Noventa Y Siete

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— Aquí se vé — el médico señaló un punto en la pantalla, que mostraba imágenes del recientemente escaneado cerebro de Joaquín.

Un punto más brillante entre toda la masa gris que mostraba la computadora.

— Según los archivos, éstos son los estudios de hace casi 1 año — abrió otra pestaña, mostrando imágenes similares, pero aquel punto brillante era mucho más pequeño —. Ha crecido unos 3 milímetros desde entonces.

La señora Bondoni se frotó sus ojos, borrando las lágrimas.

Había permanecido en ese estado melancólico todo el día, al igual que Emilio, sólo que el peligris se esforzaba por parecer estar mejor para no hacer sentir mal a Joaquín.

Era el tercer día en Toluca, el tercer día de sentirse tan triste que se sentía enfermo, el día anterior habían estado llenos de análisis y estudios, que se habían apurado los resultados por orden del médico y su preocupación por el dolor de cabeza de Joaquín que se había calmado un poco por los medicamentos.

Y mientras el castaño estaba agotado de consultorios y hospitales, Emilio de sentía a morir de estrés.

— Pero, según todos ésto — el hombre juntó los papeles de los otros estudios, acomodándolos en una pequeña pila —. El tumor sigue sin ser maligno — habló, sonriendo ligeramente.

Emilio suspiró de alivio.

— Joaquín es muy fuerte — dijo el médico —. Su cuerpo está actuando contra el tumor, es lo ideal, lo mantiene controlado, sino, hubiera crecido mucho más.

El hombre le extendió los papeles a la señora bondoni, quién los tomó con manos temblorosas, una pequeña sonrisa marcaba sus labios.

— Le recetaremos unos medicamentos para ayudarlo, evitaremos cualquier operación, no sería el primer caso de que el cuerpo pueda contra un tumor y lo elimina sin necesidad de intervención quirúrgica... Según los archivos, Joaquín logró disminuir el tamaño del tumor cuándo era más joven.

Miró a la señora bondoni, quien asintió.

— Eso favorece a que lo pueda hacer de nuevo, su cuerpo sabe cómo actuar  — habló el médico, comenzó a cerrar las imágenes de la computadora —. Podría sentirse agotado por la pelea de su sistema inmunológico, pero es normal, está bien que descanse y...

— Espere un momento — pidió la señora Bondoni, deteniendo al médico, miró a Emilio —, ¿Puedes ir con Joaco? — pidió, una forma sutil para que el chico no escuchara todo.

El peligris asintió, salió de la sala escuchando al médico que volvía a hablar, pero ya no entendía bien las palabras.

Aunque ya tenía lo que necesitaba.

Joaquín estaría bien.

Joaquín estaría bien

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Seguimos..........


Nos vemos AlbertXioW.

Mute // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora