Setenta Y Cinco

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A Joaquín le habían dado un pase para que, si quería, pudiera quedarse todo el día en la cabaña.

Cómo Emilio era uno de los cuidadores, también podía quedarse con él, usando el mismo pase.

Pasaron la noche abrazados al otro, durmiendo cómodamente hasta que la luz entraba en demasía por las cortinas de las ventanas, lo que hizo a Joaquín despertarse.

Frotando sus ojitos, vió a Niko, quién disimulaba no tener el celular con la cámara apuntando en su dirección.

Rodó los ojos, seguía irritable por el dolor, aunque era muchísimo menos que ayer.

Se levantó un poco y eso fué suficiente para que Emilio se despertara, vió a Joaquín, quién hizo unas señas y señaló a Nikolás.

— Cobramos por las fotos — habló, su voz salió ronca.

Nikolás rió.

— ¿Tú, cobrar? Sí, seguro. Regalada.

— Tu madre es la regalada — contraatacó —. Y tú eres adoptado.

Nikolás fingió comenzar a llorar exageradamente.

— Ya, suficiente — Niko detuvo su actuación —. ¿Vienen a desayunar?

Emilio le dedicó una mirada a Joaquín, quién se encogió de hombros.

— Los vemos en un rato, vayan si quieren — contestó el peligris.

Ayudando a Eduardo a bajar la rampa, se fueron, cerrando la puerta detrás de ellos.

— No tengo hambre — habló Emilio, recostándose de nuevo en la cama.

Joaquín negó, dando a entender que él tampoco tenía ganas de un desayuno.

— ¿Nos quedamos aquí todo el día? — preguntó Emilio, con una sonrisa ladina.

Joaquín sonrió, asintió con ganas.

Joaquín sonrió, asintió con ganas

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Seguimos..........




Hasta el próximo capítulo  AlbertXioW.

Mute // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora