¿Cómo le dices a alguien que lo amas si ni siquiera puedes hablar?
Adaptación Autorizada
Todos los créditos son de su autora original @Junchi95. Gracias por darme el permiso de adaptar tu hermosa fic.
Los créditos de la portada y separador son de m...
Emilio acompañó a Joaquín en todos sus estudios, mirando de lejos con ojos asustados a todas las máquinas que usaron para ver en su interior, por más que le decían que todo eso eran cómo una radiografía más moderna, las palabras de los médicos no lo ponían más tranquilo.
Eso hacía que estuviera mucho más encima de Joaquín cada vez que terminaba algún estudio, tomando su muñeca para caminar junto a él, abrazándolo cada vez que salía y dejando un brazo sobre los hombros del chico cuándo los doctores le explicaban la situación.
Todo salía bien, según ellos, todo estaba correcto, aunque Emilio notaba los ánimos de Joaquín bajar por esas palabras y sabía lo que el chico pensaba.
"Todo está bien, pero sigo siendo mudo. Sigo sin poder hablar. Nada está bien"
Casi siempre se quedaba con esos ánimos varias horas, hasta que Emilio lograba hacerlo sentir mejor.
Cómo Joaquín era mudo solían hacerle estudios en su oídos por si llegaba a desarrollar sordera, cosa que no estaba directamente relacionada, pero era algo que querían tomar con precaución.
Y Emilio notaba cómo Joaquín tenía miedo al respecto, por lo que le había recordado que cualquier cosa que pasara, él se quedaría a su lado.
Joaquín sólo había sonreído, una sonrisa que no lo convenció del todo.
La señora Bondoni estaba feliz que Emilio lo apoyara y cuidara tanto a su hijo y siempre los miraba con una sonrisa.
— Mailo — llamó la señora Bondoni antes de una cena, haciendo que Emilio se detuviera en su camino a la mesa, le hizo una seña para que lo acompañara, llendo hasta la cocina para hablar con él en privado —. Gracias por cuidar a Joaco.
Emilio sonrió, asintiendo, eran palabras que había escuchado varias veces.
— Mailo... ¿Sabes que mi hijo te quiere muchísimo, no?
— Yo también lo quiero, señora Bondoni.
— Sí, Mailo, eso lo sé — dijo —. Pero no sé si Joaco te quiere más de lo que te imaginas, más de lo que te demuestra.
Emilio frunció el ceño.
— Él es un chico muy cerrado, no sé si te cuenta muchas cosas, aunque seguro sabes más que yo, es más abierto hacía tí.
Emilio asintió, Joaquín le había dicho cosas que sólo le confiaba a él.
— Sólo te pido que no le rompas su corazón — dijo la señora Bondoni y el peligris se ofendió un poco.
— Nunca haría algo así — respondió automáticamente.
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