Setenta Y Seis

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Pasaron el resto de la mañana haciendo nada productivo, jugando con unas cartas que habían encontrado en la valija de Niko hasta que el aburrimiento les ganó y Emilio le pidió a Joaquín que le enseñara más señas.

Largo rato después, la curiosidad de Emilio no podía ser saciada y Joaquín ya se estaba cansando, además que su cabeza dolía más.

Así que puso cómo excusa que tenía hambre para que dejara de molestarlo.

En el comedor, se encontraron con Federico, quién estaba llevando los platos que usarían en el almuerzo

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En el comedor, se encontraron con Federico, quién estaba llevando los platos que usarían en el almuerzo

— ¡Chicos! — los llamó en cuánto los vió, dejó los platos sobre una mesa para acercarse —. Me dijeron que te sentías mal — habló mirando a Joaquín —, ¿Te sientes un poco mejor?

El chico asintió.

— La comida está casi lista, ¿Quieres almorzar ahora? — ofreció —. El bullicio de los demás podría molestarte.

Joaquín asintió.

Federico volvió a cargar los platos rumbo a la cocina, mientras los dos chicos se sentaron a esperarlo, el mayor volvió con un plato con puré de papas y algo de carne para ambos.

Regresó a la cocina para traer una botella de agua y un plato de comida para él.

— ¿También comerás temprano?

— Nop — habló con la boca llena —. Comeré doble, ésta es mi entrada.

Lejos de tener un almuerzo tranquilo, Federico se la pasó hablando todo el rato, incluso llegó a comenzar a quejarse de que Germán no captaba sus indirectas amorosas.

— ¿Al menos sabes si le gustan los chicos? — preguntó Emilio, a lo que Federico pareció ofenderse.

— ¿Enserio me preguntas eso? Estás hablando con el hombre que lo vió besuquearse con Daniel Wang, cómo si ese tipo fuera la última comida del mundo y él fuera un muerto de hambre.

Emilio decidió callarse y le dedicó una mirada con miedo a Joaquín, quién le hizo una seña.

"Vámonos" pidió el mudo, aunque no había terminado su comida y sabía que Federico no lo dejaría irse.

— ¿Andan con secretos en la mesa?

Los dos clavaron la mirada en la comida con miedo.

— Ya no sé qué hacer con él — el mayor continuó con sus quejas, hizo un puchero con los labios, mientras revolvía el puré con el tenedor —. Pensar en eso ya me quitó el hambre— corrió su plato, miró a ambos con expresión triste —. A veces los envidio.

Esa última frase hizo que ambos alzaran la vista hacía él.

— Felices, con pareja, queriéndose tanto y libremente...— Federico suspiró —. Mientras yo tengo a un tipo que no sabe lo que es una indirecta y rompe todo a su paso.

Los dos jóvenes se miraron un momento, se sentían mal por su mayor, quién parecía sufrir el amor de una forma que ellos no conocían.

— ¿Nunca pensaste que hay más peces en el mar? — preguntó Emilio, algo bajo.

Federico lo miró un segundo y luego rió un poco.

— Claro que sí, pero simplemente no puedo... Vuelvo todo el tiempo a Germán, y sólo... Lo quiero a él, supongo, nunca me enamoré de alguien más de forma similar, es incomparable.

Los chicos no tenían palabras para responder.

— Creo que también corté su apetito — habló el mayor —. Dejen, pueden irse, yo me encargo.


Buenas aquí les dejo capítulos nuevos

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Buenas aquí les dejo capítulos nuevos.



Se viene algo suculento 😏😏🔥🔥

Espero les gusten.

Nos vemos AlbertXioW.

Mute // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora