¿Cómo le dices a alguien que lo amas si ni siquiera puedes hablar?
Adaptación Autorizada
Todos los créditos son de su autora original @Junchi95. Gracias por darme el permiso de adaptar tu hermosa fic.
Los créditos de la portada y separador son de m...
Si Joaquín normal era adorable, Joaquín con fiebre lo era mil veces más.
A Emilio le parecía un poco mal encontrarlo tierno, sabiendo que al chico se le partía la cabeza de dolor.
Pero verlo con un ligero mohín todo el día, con los ojos cansados y una costumbre de inflar las mejillas por el dolor lo hacían parecer cómo un bebé, en lugar de un tierno adolescente de 16 años.
Joaquín había cambiado por su pubertad, pero, para suerte de Emilio, no eran grandes las diferencias.
Seguía siendo bastante pequeño, más de lo normal, aunque bastante más alto de lo que era, su cuerpo se había estilizado, ya no parecía el chico esponjoso, incluso, para el gusto de Emilio, Joaquín estaba muy delgado.
El mayor se encargaba de darle sus medicamentos y se quedaba a su lado hasta que se tragara su pastilla, aunque el chico solía costarle varios tragos pasarla.
Emilio lo felicitaba con una sonrisa y solía acostarlo para ponerle un trapo de agua fría en la frente que lograba bajarle el dolor un rato, dónde podía conversar con su amigo perfectamente.
"Mamá dice que iré a mi médico la semana que viene. A Toluca"
— ¿Te dá miedo ir al médico? — preguntó Emilio, sin saber muy bien a qué venía esa información.
Joaquín negó.
"Me quedaré allá unos días. Con mis tíos"
— Oh.
"Quiero que vengas conmigo"
Emilio miró las palabras sin decir nada, las leyó unas veces más.
Joaquín bajó su cuaderno al ver que Emilio no contestaba.
— Joaquín, yo... No sé que decirte, tengo que preguntarle a mis padres primero y ¿Tus tíos dejarían entrar a un completo desconocido?
Joaquín asintió varias veces, comenzó a escribir en el cuaderno y Emilio esperó a que él terminara.
"Mamá no tiene problema en que vayas con nosotros. Ella vá a cuidarte"
— Tu mamá es mí mamá también, Joaquín, eso lo sé — Emilio rió un poco —. Pero una cosa es que me quede en tu casa y otra es viajar con ellos y quedarme en casa ajena con ellos.
"Por favor, acepta"
Emilio se quedó en silencio, vió los ojitos de Joaquín asomarse tras las hojas, suplicando.
— Está bien, Joaquín, acepto — se rindió, con una sonrisa.
Joaquín soltó el cuaderno para aplaudir, sonriendo, haciendo que el mayor riera con ternura.
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