¿Cómo le dices a alguien que lo amas si ni siquiera puedes hablar?
Adaptación Autorizada
Todos los créditos son de su autora original @Junchi95. Gracias por darme el permiso de adaptar tu hermosa fic.
Los créditos de la portada y separador son de m...
Luego de un rato, después de que Niko dejara de forzar la puerta, Emilio se permitió soltarla, ya seguro de que el chico no iba a escapar de sus deberes.
Miró a Joaquín y ambos asintieron, cómplices.
Emilio notó a Joaquín temblar por el frío, tomó la toalla (que había caído mientras sostenían la puerta) y lo envolvió.
— Creo que estarán un rato — comentó —. ¿Quieres ir a la cabaña?
Joaquín asintió.
— Te traeré ropa, ya vuelvo — dijo el peligris, su novio dejó un rápido beso en su frente antes de salir rumbo a la cabaña.
Con un suspiro cansado, Joaquín fué hacía los cambiadores, para sentarse en una de las sillas de los cubículos.
No sabía porqué, pero sentía sus oídos pitar y su cabeza parecía palpitar, en dolores momentáneos.
Deseó que no se estuviera enfermando.
Hacía bastante que no sufría de esos dolores de cabeza y fiebre y quería que siguiera así.
No se dió cuenta cuándo la puerta del baño se abrió y se sorprendió cuándo Emilio lo encontró en el cubículo, cargando una muda de ropa.
— Tranquilo, soy yo — sonrió, dándole las prendas.
El chico mudo las tomó y dió una mirada a Emilio, quién tenía los ojos atentos puestos sobre él.
— ¿Te pasa algo?
Joaquín negó, pero señaló su cabeza, luego acercó su dedo índice al pulgar, en una seña, simplificando el mensaje para Emilio.
Emilio tardó unos segundos en procesar.
— ¿Te duele un poco la cabeza?
Joaquín asintió, no pudo evitar sonreír, le ponía contento que su novio lo entendiera.
— ¿Quieres ir a la enfermería?
Joaquín negó.
— Bien, pero si te sigues sintiendo mal te llevaré.
Joaquín rodó los ojos.
Emilio lo dejó para que se cambiara cómodo, su novio era reservado en el tema de la desnudez, incluso con él.
Cuándo terminó, Joaquín señaló a sus pies.
— Sabía que me estaba olvidando algo — murmuró, ya que no le había traído zapatillas al castaño.
El peligris se volteó, flexionando un poco sus rodillas, invitando a Joaquín que subiera a su espalda, el otro no tardó en hacerlo.
Cargando al chico mudo así, salió del lugar, yendo hacía la cabaña.
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