Setenta Y Tres

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Por la tarde, luego de una larga charla dónde Emilio no prestó atención (seguía molesto por arruinar su momento con Joaquín), hicieron el juego de buscar la bandera.

El peligris tenía que esforzarse en contener la risa cuándo Rita comenzó a quejarse de cómo podrían poner un juego así y que todo era una toma de pelo.

Todas las quejas las recibió Saly, quién también reía, alegando que el trabajo en equipo debía funcionar perfectamente para que ella también pudiera participar en ese juego.

Digamos que Emilio no se esforzó en buscarlo, aunque fué Josh, quién encontró la bandera, a él le daba lo mismo ganar ó no.

No entendía la emoción del castaño cuándo fué corriendo hacía el punto de encuentro, agitando la brillante tela sobre su cabeza con alegría.

Pronto, el reto comenzó a llegar, al escuchar los gritos del chico y Romina fué la primera en felicitarlo.

Emilio no pudo evitar alzar una ceja al ver a su hermana abrazando a un chico.

En cuánto vió a Joaquín, se acercó a él, Niko lo siguió, ya que a su lado estaba Eduardo.

— ¿Cómo estás? — preguntó el peligris, fué a colocar una mano sobre su frente, para ver la temperatura, pero Joaquín se apartó de su tacto —. Ey, está bien — habló con tranquilidad, algo confundido por ese gesto.

Joaquín resopló, luego asintió, afirmando que estaba bien.

El juego se había extendido de más, así que ya casi anochecía, los organizadores decidieron no hacer más juegos, ya que no querían dejarlos ir por allí si llegaba la noche, así que les dieron tiempo para que descansen hasta que la comida estuviera lista.

El grupo de amigos notó a Joaquín malhumorado durante todo el rato, no lo molestaron mucho, incluso Emilio se contuvo en sus mimos, ya que también habían hartado al chico mudo.

Incluso cuándo fueron a dormir, Joaquín seguía irritable y Emilio no podía evitar preocuparse por él.

Sabía que no era nada más que aquel dolor de cabeza que el chico quería negar, pero no quería que se pusiera así.

Así que, en la noche cuándo apenas había podido concebir el sueño y fué despertado por el zarandeo de su cuerpo, no se enojó cuándo descubrió que era Joaquín, casi le agradeció.

Su novio se frotaba sus ojitos, limpiando lágrimas.

— ¿Joacoo?

El chico señaló a su cabeza.

Emilio se apresuró a bajar de un salto de la litera, abrió sus brazos y el otro recibió el abrazo con gusto, el peligris besó su frente, con cariño, rodeando sus hombros, comenzó a caminar hacía afuera.

— Iremos a la enfermería — dijo—. La próxima vez avísame antes de que te duela tanto, ¿Si? — habló con suavidad, el chico asintió.

Al llegar a la puerta, ambos escucharon los llantos desde afuera y entraron con confusión, parecían no ser los únicos en la sala a esas horas.

Emilio tardó un poco en creer lo que veían sus ojos.

Romina no era de llorar.

Le dijo a Joaquín que se quedara sentado un momento mientras iba a hablar con la chica, se arrodilló frente a ella, colocando una mano en su hombro.

La pelinegra se sorprendió un poco con el tacto y al ver que era su hermano se apresuró a borrar las lágrimas, intentando controlar los sollozos.

— ¿Qué pasa? — preguntó el peligris, sintiéndose mal por su hermana, aunque ella se mordió el labio, sin querer decir nada —. Dime, Romina.

La chica lo miró un momento.

— Josh tuvo una convulsión — habló con voz ronca.

Emilio asintió.

— ¿Porqué estás mal? Digo... Dijiste que ya lo conocías y sé que debiste haber visto una de esas antes, ¿Pasó algo malo?

Un sollozo la hizo temblar.

— No pude sostenerlo — murmuró.

— ¿Qué? — Emilio no sabía a qué se refería.

— C-Cuándo tiene convulsiones, debo sostener su cabeza hasta que pase, pera que no se golpee contra el suelo... Y... No llegué, fué muy repentino, luego no pude moverlo, era muy fuerte... — más lágrimas caían, la chica las limpiaba sola, apartando la mano de Emilio cuándo quiso hacerlo él —. Convulsionó por casi 2 minutos golpeándose en la cabeza... Y sólo pude mirar, soy una inútil — la chica estalló de nuevo en llanto.

Emilio simplemente no sabía cómo reaccionar, tardó unos segundos en abrazar lentamente a su hermana, quién no lo apartó.

Emilio simplemente no sabía cómo reaccionar, tardó unos segundos en abrazar lentamente a su hermana, quién no lo apartó

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Seguimos..........


Nos vemos AlbertXioW.

Mute // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora