CuarentaY Nueve

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Apenas la camioneta estaciona frente a su casa, la puerta se abre, saliendo su madre y detrás de él, la persona que Joaquín más quería ver.

Sus ojos se llenan de lágrimas, vuelve a llorar, intenta abrir la puerta, aunque no lo logra hasta que Federico quita el seguro y Emilio ya está del otro lado para recibirlo, abrazándolo con fuerza, pidiendo perdón entre lágrimas, acariciando la espalda, los cabellos, dejando besos rápidos por todo el rostro de Joaquín.

Federico se acercó a hablar con la señora Bondoni, le explicó lo que había pasado, aunque sólo logró asustarla más.

Por otro lado, Emilio tardó un momento en darse cuenta de las vendas de Joaquín en sus muñecas y sólo tuvo más ganas de llorar, volviendo a pedir perdón, diciendo que no esperaba que él pudiera hacer algo así por su ausencia.

Joaquín comprendió que Emilio pensaba que se había cortado y comenzó a negar, aunque el abrazo de su novio no lo dejaba hacer signos para hablar, quería decirle muchas cosas.

Federico se acercó, colocando una mano sobre el hombro de ambos.

- Creo que deberían seguir su reencuentro adentro - dijo con suavidad, con lo que ambos asintieron.

Sentados en el comedor, Joaquín estaba prácticamente arriba de Emilio, sin soltarlo, con el otro haciendo caricias por su espalda.

- Mamá me vió con Joaquín la noche de mi cumpleaños - comenzó Emilio -. No me dijo nada ese día, pero a la mañana siguiente me atacó con preguntas.

>> Si era gay, que desde hace cuánto lo era, que desde cuándo estaba con Joaquín...- Emilio suspiró -. Entre cada pregunta solía tirar frases cómo "No esperaba que mi hijo fuera así", "No quiero que mi hijo sea gay", "No volverás a juntarte con Joaquín".

Acurrucado en su pecho, Joaquín sentía que era su culpa.

- Normalmente, creía que las madres echaban a sus hijos de casa cuándo se enteraban que eran gays - continuó Emilio -. Ella hizo todo lo contrario, no me dejó salir, me quitó el celular y las llaves de casa, casi siempre me quedaba en mi cuarto y ella se quedaba conmigo para vigilarme, no me dejaba salir.

>> Yo quería irme, quería ver a Joaquín, quería verlos a todos, regresar a la escuela... No sé, quería estar en todos lados menos en mi casa.

>> Hoy se fué, diciendo que me cambiaría de escuela, porque también creía que allí era dónde se me había contagiado la homosexualidad... Ah, también habló mal de Eduardo y Nikolás diciendo que eran raros y que ellos me habían hecho gay, también...

Emilio suspiró, con cansancio, con enojo por semejante estupidez.

Podía ver tanto a la señora bondoni cómo a Federico con el ceño fruncido, también molestos por esas palabras.

- Aproveché el momento en que se fué y escapé, vine para aquí porque era más cerca que el colegio - Emilio bajó la vista a Joaquín -. Aunque en realidad, quería ir a verte...

La señora Bondoni había preparado té para todos, viendo que estaban bastante alterados, pero incluso ella misma tenía ganas de arrojar la taza lejos y romperla en mil pedazos.

- Te quedarás con nosotros, Mailo - dijo la mujer, haciendo que los demás presentes la miraran -. Eres cómo un hijo para mí, lo sabes y no voy a dejar que vuelvas con esa idiota.

Emilio no pudo evitar reír, la señora Bondoni debía estar muy enojada cómo para decir una mala palabra.

- Yo no voy a aceptar tu cambio de colegio, Emilio - habló Federico.

Emilio no podía sonreír más, agredeció a ambos, casi llorando de felicidad.



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Seguimos.........



Nos vemos AlbertXioW.

Mute // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora