Treinta Y Cuatro

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— ¿Todavía no le dijiste lo que sientes?

Emilio negó, manteniendo su seriedad, Nikolás, por su parte, parecía decepcionado.

— ¿Pero lo has visto?

Emilio asintió.

— El otro día lo ví... Bien, estaba en su casa, era lógico, pero con su madre pensábamos que llegaría más tarde — contó,—. Pero me vió practicando las señas y cuándo quise decir algo se fué... Y yo sólo me congelé, no pude ir — mintió.

Nikolás se frotó el rostro, suspirando pasadamente.

— Qué idiota...

— ¿Porqué? — Emilio alzó una ceja — ¿Por no decir mis sentimientos?

— Exactamente — concordó el rubio.

— Oh, vaya, a quién me suena — dijo el peligris con ironía.

Nikolás lo miró unos segundos hasta comprender a qué se refería.

— Bien, bien... Nunca dije que yo no fuera un idiota, digo, somos amigos, tenemos cosas en común.

Emilio lo miró con el ceño fruncido.

— Idiota empedernido — dijo, y tomó su mochila para levantarse del pasto y caminar hacía la escuela.

— No me dejes hablando sólo, Emilio — Nikolás apareció luego de correr hasta llegar a su lado.

El peligris lo miró alzando una ceja con indignación.

— Mira, no eres mejor que yo en ésto de confesarse, así que no actúes cómo si yo estuviera haciendo mal las cosas — dijo el rubio.

— La gracia de la vida es que tienes que ser mejor que el resto — Emilio sonrió, largó el aire en un corto suspiro —. Yo... Voy a confesarme a Joaquín hoy, aquí en la escuela.

Nikolás sonrió y aplaudió.

— Al fin demuestras algo de huevos en la vida.

Emilio hizo una mueca de asco ante la expresión.

— Me disgustas — dijo por lo bajo.


— Me disgustas — dijo por lo bajo

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Hasta aquí con el maratón......

Espero les haya gustado.

Hasta el próximo capítulo AlbertXioW.

Mute // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora