas palabras —. Joaquín es mudo.

Buenas aquí les dejo el primer capítulo

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Buenas aquí les dejo el primer capítulo.

Nos vemos AlbertXioW.

Mute // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora