Sesenta Y Cinco

240 38 2
                                    

Por su lado, Nikolás y Emilio no tuvieron mucho tiempo a solas para hablar, ya que tenían que cuidar tanto a Josh cómo a Rita, y no hablarían de un tema privado con ellos dos allí.

Así que en cuánto los dos quedaron un poco alejados del castaño y la pelirroja, Emilio intentó ser directo, pero sutil.

— Edu está un poco raro — notó a Niko fingir desinterés —. ¿Pasó algo?

Niko lo miró un momento, intentando mantener la expresión serena, pero la mirada de Emilio rompió su actuación en segundos.

Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero bajó la vista, parpadeando varias veces para intentar despejarse.

— Eduardo tiene una gran oportunidad, pero cree que no se la merece — musitó.

Emilio no sabía a qué se refería.

— ¿Qué?

Nikolás suspiró.

— Eduardo empezó un tratamiento que puede hacerlo caminar otra vez — Emilio recordó cuándo el chico le había contado de aquella sesión de terapia en una piscina —. Pero no cree que eso pueda ocurrir, no tiene fé en sí mismo ni en el proceso y quiere dejarlo... Puede que hayamos levantado un poco la voz cuándo intercambiamos ideas.

— ¿Qué hiciste? — Emilio estaba listo para golpearlo si Niko había dicho algo estúpido.

— Le dije que si seguía pensando así, tan negativamente, que si seguía sin creer en sí mismo, nunca caminaría.

Emilio lo miró unos segundos en silencio.

Estaba de acuerdo con su argumento, pero también sabía que Niko no lo diría de forma tan calmada cómo se lo acababa de decir.

— ¿Qué dijo él? — preguntó Emilio.

— Yo... No lo escuché. Él comenzó a llorar y no entendí lo que decía, yo sólo estaba muy enojado y me fuí.

— ¿No lo escuchaste? — Emilio sonaba molesto, Nikolás se lo reafirmó, negando con la cabeza.

El peligris se molestó un poco más, él sabía lo que era no ser escuchado. Y por un momento pensó si las cosas fueran distintas, si Joaquín fuera quién no podía caminar.

Eso fué suficiente para enfurecerlo.

El peligris golpeó con fuerza el brazo de Nikolás.

— ¡Emi-!

— ¡No! — lo interrumpió —. No digas nada, no intentes defenderte, te lo mereces — suspiró con cansancio —. ¿No te disculpaste?

Nikolás negó.

— ¡No, no! — se alejó al ver que Emilio iba a golpearlo de nuevo —. No me disculpé, pero tengo razón y lo sabes.

Emilio se detuvo un momento.

— Tengas razón ó no, la única persona que puede decidir sobre ese tratamiento es Eduardo — Emilio habló más calmado —. No vas a convencerlo sólo por gritarle que tiene que creer en sí mismo y que debe seguir.

Nikolás clavó la vista en el suelo.

— ¿Al menos sabes bien porqué él no quiere seguirlo? No ese cuentito de que no cree lograrlo, debe haber algo más...

Nikolás tardó un segundo en negar.

— No lo sabes porque no lo escuchaste — declaró Emilio, haciéndolo sentir peor —. Escucha.

El peligris se acercó a él, haciendo que Nik levantara la vista.

— Pídele perdón y habla con él, escúchalo — el rubio asentía con cada consejo —. Y decida lo que decida, tienes que apoyarlo, son pareja, pero no dueño de su vida y si él dice que no es no. Habla con él decentemente, sin discutir.

Nikolás se mordió el labio, aguantando unas lágrimas.

— A mí también me gustaría que Eduardo camine, enserio. Tal cómo quiero que Joaquín pueda hablar. Pero gritando no se resuelven las cosas — finalizó.

Se quedó un momento más, palmeó el hombro de Niko para que volvieran con los otros dos para terminar de encontrar 5 hojas de distintas plantas.

Se quedó un momento más, palmeó el hombro de Niko para que volvieran con los otros dos para terminar de encontrar 5 hojas de distintas plantas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Seguimos.........



Hasta el próximo capítulo AlbertXioW.

Mute // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora